De los 4 hijos que tiene Luis Ch., el que tiene una actividad más afín al balompié es el segundo: José Luis Chiriboga, quien se desempeña como agente de futbolistas y estuvo en las divisiones formativas de Deportivo Quito, club del que su padre fue presidente entre 1983 y 1993, y con el que siempre ha estado vinculado.

José Luis, incluso, forjó una entrañable amistad con el volante Édison Méndez, a quien conoció en las categorías formativas del elenco ‘chulla’; lo apreció tanto que lo llevó a vivir en su hogar por un tiempo y hasta le obsequió zapatos de fútbol.

De acuerdo a información de la Superintendencia de Compañías, salvo el tercero de sus vástagos, Mauricio Chiriboga (29 años), los otros no participan en las empresas del indagado, quien está suspendido en sus funciones de presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) y cumple un arresto domiciliario de 90 días, mientras se realiza la instrucción fiscal que determinará si tiene o no responsabilidad en los cargos por los cuales es investigado.

Estos datos guardan concordancia con lo que el dirigente mencionó en su declaración no juramentada ante la Fiscalía de Pichincha, el pasado 4 de diciembre, donde habría especificado que Mauricio Chiriboga tenía el 1% de las acciones en la camaronera de su propiedad, Servitrón S.A. En cambio José Luis (37 años) se dedica a la representación de futbolistas. Luis Castro Espinoza, relacionador público en Quito de la FEF entre 2000 y 2009, recordó que la labor de él en este ámbito comenzó la década pasada.

Pese a esa independencia, la actividad del segundo hijo de Luis Ch. no ha estado exenta de polémica; en noviembre de 2014, el delantero Joffre Guerrón, que este año defenderá los colores del Cruz Azul de México, declaró que su no continuidad en la selección ecuatoriana se debía a un condicionamiento planteado por el titular de la FEF.

El presidente de la Ecuafútbol le habría dicho que si no firmaba una carta de representación con José Luis se ovide de ser convocado a la Tricolor.

La respuesta del agente no se hizo esperar; se mostró sorprendido y desmintió tal aseveración. Afirmó no conocer a ‘Dinamita’ y señaló que el deportista no tenía pruebas para lanzar dicha acusación.  

Para dar fuerza a su versión, José Luis citó que el único de sus representados reclutado por el estratega Reinaldo Rueda de cara a la Copa del Mundo Brasil 2014 fue el volante Carlos Gruezo, con lo que desvirtuaba cualquier tipo de influencia suya en cuanto a obtener contratos de representación a la fuerza.

Además de Gruezo, en 2015, este agente trabajó con los zagueros Anderson Ordóñez, Aníbal Chalá y Cristian Leonel Ramírez; los centrocampistas Gabriel Cortez y Jhegson Méndez, y los atacantes Edson Montaño  y Wilter Ayoví. Todos son menores de 25 años.

Lucía Vallecilla, abogada de Luis Ch., expresó que ni José Luis Chiriboga ni Vinicio L. (también es investigado por presunto lavado de activos) tienen sociedad con el suspendido presidente de la FEF en la presentación de artistas o en ninguna empresa de este.

Explicó que en la organización de espectáculos artísticos, el directivo utiliza su Registro Único de Contribuyentes (RUC) y los contrata directamente, sin la necesidad de una empresa constituida para el efecto. Paga la iluminación, mobiliario, escenario... y lleva años dedicado a este negocio.

Aclaró que su cliente no tiene acciones en la empresa Ticketshow; si bien tuvo una mínima participación societaria en 1998, no tardó en vender su parte porque no cumplió sus expectativas. Conforme a la Superintendencia de Compañías, esta firma pertenece a Vicente Arroba Soria y Gisella Galati Paz.

Luis Ch. contrataba a esta empresa para vender los boletos de los espectáculos que promovía y, como titular de la FEF, la contrató para el expendio de entradas de los partidos de la selección ecuatoriana en las elminatorias sudamericanas.

Añadió que la única compañía promotora de espectáculos que el directivo tuvo se llamó Promoevents S.A., que fue liquidada.

Luis Castro no conoce si Vinicio L. sea o haya sido socio formal de Luis Ch., en esta actividad, pero le consta que el ‘Capi’ lo ayudaba en las tareas que demandaba montar los espectáculos. No dudaba en movilizar al personal de la FEF en la ejecución de estos trabajos.

Al hablar de José Luis Chiriboga, nunca supo de vinculación alguna en las empresas de su padre, solo recordó que escuchó que hace más de 10 años habría incursionado en una empresa capitalina que alquilaba una cancha sintética para microfútbol. A ese lugar la FEF también lo contrató en cierta oportunidad, según hizo memoria.

La Fiscalía indaga a los familiares de Luis Ch. con la finalidad de esclarecer si hubo o no su concurso en los cargos por los que se abrió el proceso.

De los otros hijos se sabe que la mayor, Gabriela Chiriboga Merino (41 años), es abogada, quien laboró en la asesoría jurídica de la Superintendencia de Bancos durante 16 años y hace 3 montó una compañía de asesoría de seguros.

Mauricio Chiriboga es abogado y presta sus servicios en el Tribunal  de Arbitraje Internacional del Deporte (TAS) y en septiembre del año anterior obtuvo su residencia en España, donde se especializó. Ha defendido a varios deportistas en instancias del propio TAS.

Uno de sus últimos casos fue el del nadador ecuatoriano Iván Enderica, quien recibió una sanción por dopaje tras tomar un jarabe para una afección bronquial con una sustancia prohibida, que fue reducida.

El menor es Erick (27 años), quien es solo hermano de padre de los otros; él vive con su madre y   sigue sus estudios superiores en la Universidad San Francisco de Quito.

Luis Ch. está salpicado por el escándalo FIFA Gate, que envuelve a los principales dirigentes de la Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol (FIFA) por lavado de activos, pago de coimas, etc. (I)