“Generalmente ocurre que en los últimos minutos de los partidos se marcan goles, pero hablo de los últimos 15 o 20 minutos. Pero cuando se miran los partidos, que estaban empatados, creo que ninguno de los 2 equipos quería arriesgar por temor a perder.

Sobre todo el que tenía más fuerza, que se sentía con mayor fútbol para poder ganar el partido, no lo hizo. En el caso de algunos encuentros, en los que todo parecía destinado a la prórroga, seguramente los jugadores pensaban en reservarse un poco y dar todo en el tiempo extra.

Arriesgar para ganar puede ser contraproducente, porque se podría perder el partido y más bien creo que en la parte final se especulaba un poco. La intención era llegar a la prórroga, en el caso de los octavos de final, y ahí sí dar todo, para evitar a toda costa los penaltis, producto de que se daban empates en la primera hora de los partidos.

Si había un resultado a favor de uno de los equipos, hubiéramos visto choques más abiertos.

Si recibes un gol al inicio del alargue, hay tiempo como para igualar e intentar remontar el marcador, en cambio si recibes un gol en los últimos minutos del tiempo reglamentario puede ser fatídico.

Sin duda de que en un torneo tan importante como el Mundial, no hay espacio para el error. A veces cuando se arriesga una falla te puede dejar fuera y nadie quiere dar ventaja.

Tenemos la prueba, justamente lo que le pasó a Ecuador en el primer partido contra Suiza, que por querer ganarlo lo perdió.

En la eliminación del uno contra uno, a partir de los octavos de final, eso pesa más y por esa razón también hemos visto resultados más apretados, que se han definido por la mínima diferencia o incluso en la prórroga o en los penaltis”.