Gruezo iba a Esmeraldas a visitar a su familia
Júnior Gruezo quería debutar en primera y de esa forma ayudar económicamente a su familia en su natal Esmeraldas. Su talento como volante de marca alimentaba su esperanza de que en cualquier momento pudiera formar parte de un plantel estelar del fútbol ecuatoriano.
Sus planes se interrumpieron el viernes pasado cuando se embarcó en el bus disco 45 de la Cooperativa La Maná, que se accidentó en el kilómetro 30 de la vía Alóag-Santo Domingo. En ese incidente fallecieron 14 personas, entre ellas el futbolista de 21 años.
Gruezo tenía planeado visitar a su familia que reside en el barrio la Mina de Piedra, en Esmeraldas.
Según Luis Medina, quien lo entrenó en las formativas de Norteamérica de Guayaquil, el futbolista había llegado a un acuerdo para jugar en el club Puerto Quito y quería ver a sus allegados antes de dedicarse de lleno a su nuevo equipo.
Medina, exfutbolista de Deportivo Quito, Universidad Católica o Manta, en la década de los 90, lo recuerda como una persona educada, tranquila y respetuosa, que se esforzaba por llegar a la primera categoría. El entrenador lo dirigió desde 2012, cuando ingresó a la sub-14.
A Gruezo lo conocían como ‘Muño’ en el club guayaquileño porque él decía que cuando iba a la marca iba con el puño, pero a veces solía decir ‘muño’. Con ese apelativo se quedó durante su etapa como futbolista en Norteamérica.
Con ese club, conducido por Marcos Zambrano, tuvo la oportunidad de ir a una gira por Europa, en 2012, donde actuó en España y Portugal, contra clubes como Barcelona, Real Madrid o Porto. Aquello representó una gran motivación para su carrera.
“Era un muy buen jugador. Un chico rápido, técnicamente bien dotado y con visión periférica en la cancha. Reunía condiciones para poder triunfar”, agregó el ‘Chocolate’ Medina, como lo conocen.
Hace un año abrió una escuela de fútbol en Durán y en abril de este año vio por última vez a Junior. Él y su primo José Ayoví, jugador de Barcelona, llegaron a la cancha ubicada en el sector de la Primavera 1. Conversaron unos momentos y los primos le obsequiaron 10 balones para la escuela.
Después de su formación en Norteamérica fichó por el Deportivo Azogues. En 2014 disputó 17 encuentros con la sub-18 y tres con el primer plantel en el torneo de la serie B, según el reporte de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF).
En 2015 llegó a Universidad Católica, donde se reencontró con uno de sus mejores amigos en el fútbol, Jordy Caicedo. Con él coincidió en Norteamérica y también en Azogues, por lo que está muy feliz de compartir en un equipo más.
El ‘Muño’ integró el elenco de reserva y en varias ocasiones se entrenó en el primer equipo por pedido del entrenador Jorge Célico.
Óscar Tedini, argentino a cargo del plantel de reserva, aseguró que veían muchas condiciones en él y le auguraba un buen futuro.
Tedini resaltó sus condiciones técnicas, pero también su carácter y personalidad. “Como todo joven, era algo reacio a seguir las reglas. Nos reunimos con él varias veces para cambiar su forma de proceder, porque era un chico con mucho talento. Ha sido una noticia muy dolorosa”, contó el estratega.
Gruezo acumuló 18 encuentros con la reserva de la ‘Chatoleí’ y marcó un tanto. En el club tenían la intención de que continuase, pero él pidió su carta pase, por lo que salió libre. En 2016 estuvo por vincularse a Aucas, por no arregló su llegada al equipo quiteño y el primer semestre permaneció sin actividad.
Recién en septiembre encontró equipo y firmó con el Pelileo de la segunda categoría de Tungurahua. Apenas jugó en tres ocasiones. Después de tantos cambios quería que este fuera su año. Estuvo entrenando con América de Quito, pero no se vinculó de forma oficial y continuaba sin equipo, hasta que apareció el Puerto Quito, con el que había llegado a un entendimiento.
EL TELÉGRAFO trató de contactarse con Caicedo, pero el futbolista se excusó de dar declaraciones por su amigo y prefirió mantenerse centrado en el partido que debía disputar Universidad Católica, ayer contra Delfín, en Manta. (I)
Júnior planeaba construir una casa en su tierra
La pequeña vivienda de construcción mixta de Esmer Gruezo y Duly Arroyo, ubicada en la parte alta del barrio Mina de Piedra, suroeste de Esmeraldas, quedó estrecha para recibir a familiares, compañeros del colegio y vecinos de Júnior. Su tía, Tatiana Gruezo, y sus dos hijos se encargaron de coordinar con el párroco de la iglesia Sagrada Familia, ubicada a varias cuadras del velatorio, la misa de cuerpo presente, ayer a las 13:00.
Doña Duly recordaba con tristeza que Júnior le había ofrecido construir una casa nueva cuando fuera futbolista profesional. “Estaba listo para viajar en agosto próximo a Qatar, para su ingreso a un equipo de fútbol de ese país”, dijo.
Contó que era un hijo cariñoso y que cuando llegaba a casa los fines de semana él se encargaba de cocinar y otras actividades del hogar, por ello les extrañó su desaparición desde la noche del viernes pasado.
“Conversé por teléfono con él y pidió que le enviara una maleta con ropa a Quito y le hiciera una transferencia de dinero”, detalló su padre.
Esa noche se enteró en las noticias de la tragedia del bus de la Cooperativa La Maná, que se había incendiado en la carretera. A su esposa Duly le comentó, pero jamás se imaginaron que su hijo Júnior estaba ahí.
Como no tenían información de él llamaron a Naomi, novia del futbolista, que estudia en Quito. Ella les comentó que a las 19:00 Júnior le había enviado un audio en el que el futbolista le ofrecía casarse con ella. Luego se escucha como un estruendo, manifiesta.
Como tenían información del futbolista desaparecido, comenzaron a llamar a sus amigos y conocidos. Incluso hasta en el Facebook de su hermana Carla pusieron un video y fotos donde lo reportaban como desaparecido.
Alguien dijo a la familia que buscaran en los hospitales o la Policía Nacional de Santo Domingo de los Tsáchilas, por si acaso estuviese reportado entre las víctimas del accidente del bus interprovincial. Al no tener repuesta retornaron a Quito, pero nunca se imaginaron encontrar el cadáver de Júnior en la morgue. A las 22:00 del jueves arribaron sus restos mortales hasta su barrio. Ayer por la tarde se realizó el sepelio en el cementerio de Esmeraldas. Júnior era el tercero de cuatro hermanos: Carlos, Karla y Adriana. (I)