Martín Palermo, el delantero que se abrió paso a fuerza de goles en la historia de Boca Juniors, hasta convertirse en el máximo artillero del club argentino, se despidió el domingo del mítico estadio La Bombonera antes de su retiro definitivo del fútbol.

Palermo, de 37 años, recibió como regalo de Boca nada menos que el arco que da a la tribuna popular de la Bombonera, además de banderas y diversos obsequios que le ofrecieron los hinchas del club auriazul en una estadio repleto para un homenaje a la altura de los máximos ídolos.

“Es muy significativo para mí y lo voy a tener para el resto de mi vida”, dijo Martín para diario Olé luego de una fiesta “única”.

Más allá del empate 1-1 por la penúltima fecha del Torneo Clausura-2011 frente a Banfield, en el que no pudo convertir, Palermo vivió una noche emotiva, con un agasajo especialmente preparado por el club, con el que convirtió  exactamente 236 goles, cifra récord que ubica a  Palermo como el máximo goleador de la historia de Boca. Y en la Bombonera, su segunda casa, gritó 129, según destaca el rotativo.

“Son muchas cosas las que pasan por la cabeza en este momento. Estoy agradecido por todo el cariño que me dieron. Recuerdo tantos títulos, a tantos jugadores que son parte de mi historia, pero especialmente a los hinchas.

Sin ellos Boca no sería lo que es. Esto es especial para mí. Nunca voy a olvidar este estadio”, dijo Palermo.

“Me voy más que feliz. Pasamos cosas muy lindas y lo que me dio la gente es increíble”, amplió el delantero, antes de despedirse con una vuelta olímpica en la que fue ovacionado y debajo de una lluvia de fuegos artificiales.

Palermo inició su carrera en Estudiantes de La Plata, pero fue en Boca donde desarrolló la mayor parte de su campaña, con un palmarés de 14 títulos, que incluye 6 torneos locales, 2 Copas Libertadores (2000 y 2001), una Intercontinental (2000), 2 Copas Sudamericanas (2004 y 2005) y 3 Recopas Sudamericanas (2005, 2006 y 2008).

Tras su debut en 1992 pronto se hizo conocido con el apodo de “Loco”, por su estilo desenfadado para jugar, con festejos excéntricos en sus goles y hasta alguna burla al rival. En 1997 le llegó la oportunidad de desembarcar en Boca, donde compartió plantel brevemente con Diego Maradona y Claudio Caniggia.

Sin embargo, el comienzo de su romance con la camiseta azul y oro sería en el superclásico, frente a River Plate, el 25 de octubre de ese año, en un partido especial porque allí anotó el tanto del triunfo 2-1 y porque ese sería el último encuentro disputado por Maradona.

Su consolidación como figura llegó con la etapa de Carlos Bianchi como entrenador, al frente de un equipo muy exitoso, que se consagró campeón invicto del Apertura-1998 y en el que Palermo anotó 20 goles en 19 partidos.

Varios de los quiebres del arco rival contaron con la asistencia del “Mellizo” Guillermo Barros Schelotto, su amigo en esa sociedad del gol. Palermo fue decisivo en esa etapa repleta de triunfos de Boca, que incluyó una fantástica victoria sobre el español Real Madrid (2-1), con dos goles de su autoría antes de los diez minutos, para levantar la Copa Intercontinental-2000, en Tokio.

A tal nivel llegó su fama, que el cantautor español Joaquín Sabina lo incluyó en una de sus mayores canciones: “Dieguitos y Mafaldas”.

En 2001 emigró a España, con un paso desafortunado por Villarreal, Betis y Deportivo Alavés, con un total de 25 goles en 106 partidos, un promedio muy por debajo de lo que había alcanzado en Boca. A mediados de 2004 regresó al club de la Ribera y, con Alfio Basile como DT, obtuvo otros cinco títulos, en un segundo ciclo que incluyó un gol de media cancha (a Independiente, en 2007), otro con un cabezazo desde casi 40 metros (a Vélez, en 2009), todos con su olfato de goleador implacable.

En abril de 2010, con dos goles en el 4-0 sobre Arsenal, superó a Roberto Cherro (218) como máximo goleador de todas las épocas de Boca Juniors, hasta totalizar 236 tantos con la camiseta auriazul.

Palermo también integró el seleccionado nacional en dos etapas, con una primera sin suerte, que incluyó el triste récord de errar tres penales en un partido ante Colombia por la primera ronda de la Copa América de Paraguay-1999.

En el segundo ciclo, con Maradona como DT, anotó un gol vital ante Perú (2-1) para asegurar la clasificación argentina al Mundial de Sudáfrica-2010. En esa Copa del Mundo se dio el lujo de anotar un tanto frente a Grecia (2-0). Palermo tiene previsto retirarse al final del torneo Clausura y anunció que intentará continuar su leyenda como director técnico.

La decisión de no perderse la última fecha viene de la mano del adiós de Guillermo Barros Schelotto en el club de sus amores, Gimnasia y Esgrima de La Plata. “Se despide mi amigo del fútbol y también me gustaría compartirlo con él”.