Los argentinos dejan caer el maxilar inferior de un tajo; sus ojos parecen estar viendo una especie de acto de magia y se los restriegan tratando de despertar de esa especie de ilusión. Es que las maniobras de Manuel Loor, conocido en el mundo del balón como el “Rey de la Cascarita”, dejan con la boca abierta a cuanto “gaucho” pase por la peatonal San Martín en Santa Fe o cualquier otra calle que este portovejense de 56 años convierte en escenario.

Asimismo, ha sido invitado a varios programas de televisión de la localidad como el de canal 2 conocido como Santa Siesta, donde apareció con una especie de palillo en la boca y comenzó a hacer girar el balón, al puro estilo de los Harlem Globetrotters.

Don Manuel tiene una historia muy peculiar. Salió de Ecuador el pasado 3 de junio, con solo 150 dólares. Arrancó su viaje desde Quito hasta Santa Fe, hasta hoy, sede de la selección “tricolor”.

Este ex volante 8 en la década del 70 en El Nacional, le cuenta a FANÁTICO las peripecias que tuvo que pasar para conseguir su objetivo, seguir a Ecuador en esta Copa América.

Usted partió desde Ecuador y en Bolivia se le acabó la plata, ¿cómo hizo para llegar a Argentina?

Pues, sacar mis herramientitas de trabajo. Cuando se me acabó el dinero tuve que presentarme en el centro de Bolivia, en la Pérez Prado, para ganar platita y poder seguir durmiendo, comiendo y todo eso. De ahí me fui a la embajada de Ecuador y me ayudaron con pasaje hasta Tarija, y de ahí pasé a Argentina. Acá he venido haciendo exhibiciones en estadios, escuelitas y en la calle.

¿Cuáles fueron sus momentos más difíciles? 

Me agarró un paro de mineros en la frontera entre Perú y Bolivia y me quedé tres días en Perú, ahí se me acabó el dinero. Y de ahí vine actuando en Orán en una ciudad de Argentina, en Salta, también lo hice en Tucumán. Sin embargo, ahí pasé una noche durmiendo en la terminal, porque solo tenía 60 pesos argentinos y costaba 100 pesos el hotel.

¿Le ha ido bien con la afición argentina?

Yo quería seguir trabajando aquí en la peatonal, pero de un tiempo acá no  dejaron que me presentara aquí en el centro, entonces ahí comencé a sufrir un poquito.

¿Cuánto tiempo lleva con su arte?

Yo vengo haciendo este espectáculo como 36 años, gracias al balón he conocido  varios países.  Esta es mi quinta copa América: Ecuador, Perú, Bolivia, Venezuela y ahora Argentina.

¿Cuántos años tenía cuando “dominó” un balón por primera vez?

Desde siempre, además yo jugaba en El Nacional del 70, yo lo hacía de número 8, en el tiempo del entrenador argentino Roberto Resquin, pero me lesioné. Sin embargo, Dios me dio una gran habilidad con el balón, por eso no claudiqué y me dediqué a los trucos.

¿Cuál fue su lesión?

Un tumorcito en la pierna, en esa época no estaba muy avanzada la medicina, entonces no podía entrenar bien, por eso me dediqué a hacer cascaritas con el balón y esta ha sido mi profesión.

¿Hasta cuándo piensa seguir haciendo cascaritas?

Hasta cuando Dios quiera, yo siempre he dicho que mi ilusión es morirme con el balón, porque ya son 36 años los que tengo en este oficio y lo tengo muy arraigado.

¿Lo ayudaron también los chicos de la selección cuando se enteraron de que no tenía dinero?

Claro, ellos me reunieron una platita. Valencia, Benítez, Méndez, todos me ayudaron, para asegurar mi estadía aquí.

En agradecimiento les hice una ‘presentacionsita’. Los dejé contentos, ellos se equivocaron, no eran 23 los convocados, sino 24.  Faltaba yo. ¡Jajaja!