Cerca de 25.000 hinchas toreros fueron testigos de la caída de su equipo en casa, nuevamente ante un River Ecuador que durante esta temporada le ha ganado siete de nueve puntos en disputa. Ayer la derrota fue por la mínima diferencia (1-0), pero los ‘rojos’ volvieron a demostrar que están en capacidad de desnudar las flaquezas del ‘Ídolo’ y cerrarles las rutas de gol hasta sacar el resultado que buscan.

Sin duda, el DT Guillermo Almada no consigue que sus jugadores interpreten sus mecanismos de ataque y repliegue. Los principales defectos de la escuadra en la primera mitad fueron la poca capacidad en la recuperación y distribución, con un Hamilton Pereira impreciso en el quite y un Matías Oyola absorbido por la marca y presión de salida que generaba el equipo de Humberto Pizarro. A esto se sumó la falta de desborde por las bandas y la escasa rotación en el medio campo que provocaba el abuso del balones largos al área rival para generar ataques.

De su lado el conjunto visitante se mostró compacto, con solidez defensiva, tapando las salidas del rival y aprovechando los espacios que este dejaba para lanzarse al contragolpe.

El premio inmerecido para la gestión de Barcelona hubiera llegado en el arranque de la etapa de complemento con una anotación de Ismael Blanco. No obstante, el gol fue anulado por una supuesta falta en ataque.

River no perdió el orden ni concentración. Consciente que de los ‘toreros’ saldrían a buscar el resultado y dejarían espacios, Pizarro dispuso el ingreso del paraguayo Maciel en lugar del juvenil Chila para potenciar el ataque.

A los 54’ la ‘Fuerza Roja” consiguió su cometido. Caicedo recuperó un balón en el borde del área visitante y conectó un pase con el ‘Chavo’ Cruz, quien se proyectó por el centro de la cancha eludiendo la débil marca de Calderón. El volante vio desmarcado a Daniel Néculman por el costado derecho y le sirvió un balón elevado que el artillero apenas logró bajar antes de soltar un disparo cruzado que acabó en la red. (I)