La buena actuación de Colombia en el Mundial, donde alcanzaron por primera vez los cuartos de final, promovió la unión y levantó la moral de los colombianos, golpeados hace más de medio siglo por un conflicto armado.

El sentimiento de hermandad y orgullo patrio, que el domingo pasado hizo salir a miles de personas a las calles de Bogotá para recibir a sus futbolistas como héroes, resulta clave para levantar la imagen de un país tradicionalmente identificado con el narcotráfico y la violencia. Incluso, según expertos, podrían impulsar el apoyo al proceso de paz entre gobierno y guerrillas.

“Buen ejemplo”, decía una pancarta, que tenía de fondo el tricolor colombiano -amarillo, azul y rojo- y que levantaban 2 señoras durante la apoteósica bienvenida a la selección en Bogotá. “El fútbol ayuda en términos de autoestima, de energía psicológica. Así como nos pusimos la camiseta para defender a la selección, ahora hay que defender al país, como proyecto de nación”, explicó Fabián Sanabria, director del Instituto Colombiano de Antropología e Historia. Durante el Mundial, Colombia fue defendido desde muchos ámbitos: con el buen comportamiento y juego de los futbolistas, pero también con un gobierno que reclamó ante cada intento de relacionar a los jugadores colombianos con la droga o la violencia.

Uno de esos episodios terminó con la renuncia de la actriz holandesa Nicolette Van Dam, como embajadora de la Unicef, por publicar en Twitter un fotomontaje en el que los jugadores colombianos Radamel Falcao García -baja por lesión en este Mundial- y James Rodríguez -primero en tabla de goleadores del torneo- esnifaban cocaína.

Burlas similares, hechas durante el Mundial por un caricaturista belga y unos locutores australianos, fueron también fuertemente rechazadas por la Cancillería y la gente de Colombia, principal productor de cocaína junto a Perú.

Este fin de semana la prensa local se llenó de columnas que destacaron cómo la unión por la selección puede ser el comienzo de cosas buenas para Colombia.

“Se vale soñar, soñar en grande, y esa lección la hemos aprendido de unos jóvenes exitosos que nos han dado una lección a (...) quienes no hemos oído sino palabras de odio y el ruido ensordecedor de las balas y las bombas”, escribió en su columna de El Espectador el periodista Felipe Zuleta, destacando que Colombia pasó en unos días “de la apatía a la felicidad”.

Mientras que el sábado el presidente Juan Manuel Santos, vestido con la camiseta de la selección, dibujó más claramente el sueño y en una alocución al país, dijo: “Todo lo podemos lograr si trabajamos, como la selección Colombia”, refiriéndose al proceso de paz que su gobierno adelanta con la guerrilla. Durante las transmisiones del Mundial hubo mensajes del Ministerio de Defensa a los guerrilleros pidiendo que se desmovilizaran.