“Se queda, sí. No hay ultimátum”, declaró Rodrigo Paz, presidente vitalicio de Liga de Quito, al referirse a la continuidad en el plantel del técnico uruguayo, Gustavo Munúa, con quien el conjunto Blanco pasó el domingo anterior a los puestos de descenso del Campeonato Ecuatoriano de 2017.

Tras la reunión habitual que cada lunes congrega a los miembros de la comisión de fútbol del combinado universitario, Paz expresó que se evaluaron algunos aspectos sobre el desempeño del equipo, pero la permanencia del timonel ni siquiera se mencionó, pues su ratificación es una decisión tomada.

El pasado domingo, después de perder 2-0 en su visita a Deportivo Cuenca, la ‘U’ cayó al undécimo lugar, fruto de 7 derrotas, 6 empates y una victoria, reviviendo la incertidumbre que experimentó en 2000, cuando bajó a la serie B por tercera vez en su historia.

El mismo Rodrigo Paz recuerda que aquello se debió a un error suyo, ya que en aquella ocasión, debido a la difícil situación financiera que atravesaba no solo la institución, sino el país, cesó al estratega chileno Manuel Pellegrini, quien le dio el título nacional de 1999.

En aquella vez, debido al cambio de moneda que experimentó Ecuador, de sucres a dólares, con la desaparición de la primera, la plantilla se encareció y solo se estabilizó con el costo menor que significó en 2001 tener un equipo de serie B.

Pero ahora es diferente, ni siquiera los refuerzos pedidos por Munúa, los volantes charrúas Felipe Rodríguez y Rubén Olivera, han rendido como se esperaba, quedando en entredicho su presencia en la segunda etapa del certamen.

Munúa, por su parte, reconoció lo malo de su gestión, pero no está dispuesto a renunciar, porque cree que su proyecto echará a andar y se conseguirán los objetivos propuestos. Considera, además, que el elenco ha merecido mejor suerte.

Lo cierto es que, por ahora, Liga está a años luz de ser el club que a finales de la década pasada cosechó la Copa Libertadores, la Copa Sudamericana y dos Recopas. (I)