La peor crisis ‘azulgrana’ se generó en su época más gloriosa, cuando conquistó 3 de sus 5 coronas en 4 temporadas
La inestabilidad de las directivas en los últimos 7 años ha perjudicado al Quito
Socios e hinchas de Deportivo Quito le atribuyen a la inestabilidad política los problemas sufridos por el club en la última década. Es más, en toda la historia de la institución son pocos los directorios que terminaron sus períodos. Las administraciones más largas fueron la tercera de Ney Mancheno Velasco, de 1970 a 1976, y la de Luis Chiriboga Acosta, de 1983 a 1991. Ambos casos marcados por las reelecciones.
Esta circunstancia hace pensar que las palabras de Fernando Mantilla, luego de renunciar a su segundo mandato, no carecen de veracidad. “Los enemigos del Quito están en el Quito”, dijo el directivo al oficializar su dimisión.
Divisiones internas
Las divisiones internas afectaron a algunos directorios. Byron Pástor (65 años), socio de la ‘AKD’ desde 2000 y exvocal de la plana mayor que encabezó Fernando Herrera entre 2002 y 2003 (primer período), cuenta que en aquella época la intervención de otro personaje (prefiere omitir el nombre) desembocó en la renuncia de Francisco Chiriboga Acosta (2000-2001).
“Patricio Salazar era gerente financiero. Llegó un señor que le acusó de dolo. Le hicieron una auditoría y aunque no le comprobaron nada, la situación dividió a los dirigentes. Paco Chiriboga prefirió dar un paso al costado”, narra.
Añade que en 2003 ya se presentaron inconvenientes con futbolistas que querían ganar cifras ajenas a la realidad económica del club. Contratiempo que se presentó años adelante, cuando en noviembre de 2009 la Universidad Internacional SEK asumió el mando del equipo.
La firma entre el Quito y la SEK hizo que se tripliquen los salarios de los exponentes. Por ejemplo, un elemento que ganaba $ 12.000 pasó a ganar $ 30.000. Lastimosamente, la multinacional finiquitó el contrato en febrero de 2013. No obstante, la directiva debía cumplir los sueldos convenidos con SEK.
Sobre este tema, en su momento, Fernando Mantilla afirmó que en 6 años el déficit ‘azulgrana’ pasó de $750.000 a $3’500.000. Él fue presidente de la comisión de fútbol que en 2008 alcanzó el tercer título ‘azulgrana’, bajo la presidencia de Fernando Herrera, quien renunció tras la conquista del campeonato.
Al salir de la entidad, Herrera admitió que la consecución del cetro resultó muy costosa. Al terminar la campaña, el Quito ya tenía pasivos por $1’200.000.
Otro inconveniente puntual que menciona Byron Pástor son las ‘conspiraciones’ de las plantillas. La más reciente, pronuncia, ocurrió en 2013, cuando el elenco influyó en la dimisión de Fernando Mantilla (16 de septiembre), cuyo segundo mandato duró apenas 7 semanas.
“Se les debía sueldos, sí, pero no era justo que no se presenten ante el Manta (jugó una oncena juvenil) y pierdan, con dedicatoria, 6-0 con Deportivo Cuenca”, rememora.
En su carta de renuncia, Mantilla enfatizó que se iba para evitar un mayor deterioro entre él y los jugadores, porque el diálogo se había agotado. Criticó entonces los abandonos de concentraciones y las malas presentaciones de la escuadra.
En cuanto a la mala situación financiera del equipo, el expresidente Iván Vasco (noviembre de 2012 a junio de 2013), citó que tomó el equipo con un déficit de entre $4’500.000 y $5’500.000. En esa época el pago mensual de nómina había sobrepasado los $300.000.
Aplaude de Santiago Ribadeneira su investigación sobre la deuda real del ente y su propuesta de autogestionar al club sobre un patrimonio propio, refiriéndose al proyecto de construir un centro comercial con áreas deportivas en Carcelén.
Vasco cree que esa es la línea a seguir por quien se haga cargo de la entidad, pero para ello se requiere la moratoria de los acreedores. “Las deudas seguirán por un tiempo, pero el acreedor tendrá un respaldo real de recuperar su dinero. No hay otra solución”, cita.
Ayer, en la asamblea de salvataje convocada por la Asociación de Fútbol No Amateur de Pichincha, sonaban con fuerza para la directiva los nombres de Joselito Cobo, Ricardo Acosta y Ernesto Guerra. De ser aceptado alguno de ellos en la presidencia, comenzaría la administración 30 en la historia ‘chulla’.