¿Puede alguien comenzar a incursionar en lides extremas gracias a sufrir alguna lesión? Que se lo pregunten a Carolina Ponce y a Marcelo Espinosa, 2 de los ecuatorianos que participarán el próximo 9 de agosto en el Ironman 70.3 de Manta (Manabí), el primero con el sello Ironman Internacional que se cumplirá en el Ecuador.

La justa consta en el calendario de la citada marca, cuyos torneos suelen reunir a los exponentes mejor rankeados del planeta. Por esta razón, para Carolina y Marcelo, es motivador ‘jugar de locales’ y representar al país en forma decorosa. 

Con esfuerzo, todo es posible

Ser madre y esposa no son excusas para dejar de hacer lo que más le gusta: entrenar y competir en las pruebas ironman. Es más, su carrera deportiva la comenzó y la mantiene con todas esas responsabilidades de por medio. A sus 42 años, Carolina Ponce es una de las pocas mujeres ecuatorianas con historia en este tipo de bregas.

Cada vez que le preguntan sobre sus inicios, una sonrisa de “quién lo hubiera pensado” resalta en su rostro. Todo empezó en 2.000, luego de un desgarre en la pantorrilla derecha. Como no podía correr hasta recuperarse, se metió a clases de natación y complementaba su rutina de ejercicios en la bicicleta estática.

Lo uno llevó a lo otro. Tras rehabilitarse y volver a trotar, reparó en que sus nuevas sesiones de actividad física reunían las 3 disciplinas de triatlón: atletismo, natación y ciclismo. Hasta entonces su faceta competitiva se reducía a las lides pedestres tradicionales de Quito. Así que, de broma a en serio, maduró la idea de correr en triatlones.

Su primera incursión en un medio ironman sucedió en 2004 durante el Guayasman. Haber completado la ruta la motivó a repetir su presencia en las ediciones 2005 y 2006 del lance guayaquileño. Cada vez le fascinaba más cubrir los 21 kilómetros de atletismo, 90 de bicicleta y 1.900 metros de natación.

Para 2008, mentalizada en subir su nivel de exigencia, la capitalina terció por primera vez en el exterior y en ironman. Su estreno en los 3,86 kilómetros de natación, 180 kilómetros de ciclismo y 42,2 kilómetros de atletismo, se escenificó en Florianópolis, Brasil.

Su empeño la llevó a cosechar resultados progresivamente alentadores, hasta que en 2014 consiguió el primer puesto de la categoría damas de entre 40 a 44 años del Ironman de Los Cabos (México). Aquello le valió el clasificar al Ironman de Hawái, al que concurren los mejores cultores del mundo. Esta contienda se efectuó el 10 de noviembre último y aunque no logró un sitio estelar, pudo completar el recorrido.

Elevar su nivel de cara al medio ironman mantense, la empujó a subir sus horas de práctica de 4 a 7 diarias, 6 días a la semana. Esta exigente agenda no la induce a descuidar sus responsabilidades cotidianas. Atender a sus 3 hijos, de 12, 17 y 19 años, es la prioridad de su existencia. Por eso agradece a su esposo, Jaime Herdoíza, quien le ayuda en todo momento.

Con el gusto en los genes

Nieto del fallecido Carlos Espinosa, uno de los precursores del ciclismo ecuatoriano, Marcelo Espinosa, quiteño de 34 años, suma 3 años dentro del triatlón no olímpico. Al igual que Carolina, sus inicios se remontan a una lesión, pero, en su caso, la afección se produjo en la rodilla derecha.

Como Marcelo estudiaba telecomunicaciones y multimedia en la Universidad de Indiana, se hizo operar en Quito y retornó a Estados Unidos para cumplir la rehabilitación. El tratamiento incluía natación, una disciplina que siempre le gustó, pues en su edad escolar competía en torneos de semifondo.

Eso se mezcló con su afición por las carreras atléticas sobre asfalto y su gusto por el ciclismo que, según él, le vino en los genes. Desde entonces la posibilidad de intervenir en un medio ironman se le metió en la cabeza, pero no se decidía. Fue la resolución de su padre, Iván Marcelo, quien lidió en el ironman de Galápagos, la que lo convenció de que debía intentarlo.

“Si él puede, ¿yo por qué no?”, se dijo y desde ahí los triatlones constan en su biografía. La trayectoria de Marcelo tiene 2 medio ironmans, varios triatlones olímpicos y un par de sprints. El Ironman 70.3 de Manta le servirá de preparación para su primer ironman, el de Cambridge (EE.UU.), a disputarse el 3 de octubre de este año.