Osbaldo Lastra es uno de los jugadores ‘inamovibles’ en el centro del campo de Emelec. El pasado miércoles, en la cancha del estadio Monumental, destacó por su potencia física para marcar y su visión para habilitar a sus compañeros.   

Lastra se convirtió en un verdadero administrador de fútbol en la media cancha ‘eléctrica’. Ángel Mena (con 7 recepciones) y Miller Bolaños (con 16 recepciones) fueron los principales favorecidos con el juego de Lastra. Incluso en el primer gol de Emelec, el exMacará fue quien recuperó la pelota en la mitad del campo y se la cedió a Bolaños, quien finalmente asistió a Mena.

Una de las principales virtudes del volante esmeraldeño es su velocidad y fortaleza física para jugar por todo el mediocampo. Durante la primera final jugada, Lastra recorrió entre 7 y 8 kilómetros, durante 90 minutos.     

En un análisis realizado por el técnico Juan Miguel Macías a Emelec -en el sitio web Ecuagol-  destaca la labor táctica que el volante de marca realiza. “Lastra es el jugador que le da equilibrio al esquema de su conjunto, siempre está bien ubicado cuando su equipo pierde el esférico, regresa bien en los contraataques del contrario y por el juego aéreo gana”.

En el torneo local, Lastra completó, en el Clásico del Astillero, su partido 36 del año, además de los 9 que realizó en Copa Libertadores (2)y Copa Sudamericana (7). En el torneo nacional que culminará este domingo, acumula 2.707 minutos. Marcó 2 goles (a Barcelona).

Lastra llegó a filas ‘eléctricas’ en la temporada 2013 procedente del Macará de Ambato y recibió el visto bueno del actual cuerpo técnico liderado por Gustavo Quinteros.

Las destacadas actuaciones en el campeonato nacional y copas internacionales incrementaron el valor de sus derechos deportivos, según la empresa Transfermarkt; el equipo que desee los servicios del volante ecuatoriano deberá pagar cerca de $1’200.000.

Pero el volante de 29 años tuvo momentos difíciles antes de llegar al ‘bombillo’, según indica el director técnico ecuatoriano Homero Mistral Valencia. “Lo quisieron botar de Macará y cuando yo llegué no dejé que hicieran eso. No me equivoqué y ahora me alegro por él”.

Para el estratega ecuatoriano, el momento de Lastra en el fútbol ecuatoriano y el excelente nivel que demostró en el Clásico del Astillero se justifican por sus condiciones. “Muy bueno técnicamente. Tiene buen recorrido de área a área. Saca bien las jugadas de pelota parada. Recupera muchos balones, en síntesis muy completo”.

Uno de los aspectos que el volante azul debe desarrollar es la reacción ante jugadas rápidas y aumentar la velocidad expresiva, según indicó Mistral Valencia. Asimismo, la vehemencia con que disputa cada balón lo hace acreedor a amonestaciones por parte de los árbitros. En el torneo local recibió 10 tarjetas amarillas, la última ante Barcelona el miércoles.

Checa y Peppino crecieron en el segundo tiempo

Barcelona fue superado futbolísticamente por Emelec en el primer tiempo. Los volantes azules se apoderaron del balón, cubrieron los espacios y tocaron a placer en la media cancha. Pero durante el segundo tiempo los defensas Luis Checa y Franco Peppino crecieron en su fútbol y fueron clave en el mejoramiento de Barcelona.  

Checa terminó el encuentro completando 49 pases. Al adelantar las líneas el zaguero ecuatoriano ayudó al juego de los volantes y buscó habilitar a sus laterales. Mientras que el argentino Peppino registró 14 recuperaciones de pelota y al igual que Checa jugó cerca a los volantes de marca para potenciar el juego colectivo. Estuvo cerca de anotar luego de un tiro de esquina. El zaguero tuvo su mejor partido con la camiseta amarilla desde la llegada al país. Un jugador clave en el cambio futbolístico que tuvo Barcelona en el segundo tiempo fue el volante ofensivo Michael Quiñónez. Ingresó apenas inició el segundo tiempo y realizó 14 pases correctos. Se ubicó delante de los volantes de marca.