Perugia 33, la cantera de futbolistas donde se formaron Ramírez y Pineida
“Fue como meternos en una poza de agua sin saber a dónde íbamos a salir ¡Y salimos al mar!”, dice en tono conmovido José Peñarrieta al hablar de Mario Pineida y Cristian Leonel Ramírez, los dos jugadores más importantes que ha formado en la escuela de fútbol del club Perugia 33 de Santo Domingo.
Son su descubrimiento. Chicos de la cooperativa de vivienda Nuevo Santo Domingo que moldearon sus talentos en la tierra arenosa de la liga barrial.
Don José ha visto muchas cosas en sus 57 años de vida, pero se deleita con recuerdos de vivencias que pocos mortales pueden generar.
No le hace falta entrar al YouTube para ver el segundo gol de Ecuador a Chile, el 6 de octubre de 2016, en la goleada 3-0 con el que se impuso la ‘Tricolor’ en aquel duelo de las eliminatorias sudaméricanas. Como lo hizo tantas veces ante sus ojos, Ramírez (23 años), entró corriendo raudo al área y disparó de zurda.
Así, igualito, solía infiltrarse en los torneos de categorías menores y detonaba los tantos en las vallas rivales, solo que aquella vez derrotó, nada más y nada menos, que a Claudio Bravo, el arquero de la mejor generación de futbolistas ‘araucanos’.
El lateral izquierdo y sus desbordes están desde 2017 en el Krasnodar de Rusia, después de hacer pasado por los alemanes Fortuna Düsseldorf, FC Nuremberg y el húngaro Ferencvárosi T.C.
Y qué decir de Mario (25 años), campeón nacional con Barcelona en 2016, también convocado a la Selección Ecuatoriana y avaluado en $ 3 millones.
José menciona que es como Guardiola, hace rotar a sus alumnos en todas las posiciones. “Conmigo el defensa debe saber definir y el delantero debe saber despejar. A los zurdos los pongo a jugar por la derecha y a los diestros por la izquierda”.
Prueba fehaciente de aquello, expresa, es que Pineida, pese a ser derecho, en el cuadro ‘Canario’ ha cumplido como lateral por cualquiera de los dos flancos.
Más todavía, Mario se inició como golero, pero dejó de serlo después de una prueba médica hecha por el reconocido deportólogo Óscar Vizuete. El aleccionador reconstruye el diálogo que sostuvo con el galeno.
- José, desde el siguiente entrenamiento a este chico lo saca del arco.
Peñarrieta estaba a punto de irse, pero se regresó desde las gradas del consultorio para preguntar los motivos de la recomendación.
- Disculpe doctor ¿Por qué me manifestó eso?
- Porque ese jovencito no va a crecer más de 1,70 metros.
Pineida tenía 12 años y era poco dúctil en las otras posiciones, así que don José empezó con él un nuevo proceso.
Y pese a que nadie reconoció de manera económica la labor del profesor con estos chicos, él asegura que la relación con ellos y con sus padres es muy buena.
Le molesta, eso sí, que el empresario Marco Zambrano se atribuya la educación físico deportiva de estos exponentes. En alguna ocasión, relata, Zambrano declaró en la Radio Redonda que ellos se forjaron en el Norteamérica.
Peñarrieta llamó a la emisora más tarde y aclaró el asunto, pidiendo de paso al empresario que le pague lo que le debe. “Este señor los vio en Babahoyo, en un partido entre Santo Domingo de los Tsáchilas y Los Ríos. Habló con los padres. A mí me visitó en mi trabajo y me ofreció implementos deportivos y $2.000 por cada uno. Sigo esperando”.
Pero ellos no son los únicos cultores que José impulsó al profesionalismo. También está el lateral izquierdo Henry Quiñónez (24 años), que este año actuará en el Clan Juvenil de la serie B y su hijo, el volante Elson Peñarrieta (25 años), quien en 2017 defendió al Gualaceo de la primera B.
Luego de laborar 25 años en la lavandería del Hospital Gustavo Domínguez, desde hace algún tiempo, don José se dedica de lleno a instruir.
Trabaja para las selecciones de la Unidad Educativa Julio Moreno Espinosa y continúa en su ‘laboratorio de fango’ con la escuela de fútbol. En el presente tiene cuatro alumnas y 17 alumnos, todos menores de 14 años.
Durante su carrera ha ganado lides barriales, intercolegiales, interprovinciales y nacionales. En 2016 ascendió con el Perugia a la segunda categoría profesional, pero no pudo inscribirlo por falta de fondos. Su éxito hace que los padres de familia de los discípulos le encomienden las aspiraciones de los pequeños.
Ligia Loor tiene a sus hijos Jorge y Javier Delgado, de 12 y 9 años, ensayando con Peñarrieta. “Les gusta como les enseña y como promueve el compañerismo. Quieren ser futbolistas, yo los apoyo”.
Freddy Ucles, progenitor de Edward Ucles (12 años) está contento por lo que el chiquillo ha aprendido en los seis meses que está con don José, “sueña con irse a jugar a Europa cuando sea grande”.
La institución pelotera surgió en 1998, pero en 1999 acuñó el nombre de Perugia 33 en honor a que el delantero santodomingueño Jaime Iván Kaviedes fichó para el Perugia de Italia y fue enlistado con el número 33. Su misión es fraguar jugadores de excelencia, capaces de encumbrarse en el alto rendimiento.
Datos
- Entrenador. José Eulogio Peñarrieta nació en el 20 de junio de 1960 en Santa Ana, Manabí, pero reside en Santo Domingo desde 1984. Ha seguido cursos de entrenador con entes como la Anefe y la Confa de la Federación Ecuatoriana de Fútbol.
- 20 años de funcionamiento cumplirá este año la escuela de fútbol Perugia 33. Hoy tiene 21 alumnos.
- En 2007 y 2008, bajo acuerdo, los jugadores del Perugia 33 ficharon en el Brasilia de Quinindé, que se ha propuesto a reclamar mediante la FEF los derechos de formación de Ramírez y Pineida.
- La escuela de fútbol es mixta, a la izquierda la volante Ariana Yela, de 13 años, quien confiesa que siempre prefirió el balón en vez de las muñecas. (I)