Los ‘toreros’ llegaron a 48 puntos y ganaron la segunda etapa
La final es guayaca (Galería)
El pitazo final del árbitro Carlos Vera originó la alegría de los 37 mil hinchas de Barcelona que colmaron el estadio Olímpico Atahualpa ayer, con el triunfo 1-0 ante Universidad Católica, en Quito.
“Vas a ser por siempre mi pasión, Barcelona te llevo en el corazón, gritaré con locura, soy de la Sur Oscura...”, alentaban a todo pulmón los aficionados ‘toreros’, quienes ya se imaginaban la final inédita del campeonato nacional contra su clásico rival, Emelec.
De pie y con los brazos levantados, la afición continuó con los cánticos, mientras en la cancha los jugadores ‘amarillos’ se abrazaban y fueron a festejar el título de la segunda etapa con la gente que se ubicó en la preferencia del escenario deportivo capitalino.
Los cantos tras el encuentro estuvieron acompañados de alivio y algarabía; pero en el segundo tiempo, ese mismo aliento bajó desde los graderíos con nerviosismo y desesperación, pues el conjunto del técnico Rubén Israel defendía con 11 futbolistas en su propia cancha, no podía elaborar más de 3 pases consecutivos y perdía la pelota con los futbolistas ‘celestes’.
El tempranero gol del defensor Pedro Pablo Velasco relajó a los jugadores del ‘Ídolo’, quienes regalaron toda la cancha al equipo local. Esa pasividad molestó a la hinchada, que con cada pérdida de balón pifiaba a los futbolistas. En las gradas, todos se agarraban la cara y la cabeza con cada pelota que llegaba al área de Barcelona, porque un gol de la ‘chatoleí’ dejaba sin final al cuadro guayaquileño, pues Independiente del Valle superaba cómodamente al Manta FC.
“Volveremos, volveremos, volveremos otra vez, volveremos a ser campeones...”, fue otra de las canciones que retumbó alrededor del estadio Atahualpa en los minutos finales del cotejo que dejó sin uñas en las manos a más de uno, pues la felicidad por llegar a la final se hubiera desvanecido en cualquier momento si hubiese caído un gol del cuadro quiteño dirigido por el técnico argentino Jorge Célico.
“Sur Oscura Manabí siempre alentando”, era la leyenda escrita en una gran bandera de franjas amarillas y negras que se desplegó minutos antes en la preferencia del Olímpico Atahualpa. Al verla, los presentes en el estadio corearon al unísono: “Ídolo, como te explico, cuánto te amo yo”, la tradicional barra de Barcelona cuando gana.
Una vez finalizado el encuentro, el primer lugar de la segunda etapa pasó a un plano secundario y la mentalidad de los barcelonistas rápidamente cambió de objetivo: derrotar al ‘Bombillo’ en la final y conseguir su 15ª estrella, tras el título alcanzado en 2012.
La expectativa por 2 nuevos clásicos del Astillero fue evidente. “No puede haber una mejor final de campeonato, serán partidos a muerte, pero estoy seguro que Barcelona va a ser el nuevo campeón”, dijo exaltado el quiteño Ramiro Figueroa, quien faltará a su trabajo y viajará a Guayaquil para presenciar en vivo los encuentros en el Monumental y en el Capwell que se disputarán el miércoles y el domingo, en ese orden.
Con el triunfo, Barcelona llegó a 48 puntos en la segunda etapa, gracias a 15 victorias y 3 empates. Aseguró jugar Copa Libertadores en 2015. Mientras que Universidad Católica finalizó sexto en la acumulada y clasificó a Copa Sudamericana.