La campaña ‘Say No to Racism’ (Di no al racismo) no es medida suficiente para combatir el racismo y en este Mundial la FIFA nuevamente perdió la oportunidad de lograrlo.

Durante todos los meses previos al inicio de la Copa, la Federación Internacional de Fútbol Asociado y el Gobierno de Brasil prometieron incesantemente que Brasil 2014 sería la Copa contra el racismo, la discriminación y la xenofobia.

Según una publicación de diario El País, la misma Dilma Rousseff invitó a líderes religiosos de todo el mundo a que se manifestasen contra el racismo durante “el Mundial de los Mundiales, que será también el Mundial de la Paz y el Mundial contra el Racismo”.

Y basados en esas promesas, el órgano rector del fútbol mundial escogió la ronda de cuartos de final para celebrar sus ‘Días Anti-Discriminación’.

Sin embargo, su propio vicepresidente, Jeffrey Webb, reconoció que “lamentablemente no se han hecho todos los esfuerzos necesarios para penalizar estos actos”.

Junto a Webb, mientras daba estas declaraciones, estaba Claudio Sulser, presidente de la Comisión Disciplinaria de la FIFA. Sí, la misma Comisión que decidió hace pocos días no castigar los cánticos señalados como homofóbicos (’¡Putooo!’) de la hinchada mexicana, ni ha reconocido los reclamos de quienes exigen que se establezcan sanciones por las pancartas nazis exhibidas en los estadios en la primera fase del torneo. Sulser, quien ha sido cuestionado por la sanción impuesta a Suárez y su ineficiente respuesta en otros casos polémicos, explicó –si es que su intervención califica como ello- que la Comisión dejó impunes los cánticos mexicanos “porque no eran un insulto dirigido a una persona concreta”. “Objetivamente son ofensivos; pero no se dirigían a un hombre en particular”.

En relación a los reclamos por la falta de castigo ante las insignias nazis exhibidas, dijo que había sido imposible comprobar de qué país eran sus portadores. “No estoy de acuerdo con ese comportamiento”, concluyó, “pero los espectadores forman parte de nuestra sociedad”.

Explicaciones que no alcanzan cuando se recuerda, sin mayor esfuerzo, las herramientas y mecanismos de los que dispone la FIFA para lograr sus objetivos (cuando quiere).

El vicepresidente de la FIFA dirige también el Equipo de Trabajo contra la Discriminación y el Racismo, y sin miedo desautorizó a Sulser: “Para nosotros esos casos sí son discriminación, se dirijan a una persona o contra todos”.

En el marco de su intervención aprovechó para destacar que se han planteado iniciativas claras para combatir el racismo, la discriminación y xenofobia, pero que la FIFA no atendió sus propuestas. Descartando incluso permitir la creación de la figura del ‘Oficial Anti-Discriminación’, que existe ya en la UEFA o la CONCACAF. Cuando le consultaron por qué no prosperó su propuesta, inmediatamente contestó que eso debían preguntarle al secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, quien en sus apariciones mediáticas intenta esconder los problemas de fondo destacando que éste es el mejor mundial de la historia por la calidad de los partidos.

¿Qué hacen y quiénes son los ‘Oficiales Anti-Discriminación’? Son agentes entrenados para seguir específicamente conductas discriminatorias en los estadios y redactar informes con pruebas documentales que permitan su persecución por parte de la Comisión Disciplinaria.

La Secretaría General de La FIFA se justifica en la falta de tiempo para no dar paso a la instauración de esta figura, señalando que sin tiempo suficiente era imposible formar agentes para cubrir las 32 delegaciones.

Respuesta que no podría estar más distante de los compromisos de la organización publicados en su página oficial: La FIFA reconoce que tiene la responsabilidad de liderar el camino hacia la abolición de todas las formas de racismo y discriminación en el fútbol.

El artículo 3 de su estatuto estipula: Está prohibida la discriminación de cualquier país, individuo o grupo de personas por su origen étnico, sexo, lenguaje, religión, política o por cualquier otra razón, y es punible con suspensión o exclusión”.

De igual manera, en su página oficial señala: “El Código Disciplinario de la FIFA, en el que se describen las sanciones aplicables en caso de incumplimiento de dichos estatutos, se encuentra en vigor en todos los partidos y competiciones que organice la entidad.

Además, deben obedecer el Código Disciplinario todas las asociaciones miembros y sus respectivos integrantes, como clubes, directivos, jugadores, árbitros y cualquier persona que la FIFA admita en un partido o una competición, incluidos los espectadores”.

Esta es la muestra clara de discursos vacíos e insuficientes, donde es evidente que se dice lo políticamente correcto tan solo como estrategia y con fines mediáticos.

Es verdad que al Mundial se lo espera con ganas de fiesta, pero este no se aguará con aprovechar el espacio para marcar precedentes en la lucha por una sociedad libre de racismo, discriminación, xenofobia y cualquier manifestación de irrespeto a los derechos humanos.