Wembley vio levantar al Barça su cuarta “Orejona”
Wembley, Inglaterra.-
A pesar de no haber ganado la Champions, Luis Antonio Valencia quedó inmortalizado en la historia del fútbol ecuatoriano, al ser el primer jugador de esa nacionalidad que actuó en la final del torneo de clubes más importante del mundo.
El equipo del “Toño”, el Manchester United, no jugó bien. Cayó 3-1 frente a un rival de mayor categoría.
El Barcelona ofreció un recital en el estadio de Wembley para conquistar su cuarta Liga de Campeones, la tercera desde 2006, en un cotejo que sirvió para encumbrar a Lionel Messi.
Londres 1992, París 2006, Roma 2009 y Londres 2011 son las finales ganadas en la historia por los “azulgranas”.
El cuarto trofeo de Europa llegó en el mismo escenario que la primera. De eso no hace tanto, solo 19 años, tiempo en que el Barça ha conquistado un póquer de títulos mayores y se ha convertido en la referencia mundial.
El partido fue el resumen de la determinación del fútbol del Barça. Iluminados por la clarividencia de Messi, que parece un jugador de otro planeta, la calidad de Xavi e Iniesta; y la definición de Villa y Pedro, que marcaron un gol cada uno.
A los 25 minutos el estratega de los “reds”, Alex Ferguson, abandona su puesto del palco. Después de que su equipo bajó la intensidad con la que empezó y la portería de Van der Sar fue invadida. Sir Alex vio acorralado a su equipo y su olfato de la experiencia no lo engañó. Dos minutos después, una jugada colectiva y un pase magistral de Xavi para Pedro, fue la primera para los españoles.
Poco acostumbrados a que los contrarios les planteen un partido abierto, los de Pep Guardiola no se desesperaron y esperaron su momento con el toque y desmarque.
Javier Hernández, viviendo al límite del fuera de juego, puso a prueba la coordinación en el eje defensivo entre Piqué y Mascherano, el sustituto de Carles Puyol.
Los ingleses tuvieron una opción con Rooney a los 8’, y “Chicharito” en una acción con Piqué. Aquí se acabó el “efecto champán” del United, porque el Barcelona tomó las riendas con la dirección de Xavi y el desequilibrio de Messi.
A los 34’, Giggs, en posición dudosa, habilitó a Rooney para decretar el empate. El “Pelé blanco” como le cantan en Old Trafford, cruzó el balón ante la mirada del central Piqué.
El Barça se tomó el empate como un accidente y se reencontró con su fútbol. Messi estuvo siempre presente en la creación. Tuvo el 2-1, a los 40’, en una jugada en la que superó a Carrick, combinó con Villa, pero no pudo empujar el balón.
El éxito de los “azulgranas” pasaba por la velocidad de ejecución de su fútbol, pero sobre todo por la capacidad para desbordar de Leo.
Con determinación, el Barcelona salió en la segunda mitad a resolver. Las dudas fueron todas para el United, que se vio incapaz de frenar la avalancha que se le vino encima.
Y el partido duró lo que le pareció a Messi. El argentino, a los 54’, recogió un balón cerca del área, la defensa del United pensó en un pase, pero la “Pulga” sorprendió a todos y también a Van der Sar, al que le marcó el 2-1.
Ese fue el principio de la exhibición “culé”, el final del United. El Barça jugó como quiso y Messi se consagró. Ferguson lució nervioso en el banquillo y los aficionados “rojos” comprobaron que volverían a irse vacíos, como hace dos años.
Sin mucha preocupación, el Barça parecía contenerse ante el equipo inglés, que se lanzó hacia adelante, pero sin determinación. David Villa sentenció el partido a los 69.
El atacante argentino Lionel Messi, elegido mejor jugador del partido, expresó su deseo de ganar la Copa América con su país. “Tengo un nuevo reto, que viene pronto. Quiero ganar la Copa América”, comentó Messi, que sumó su duodécimo tanto en la actual edición de la Champions.