Con pasos acelerados, Alexis Valencia, de 18 años de edad, recorre las canchas de la Universidad Nacional de Chimborazo (Unach), espacio que les otorgaron para realizar prácticas, previo a los partidos del Sudamericano Femenino sub-20.

Ella empieza a mover las piernas de arriba hacia abajo  calentando los músculos, con sus dos manos recoge su cabello y utiliza una vincha de color negro.

Su objetivo es claro: ‘dar siempre todo y lo mejor de ella en cada partido’ aunque este sea aficionado o profesional.

La soltura en la cancha, sus movimientos estratégicos y la mirada fija en el arco, son los mecanismos que siempre utiliza para resaltar en el juego. Su velocidad al moverse la llevaron a que obtuviera el sobrenombre de ‘Ronaldinha’, por su similitud con el brasileño Ronaldinho.

Esta joven, que de altura supera los 1,60 metros, de piel trigueña y ojos negros, fue convocada para formar parte de la ‘Tri’ femenina.  La entrenadora Vanessa Aráuz observó en ella cualidades técnicas y físicas mientras jugaba para la escuela de El Triunfo.

En esta ciudad dio sus primeros pasos en el fútbol, con tan solo 12 años de edad. Ella se entrenaba en cada momento libre que tenía; ingresó a la escuela de El Triunfo de la Prefectura del Guayas, sitio en el cual fortaleció sus conocimientos y empezó a sobresalir.

Sus padres, que radican en esa ciudad, fueron los primeros en apoyarla en sus decisiones deportivas. Alexis tiene ocho hermanos: ella es la quinta de cinco mujeres.

“Tengo una hermana de 13 años que quiere seguir mis pasos, ya está entrenando y eso me hace sentir muy feliz, pues sé que estoy dejando un ejemplo de que las mujeres podemos hacer todo lo que nos proponemos”, indicó Valencia.

La inspiración para continuar con este deporte la obtuvo de su tío  Henry Valencia, quien fue jugador profesional hace varias décadas y quien falleció hace un año.  “He visto muchos videos de él y pienso que llevo el fútbol en la sangre. Es mi pasión y me encanta poder representar a mi país” acotó la ‘Ronaldinha’ ecuatoriana.

Siente que sobre sus hombros tiene una gran responsabilidad, sabe que la mirada de varios países está sobre el Ecuador y por ello ha entrenado sin escatimar esfuerzos.

Este sentimiento es compartido por su amiga Estefanía Espinales, con quien ha hecho una gran amistad. Incluso para ser fotografiada busca la compañía de quien comparte sus mismas metas: destacar en el Sudamericano y llegar al Mundial. (I)