La medalla más aplaudida fue la de bronce
Nota tomada de www.juegosbolivarianos2017.com
Y el día llegó para la marcha en los 20 km y 50 km de los Juegos Bolivarianos 2017 en Santa Marta. Una mañana con temperatura cálida, algo diferente a los últimos días, pero con una sensación térmica elevada y mucha humedad. El escenario elegido por la organización fue el Centro Histórico y sus calles de la bahía, lugar que estuvo rodeado en todo el recorrido por aficionados, vendedores y hasta empleados de las oficinas que quedan en el sector.
Como muchos pueden pensar, los ojos estaban puestos en los colombianos, pues en la nómina se destacaban nombres como Lorena Arenas y Éider Arévalo, en la prueba de los 20 km.
Y aunque los nacionales no defraudaron a su público, la competencia terminó enfocada en otro marchista. Terminaron los 20 km con la victoria de los colombianos Lorena Arenas y Esteban Soto, júbilo y algarabía invadieron a los asistentes, quienes pensaban en quedarse hasta ver la premiación.
Así, el tiempo pasaba, sonaron los himnos y poco a poco la gente se despedía para seguir con su día. La temperatura subía poco a poco hasta alcanzar los 32 grados y cuando ya se competía en los 50 km, prueba que tuvo siete atletas en la línea de salida y considerada la más difícil y desgastante del atletismo, especialmente en estas condiciones climáticas, pues en un gran porcentaje se presentan abandonos en la competencia y esta no fue la excepción.
El primero en abandonar fue el colombiano Ferney Alexis Rojas Mesa, seguido de Rodrigo Javier Zeballos Peña, de Bolivia; Yerenman Asdrubal Salazar Guzmán, de Venezuela, y Pavel Chihuan Camayo, de Perú, con lo que solo quedaron tres atletas en contienda y ya el podio estaba completo.
Cristian Andrés Chocho León, de Ecuador; el boliviano Ronal Rey Quispe Misme y el también ecuatoriano Claudio Paulino Villanueva Flores se colgarían las medallas, en ese orden.
Pero la historia de esta competencia va más allá de las medallas, el coraje, la tenacidad, la pasión por el deporte, el amor por un país y el deseo de llegar a cruzar la línea de meta quedaron estampados no solo en un atleta que lo dio literalmente todo hasta el final, sino en los asistentes que lo alentaron durante el recorrido. Él es Claudio Villanueva.
El ecuatoriano se convirtió en el vivo ejemplo de ‘querer es poder’, su compañero Chocho León ya le había sacado más de una vuelta de ventaja y estaba a punto de coronarse campeón, a Villanueva le quedaban dos vueltas al circuito para completar la distancia cuando de repente los paramédicos salieron corriendo, el marchista había caído al piso. Fueron momentos de tensión y preocupación por parte de quienes lo seguían alentando a su paso. Muchos pensaron que todo había terminado para este marchista, ¡pero no!, la historia continuaría. Se levantó y siguió en competencia.
El desgaste era más que innegable, su cuerpo escasamente respondía, sus brazos prácticamente estaban estirados, el temblor en sus piernas era evidente, tanto que tuvo que sostenerse de las barandas en más de una oportunidad para no volver a caer…pero estas no fueron razones suficientes para perder la técnica en sus pies, el único objetivo era llegar a la meta… y lo consiguió… La ambulancia, médicos y paramédicos estaban alerta y lo acompañaron desde su caída, mientras el público gritaba ‘Vamos Ecuador’, acá no era un colombiano en competencia, era un marchista que se había preparado para representar a su país y para llevar los colores de su bandera en el uniforme.
Villanueva literalmente lo dejó todo en el circuito, hasta la última gota de sudor que se fundió en el asfalto cuando tras cruzar la línea de meta, cayó por segunda y última vez, logrando la medalla de bronce bolivariana de los 50 km marcha.
Pero más allá de la medalla, el ecuatoriano podrá sentirse orgulloso, no solo se subió al podio, sino que le dejó un gran ejemplo en los niños, jóvenes, adultos y mayores para quienes él, es hoy día el héroe de la Marcha bolivariana. (D)