Norberto Araujo, exzaguero argentino de Liga Deportiva Universitaria de Quito
Araujo: "Me jugué la vida por Liga durante 11 años"
Norberto Araujo cree que aún puede jugar. A pesar de que ya no participa en la primera división, se siente futbolista y extraña mucho estar concentrado, los nervios previos al salir a la cancha y pisar el césped, para defender cada balón que le llegue. No salió de la mejor forma de Liga. Quería seguir en el club, así no lo dejaran jugar con regularidad, pero sí como un respaldo en el camerino.
El club no renovó su contrato y el ‘Beto’ dejó la actividad. Tuvo propuestas para continuar, pero por su edad (39) no quería aventurarse a jugar en segunda categoría. Considera ‘ídolos’ a quienes juegan ahí.
Tras ese ‘retiro apresurado', Araujo decidió dirigir con intensidad una academia de fútbol con su nombre que le permite tener contacto diario con el balón. Estudió para DT y se ve conduciendo a un equipo de primera en dos años más.
¿Cómo vive esta nueva etapa?
Es duro todavía porque no me siento retirado. Aún siento el cosquilleo de antes de jugar y extraño mucho estar en el césped. Trabajar con chicos me mantiene ocupado, no se me hizo tan chocante el cambio. Uno siempre quiere estar en la cancha, sentir el vestuario, los nervios antes de un partido. Son pasos de un futbolista en la cumbre de su carrera. Si bien he escuchado historias de otros futbolistas que les choca más fuerte, yo lo tomo un poco más aliviado por esto (su academia).
No fue planeado, ¿por qué quería jugar un año más?
Sabía que iba a ser muy difícil, porque el año pasado no tuve muchas chances en Liga. Tuve acercamientos de equipos, uno de primera división que no voy a nombrar. En el último partido del año pasado contra Técnico Universitario dije que tras estar 11 años en un club, a quién no le gustaría retirarse en Liga, porque me dio lo mejor de mi carrera. Por decir eso el otro club asumió que yo pensaba más en Liga, que en el otro equipo, que por eso se truncó la contratación. Por eso no tenía planeado retirarme; este año me veía en una cancha jugando.
También tuvo ofertas de segunda división. ¿Qué lo hizo desistir de jugar ahí?
La edad, el tema de viajes y estar lejos de mi academia. Siempre lo he dicho: respeto a los equipos de segunda y me saco el sombrero. El tema de viajar 10 horas en bus, quizá no tenga las comodidades como para pelear cosas grandes, pelear con los dirigentes, no tener una cancha adecuada para trabajar. Para mí son ídolos los que juegan ahí.
¿Cómo es su relación actual?
Cuando hablé con Pablo (Repetto) sobre si me iba a tener en cuenta y me dijo que no, porque quería renovar y traer gente joven. Luego trae gente de 35 años y eso no lo entendí muy bien. Pero yo respeto a cada DT. Sí me dolió lo que sucedió con la parte dirigencial, de que tal vez digan “el Beto se queda un año más, él quiere jugar después de tantos años y el sacrificio que hizo”. Yo no vivo del pasado, pero sí me he jugado la vida por Liga y siempre lo dije. Ningún dirigente puso la voz para que me quede; no importa que no juegue, pero sí estar en el vestuario y tratar de ayudar al grupo. No me catalogo como una persona negativa en un vestuario, siempre trato de ayudar a los jóvenes y siempre mantuve un perfil bajo. Que la gente se acuerde de uno de la mejor manera, no de ser polémico, de tuitear algo. Que hable por mis logros y mis sacrificios. Eso me dolió de los dirigentes, que nadie habló con Pablo para que me retire en Liga. No es fácil estar 11 años en un club y lo logré. Así como yo hubo varios, recuerdo a Rambert Vera. Estimo y respeto mucho a don Rodrigo Paz. Es el mejor dirigente que tuve en mi carrera y siempre lo voy a respetar y querer.
¿Liga se equivocó?
No creo. Los resultados son los que mandan y veníamos 5 años sin lograr cosas, entonces es muy difícil. En otros clubes, en Argentina por ejemplo, no pasan esas cosas. A los “históricos” se los respeta un poco más. Eso para mí, fue un dolor muy grande. Con la dirigencia mantengo una relación no tan buena, estoy alejado de ellos. No he ido a los entrenamientos, no voy a los partidos tampoco. Sí soy agradecido con la hinchada, que merece siempre mi respeto, porque me han hecho sentir como en casa.
¿Hace falta una guía para asumir mejor el retiro?
