En la tierra de Senna, la Fórmula 1 sigue levantando pasiones
En el país del fútbol existe otro deporte que llega al alma de los brasileños: la Fórmula 1. Este domingo, en Sao Paulo, la penúltima prueba del Mundial será la despedida de Felipe Massa de su casa, aquella en la que todavía planea la alargada sombra del "Dios" Ayrton Senna.
No en vano, miles de aficionados se darán cita en el circuito de Interlagos desde la autopista Senna, que lleva el nombre de uno de los pilotos más emblemáticos de la historia de la Fórmula 1, trágicamente fallecido durante una carrera y que, 20 años después de su muerte, sigue siendo venerado en Brasil y en el mundo entero.
El mejor ejemplo de su relevancia en las siguientes generaciones se ha visto en las últimas horas en el casco del tricampeón del mundo Lewis Hamilton, que tenía 9 años cuando murió Senna, en 1994, y que ha querido rendirle un homenaje este fin de semana portando los colores verde y amarillo su honor.
"Lo seguimos viendo como un héroe", explica a la AFP Rodrigo França, autor de un libro sobre el tricampeón del mundo, que descansa en un cementerio a pocos kilómetros del circuito, en el barrio de Morumbi.
França trabaja en el Instituto Senna, realizando proyectos educativos, y asegura que el amor que sienten los brasileños por Ayrton y la Fórmula 1 sobrepasa la esfera deportiva.
"En la época, a principios de la década de los 90, el fútbol, la economía y la política no marchaban bien en el país. Lo único que funcionaba era la Fórmula con Senna. Representaba de verdad el Brasil ganador", analiza França.
Los deportes de motor ocupan un lugar especial en el corazón de los brasileños. Y aún más en el de los paulistas, de donde son originarias varias leyendas locales como Emerson Fittipaldi, campeón del mundo en 1972 y 1974, Rubens Barrichello, Senna o el propio Massa.
"Obrigado"
El azar no ha tenido nada que ver en el éxito brasileño en la Fórmula 1, a pesar de ser uno de los deportes más costosos en un país en desarrollo. En esta megalópolis, una suerte de Nueva York sudamericana donde se concentran las familias más ricas de Brasil, es habitual ver escuelas de pilotaje y circuitos de karting.
"El campeonato local de karts de Sao Paulo es el más relevante del país, incluso por encima del campeonato nacional" subraya José Pédro Larriera, un expiloto que ayuda y aconseja a jóvenes talentos.
A pesar de ello, Brasil ahora mismo no tiene relevo generacional, hasta el punto de que en 2017 el país podría no contar con ningún representante en la parrilla de salida.
El veterano Felipe Massa, a sus 35 años, ya ha anunciado que se retirará al final de esta temporada. El piloto de Williams querrá dejar su impronta y dedicarle un último "obrigado" ("gracias" en portugués) a una torcida que vibrará con él en casa por última vez.
La continuidad del otro brasileño del paddock, Felipe Nasr, está en entredicho en la escudería Sauber.
Este escenario es impensable para el poderoso grupo Globo. Y es que en el contrato entre Formula One Management y la cadena brasileña, estimado en unos 24 millones de dólares por año, está escrito que un brasileño debe figurar obligatoriamente en la parrilla al comienzo de cada temporada.
Por si fuera poco, el futuro del Gran Premio de Brasil también es incierto, en un país que atraviesa una profunda crisis económica. De momento, en el calendario provisional de la campaña de 2017, la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) ha incluido el GP de Brasil entre las carreras "a confirmar".
Pero Tamas Rohonyi, el promotor de la carrera, está tranquilo. No tiene "ninguna inquietud" sobre el futuro de esta prueba tras las obras "muy importantes" que se han llevado a cabo recientemente en el circuito de Interlagos.
¿Podría entonces la Fórmula 1 dar la espalda próximamente a este gigante sudamericano? El tema está encima de la mesa y preocupa a las autoridades del país, algo ejemplificado a la perfección tras la reunión de más de dos horas del miércoles entre el presidente Michel Temer y Bernie Ecclestone, el jefe de la Fórmula 1.
El ídolo brasileño Nelson Piquet, triple campeón del mundo, lo tiene claro: "el mejor lugar para albergar un Gran Premio en Brasil es en Sao Paulo. Es la ciudad más grande, el circuito acaba de ser renovado y existe una gran pasión. ¡Se dan todas las condiciones!". (I)