Una marejada albiceleste cubre el predio de Colón, desde el martes, cuando la selección de Argentina arribó a Santa Fe. Lo que se pensaba serían gritos de reproche por el sorpresivo empate (0-0) ante Bolivia en el debut, terminó por convertirse en una “ola” de aliento hacia los seleccionados, cuando el micro Flecha Bus ingresó al predio de los “sabaleros”. Pero no tuvieron la oportunidad de ver a sus “ídolos”, incluido el más grande para ellos en la actualidad: Messi.

En la noche, el reconocimiento de la cancha del estadio de Colón había sido dispuesto a puerta cerrada, pero los 1.000 hinchas que se agolparon a las afueras lograron ingresar, pues derribaron todo obstáculo que encontraron en su camino. A pesar del estricto cordón de seguridad que organizó la Policía de la provincia de Santa Fe, se “colaron” para ver a la “Pulga”, ya que era una ocasión que quizás no se repetiría.

No conformes con eso, ayer, desde muy temprano, regresaron al predio de Colón, donde se hospeda la selección de Sergio Batista, con la esperanza de volver al 10 del Barcelona de España, trepados en las rejas intentaron divisar a Messi.

Uno de los más emocionados con ver al rosarino era el grupo compuesto por Esteban Canciani y los hermanos Tomás y Pedro Poso.

“Es que simplemente Messi es el mejor, nadie le gana, es muy rápido. A mí me encanta...”, dijo el último chico, de 9 años, y quien vino de Córdoba solo para ver a su héroe.

“Yo soy de un pueblo que se llama Fortín, en Córdoba, allá juego pelota. Me vine con mi hermano, mi papá (Damián) y un amigo a ver a Messi. Ya compramos la entrada, estamos en la línea 6, en el sector de platea baja”, comentó el pequeño, cuya rubia cabellera  parecía brillar.

Avanzando por la ciudad, en cada esquina se pueden divisar grandes manchas “albicelestes”. Las camisetas de Messi son las más pedidas y se las encuentra en todas las tallas: small a 40 pesos (10 dólares), medium a 50 pesos y large a 60.

En las avenidas López Plas y General López, FANÁTICO encontró a Diego Germán, un vendedor a quienes sus compañeros de trabajo llaman “Messi”, porque tiene el mismo corte y su especialidad es vender las camisetas del astro argentino.

“Acá tengo ropa de bebé, camisetas, gorros, bufandas, banderas, guantes y hasta paraguas de él. Solo en la mañana he vendido 20 camisetas, la gente pide muchas por el partido de hoy (ayer) ante Colombia”, expresó.