Eso pasa por tema de la familia, lo que haces. Soy un persona muy autocrítica y supe que era muy difícil quedarme, por los números y los partidos. Sabía que en diciembre no iba a volver, porque Pablo tenía otras ideas. De la única manera que me puedo defender es dentro de la cancha.
¿Fue drástico el cambio de rutina?
Levantarme en las mañanas sin hacer nada y no ir a un entrenamiento. Ahora solo trabajo en las tardes. Si gano con mis hijos, convivir con ellos, ver cómo crecen, porque a lo mejor el fútbol te encierra y no los ves tanto. Ahora desayuno con ellos, los llevo al colegio, voy al cine, el fin de semana ya no hay partidos ni concentraciones. Ahora hago las tareas con ellos después de 22 años de carrera. El más grande cumplió 18 y se graduó. Es lo lindo del después, ver eso. También ver que la gente te retribuya fuera de las canchas, que te pidan autógrafos, que te pidan fotos.
Además de la academia, ¿qué otros planes tiene para seguir vinculado al fútbol?
Estudié para entrenador, ya puedo dirigir. He tomado cursos en varios lados y quiero seguir otro en Alemania. Ya puedo dirigir, pero todo a su tiempo. Estoy contento porque estos años de experiencia en Ecuador me hicieron dar cuenta que faltan muchas cosas en formación de jugadores. Esto es algo que uno trata de retribuirle al fútbol de alguna manera.
¿Qué podría puntualizar sobre las carencias que observa en el fútbol formativo de Ecuador?
He tenido compañeros jóvenes y cuando un DT de primera se queda después del entrenamiento a trabajar cosas que se aprenden en formación, me doy cuenta que algo se hace mal. Quiero trabajarlo para que a los chicos de 16-17 años no les falte nada y lleguen preparados. Que el DT no corrija cosas básicas como el tema de perfiles, cómo cabecear, cómo rechazar. Hay muy pocos formadores, más son técnicos. Me visualizo que de acá, en dos años, estoy dirigiendo a un equipo de primera. Trabajar con los chicos, darle lo que uno a lo mejor con las piernas no puede, pero sí con la cabeza.
¿Recuerda el primer contacto hace 11 años para llegar a Liga?
Mi llegada a Liga fue por Edgardo Bauza, lo tuve en Sporting Cristal de Perú. Él luego se fue a Colón de Santa Fe y me quiso llevar. Por la parte económica no se pudo. Luego de dos años el ‘Patón’ volvió a contactarme. En Perú ya tenía un nombre, pero lo hablé con mi familia y representante y me la jugué en un país (Ecuador) que desconocía. Fue una buena decisión venir en 2007. Jugué en la posición de un histórico como Carlos Espínola. Estuvimos 9 partidos sin ganar, pero encontramos un presidente que creyó en los procesos. Cuando los dirigentes quisieron sacar a Bauza, solo don Rodrigo confió.
¿Y Bauza se sintió incómodo?
Edgardo estaba tranquilo, es una persona correcta y muy tranquila. Cada vez que lo escuchas hablar, nunca va a decir algo de más. Siempre lo toma con tranquilidad y eso es lo que hace a un técnico grande. Sacar responsabilidad al grupo, hacerse cargo de los malos resultados y eso hace que se gane la confianza de los jugadores. Era el DT indicado. El jugador se jugó la vida por él, porque tuvo poder de convencimiento, él y su grupo de trabajo. Si bien con Edgardo se podía hablar, si marcaba una distancia entre DT y jugador. Tenía gente que era el puente con nosotros. La confianza con él fue tal, que jugamos hasta desgarrados, con esguinces y nos jugamos la vida por él.
¿Qué partido jugó lesionado?
La final contra Emelec en 2010. Jugué con un desgarro a los 15 minutos del primer tiempo y el ‘Patón’ me quería sacar. Me vendé bien, seguí jugando y terminé con un desgarro de 3 centímetros y medio. Y así salí campeón. Eso me dejó marcado, porque él me quería sacar y yo le dije que no. La confianza con él era así y yo tenía confianza ciega con él.
¿Cuándo hizo ‘clic’ ese equipo?
Hubo muchos cambios entre 2006 y 2007. Nada te garantiza que vengan jugadores nuevos y salgas campeón. Pero te dabas cuenta por lo que se trabaja en los entrenamientos, de que pronto el equipo iba a surgir. También teníamos dirigentes atrás que creían en el proceso.
¿Cuándo se dio cuenta de que podía ejercer como líder?
