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El Telégrafo
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La copa no cambia de manos, se va para el Capwell

Los jugadores de Emelec en el momento en que reciben el trofeo que los acredita como campeones nacionales. Pedro Quiñónez y Gabriel Achilier, que se dividieron la capitanía en esta temporada, levantaron juntos la copa.
Los jugadores de Emelec en el momento en que reciben el trofeo que los acredita como campeones nacionales. Pedro Quiñónez y Gabriel Achilier, que se dividieron la capitanía en esta temporada, levantaron juntos la copa.
Foto: John Guevara / El Telégrafo
21 de diciembre de 2015 - 00:00 - Redacción Fanático

Todo es fiesta en Emelec, que además de conquistar su decimotercera corona se convirtió en el primer equipo ecuatoriano distinto a Liga de Quito en dar la vuelta olímpica en el estadio Casa Blanca. Con su nueva estrella también igualó 2 récords de El Nacional: sumar 13 títulos locales y ser el segundo elenco en ostentar un tricampeonato (el conjunto criollo tiene 2).

En medio de las caras largas de los hinchas locales, el ‘Bombillo’ festejó su superioridad frente al elenco ‘merengue’ en la final del Campeonato Nacional de 2015, al que derrotó 3-1 en el lance de ida, estelarizado en el estadio Reales Tamarindos de Portoviejo, y le empató sin goles ayer, alcanzando un global de 4 puntos, 3 tantos a favor y 1 en contra. Liga se quedó con una unidad, una diana a favor y 3 en contra.

A los seguidores del representativo ‘universitario’ se les hizo raro no ver a su ídolo levantando la copa, es la primera final que pierde en un torneo doméstico. La decepción resultó más grande porque la ‘U’ ni siquiera consiguió la victoria.

Pese a ello, 20 minutos después de culminado el encuentro, un buen número de fanáticos del plantel capitalino permaneció en el recinto deportivo, algunos cantando por Liga y otros observando el armado de la tarima de premiación.

Quienes gozaban a plenitud eran los 4 mil simpatizantes del ‘Ballet Azul’, que coparon la bandeja sur alta. Agitaron banderas mientras aguardaban que el equipo de sus amores reciba el trofeo. Por seguridad, los espectadores de la escuadra visitante deben esperar que el público dueño de casa evacúe los graderíos. Nunca antes su espera resultó tan placentera.

Liga sin profundidad

El combinado ‘albo’ manejó campo y pelota durante el primer tiempo, pero careció de sorpresa. El representativo ‘azul’ se replegó con orden y, con doble línea de 4, dificultó el traslado de balón para su oponente. Esto obligó a que el ‘blanco’ lateralice demasiado los pases y no encuentre profundidad.

Contrario a lo que se esperaba, el costado por donde menos penetración encontró el local fue el derecho. A las limitaciones técnicas y de visión que caracterizan a José Madrid se sumó la poca proyección de José ‘Choclo’ Quinteros, quien no tuvo el desborde ni las ideas de otros compromisos.

Por el lado izquierdo, Diego Morales y José Cevallos intentaron juntarse, pero la defensa visitante los detuvo a cualquier costo, incluso con faltas. De esa manera se les complicó conectarse con el ariete uruguayo Jonathan Álvez.

Emelec, que se mostró más defensivo de lo esperado, exhibió una propuesta tibia, con esporádicos contragolpes. Su férreo planteamiento se basó en una marca fuerte, en quemar tiempo y en rematar a la primera intención. Tres fueron las ocasiones en las que se animó a hilvanar ataques asociados.

El volante de marca, Pedro Quiñónez, baila durante la celebración de los tricampeones previo a la premiación. Foto: API

Aquellos avances tuvieron como hombres más incisivos a Miler Bolaños y Ángel Mena, quienes en un par de oportunidades preocuparon al portero Alexander Domínguez.

Las acciones más claras para Liga nacieron a los 14 minutos, en un cabezazo de Álvez que detuvo Dreer en espectacular atajada, y a los 28 minutos en un remate de Luis Romero que Dreer no pudo desviar. El balón ingresó, pero el árbitro Daniel Salazar anuló la anotación por un fuera de juego bastante discutido.

La situación más clara para el ‘azul’ se produjo a los 44 minutos, cuando Miler Bolaños fue derribado en el área por Pervis Estupiñán. La falta, que equivalía a penal, no obtuvo sanción del réferi Salazar, que dejó continuar las acciones.

En el segundo tiempo Emelec no varió su esquema defensivo, pero le cedió menos tiempo la pelota a su contrincante. Liga se disparó al pórtico de Dreer mas le costaba crear espacios para ponerse a tiro de gol.

La búsqueda de un error rival tampoco surtió efectos. Jorge Guagua, Gabriel Achilier, John Narváez y Óscar Bagüí resolvieron de manera impecable toda arremetida local. Completaron sus tareas Fernando Gaibor, Pedro Quiñónez y el paraguayo Fernando Giménez. En las labores ofensivas, en busca de un contraataque, quedaron Ángel Mena, Miler Bolaños y Marcos Mondaini.

En Liga, al no encontrar el camino del fútbol asociado, Álvez, Morales, Cevallos, y después Juan Ignacio Cavallaro, Narciso Mina y Michael Jackson Quiñónez, que ingresaron al cambio, intentaron jugadas individuales pero siempre cayeron en la marca de los celadores ‘eléctricos’.

Tras la terminación del compromiso, los locutores radiales estrenaban calificativos para el ‘ballet’, al que mencionaban como el ‘Tricampeón de la nueva era’.

Liga, en tanto, tuvo que conformarse con el subcampeonato y la reflexión de que en la segunda etapa jamás pudo doblegar de local a equipos que se encerraron en su cancha y lo contragolpearon. Así perdió ante Liga de Loja y Aucas, y no pasó del empate con Mushuc Runa. Por estos motivos, para los seguidores ‘azucenas’ el cetro no se perdió en la final, sino cuando se desperdiciaron las opciones de ser campeón directo. (I)

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