Las tres medallas de oro y una de bronce logradas en 2019 y cumplir con todo el ciclo olímpico de cara a Tokio 2020, dejaron satisfecha, pero no conforme a la triatleta ecuatoriana Elizabeth Bravo, quien apunta a clasificar a sus terceros Juegos Olímpicos.

Sonriente, tranquila y convencida de sus palabras e ideas se mostró la azuaya de 32 años ante las inquietudes de Diario EL TELÉGRAFO, sobre el balance de la temporada que termina y con mucha ilusión frente a la que se avecina.

El principal objetivo del año próximo sin duda son los Juegos Olímpicos Tokio 2020. “Entre marzo y abril confirmaré mi cupo a la olimpiada, a la que accedemos por ranking, pero voy encaminada a clasificar”, afirmó la también madre de Juan Francisco Tirado.

Actualmente, la tricolor ocupa el puesto 45 en el escalafón mundial por lo que estaría al momento logrando el boleto a los JJ.OO. puesto que acceden al triatlón las primeras 55 ubicadas. El ciclo olímpico duró dos años y finalizará el próximo 12 de mayo con el anuncio de las participantes.

“La forma de llegar a Tokio consiste en que se debe puntuar en 12 competencias durante este tiempo. El sistema toma automáticamente los mejores resultados de cada uno. A mí me falta por puntuar en dos carreras más, por lo que creería que no saldremos del ranking, pero oficialmente sabremos en mayo si estoy en los Juegos Olímpicos”.

Los siguientes triatlones a los que acudirá serán posiblemente en Cuba, en febrero y en marzo en Australia y Nueva Zelanda, donde espera subir más en la clasificación mundial e ir asegurando su presencia en la capital japonesa, que será sede de la trigésima segunda olimpiada, que se cumplirá del 24 de julio al 9 de agosto.

Sin descanso por lo que se viene, “Eli”, como la conocen en su entorno familiar y de amistades, inició la pretemporada compitiendo en dos carreras de 10 kilómetros, en las que venció.

Sin embargo no ha descuidado las otras disciplinas del triatlón como son la natación y el ciclismo.

“Entrenamos aproximadamente seis horas diarias, sin contar con el tiempo de recuperación, haciendo énfasis más en las otras dos actividades, porque el atletismo se me da mejor”, comentó a este medio la deportista quien planea cumplir con las prácticas también en Navidad y Año Nuevo.

Esa planificación la realizaron con su esposo y técnico Francisco Tirado. “Estamos bien física y mentalmente, sabemos que será una temporada muy dura, pero queremos cumplir con todos los  objetivos”.

En este diálogo se dio tiempo para contar que su pequeño hijo, de cuatro años, “forma parte” de su cuerpo técnico en la parte de abastecimiento. “Él me pasa el agua, me hace limpias con limón y me pasa las gorras de los auspiciantes para las entrevistas”.

Esa etapa de madre confesó que la ha cambiado mucho en su carrera porque se preocupa de que tenga una buena educación, no le falte nada, pase tiempo de calidad con sus padres.

“Es desgastante, pero la felicidad es única y es algo que motiva mucho y nos da fuerza para entrenar con más ahínco”.

Hablando del triatlón de Tokio, que se cumplirá en la distancia olímpica que reúne 1.500 metros de natación, 40 kilómetros de ciclismo y 10 km de carrera a pie, Bravo comentó que la competencia durará casi dos horas dependiendo del circuito y las condiciones climáticas, sobre todo de calor y humedad.

“Lamentablemente  nuestra carrera no cambió de sede y será en Tokio y digo esto por el fuerte calor que afrontaremos en la ciudad. Tomada esta decisión estamos planificando estar tres semanas antes  para adaptarnos al cambio de horario y la temperatura ambiente”, dijo la tricolor que está en la categoría Avanzado del Plan de Alto Rendimiento del país. 

De cara a su participación en 2020, Bravo ha trabajado en los deportes que le cuestan un poco más, el ciclismo y la natación.

“Ahora estoy mejor en esos sentidos y me siento feliz por eso”.

Durante esta campaña, la triatleta subió tres veces al podio; dos en la Copa Panamericana y una en el Campeonato Panamericano, pero no pudo ratificar su buen andar en los Juegos Panamericanos de Lima porque una semana antes se enfermó de gripe.

A pesar de ello calificó al 2019 de bueno y ahora apunta a tener una buena actuación en los Juegos Olímpicos 2020. (I)