No me sentía líder. Siempre fui perfil bajo, pero me caractericé por hablar dentro de la cancha, de ayudar a mis compañeros. A veces hablaba más de lo que jugaba. Eso se lo trato de inculcar a los chicos: que si un jugador no habla dentro, no puede jugar al fútbol. Eso me ha marcado. Traté de ser ganador. Como siempre dije: el dinero es importante, pero los logros son más. Cuando te retiras del fútbol y tienes tus hijos para contarles historias, que vean fotos, eso te hace grande. Hoy me siento orgulloso de aparecer en una plaqueta. Ahora lo valoro más.
¿Qué tuvo el equipo de 2008 para ser campeón de la Libertadores?
Edgardo encontró un equipo que conocía sus virtudes y limitaciones. En la cancha me catalogaba como un obrero. Tenía 2 centrales (Renán Calle y Jairo Campos) que si yo les decía que vayan al piso a trabar, lo iban a hacer. Teníamos gente desequilibrante como Joffre Guerrón, a Luis Bolaños inspirado. Al ‘Piojo’ Manso igual. Uno de los trabajos de Bauza fue mantenerlo, ponerlo de a poco y estuvo 6 meses así. En 2008 explotó y eso habla bien del DT: encontrar un equipo que sepa a lo que juega.
¿Qué anécdota recuerda durante el camino al título?
Teníamos de cábala la canción ‘A Dormir Juntitos’ antes de los partidos. Eso iba desde la concentración, en el bus y en el camerino.
¿En su mejor momento en Liga tuvo ofertas para salir?
Tuve de Boca Juniors, de Necaxa y otras más. Pero uno le agarra cariño a la camiseta y quizás si luego del primer año me iba, pensando en lo económico, me hubiese perdido lo que vino después. Prefiero a un jugador que esté 4 años en un club y no a uno que haya estado de un lado a otro. Si llegan a un club, es porque van a dejar un legado.
¿A qué atribuye que haya logrado tener un nivel parejo?
Entrar a la cancha y dejar todo, si bien no era técnico. Yo no marcaba goles y un central que no anote, te limita. Pero tenía otras virtudes. No me importan los goles que hago y prefiero mantener el arco en cero, tener arqueros en la selección. No hice muchos goles, pero sí me preocupo cuando nos marcan. Vamos ganando 5-0 y nos marcan, me voy preocupado. En mi casa analizo por qué fallé yo o mi compañero, veo el error y trato de corregir. Esas cosas que me hicieron dentro de la cancha ser ordenado.
Con Liga marcó 2 goles en 11 años. ¿Sus compañeros lo molestaban?
Siempre se me burlaban, porque no sabía ni cómo festejar cuando marqué. Pero yo siempre les decía : “¿Cuántos arqueros estuvieron en la selección?”, como una manera de decir que la defensa funcionaba. Tres años tuvimos con la valla menos batida, es mi mérito.
¿Qué significó estar en la selección?
Es algo con lo que podía cerrar mi carrera. Que Ecuador me haya abierto las puertas y no lo dudé para nada. Tengo tranquilidad con mi familia acá y eso es algo impagable. Eso le da un plus. Estar en una selección y defender sus colores, fue un honor. En el grupo me sentí como uno más, siempre traté de dar lo mejor, a pesar que no nos fue bien.
¿Qué delantero fue el más difícil de marcar?
Me molestan los jugadores rápidos y acá en Ecuador hay muchos de esos, no solo potentes, sino rápidos. Es una característica de los ecuatorianos. De jugadores fuertes, la ‘Tuca’ Ordóñez, pero ahí tocaba anticiparse, pero es menos complicado que los rápidos que tienen mucha movilidad, que marcan diagonales. Por ejemplo, Enner Valencia.
¿Qué representó jugar contra el Manchester United y nada más y nada menos que en una final de un Mundial? ¿Sufrió mucho contra Cristiano Ronaldo?
Me tocó marcar más a (Wayne) Rooney, Cristiano jugaba más por fuera, entonces no lo marqué mucho. A ese nivel, la diferencia es notoria. Perdimos 1-0, pero quizá si hacíamos un gol, ellos se enojaban. Los cargaba a mis compañeros por eso. Están a otro nivel. Mentalmente estábamos fuertes, luego de ganarle a un gran Pachuca. Jugar contra el Manchester, primero vivir la previa de ese partido era de mucho nervio. Entrar en ese estadio, con toda la organización e irnos 0-0 tras el primer tiempo. Expulsaron a un rival (Nemanja Vidic) y llegó el gol de ellos. (I)