El estadio Olímpico Atahualpa será derrocado y en el mismo lugar se construirá uno nuevo. Esa decisión la tomó la comisión Pro Estadio, que trabaja en el proyecto de mejoramiento del escenario deportivo, inaugurado en 1951.

Existían dos propuestas iniciales: el plan A, que consistía en una remodelación integral de la construcción y el plan B, que se trata de demoler la estructura actual y edificar una nueva. Finalmente, el plan B se ejecutará.

La idea es que se realice un concurso de arquitectura y urbanismo para determinar la mejor opción.  En la hoja de ruta establecida por la comisión, actualmente se trabaja en la elaboración de las bases del concurso, en las que se deberán cumplir ciertos requerimientos.

No se tratará solamente de un estadio y tendrá el nombre de Complejo Urbano Estadio Atahualpa. Existirán espacios para museos, para actividades comerciales, turísticas, administrativas y hoteleras (la idea es tener un hotel donde llegarán las delegaciones que vayan a jugar en el Atahualpa), además de un espacio para un centro de convenciones.

El escenario tendrá una capacidad de 60.000 espectadores y deberá ajustarse a todas las normativas FIFA relacionadas con los escenarios deportivos.

En enero próximo está previsto que se realice la convocatoria oficial al concurso y existirá un plazo de tres meses para la presentación de los anteproyectos de quienes intervengan.

Según Fernando Carrión, asesor del alcalde Jorge Yunda y miembro de la Comisión Pro Estadio, si todo marcha en orden, la obra (el derrocamiento) arrancaría a finales de 2020 o al principio de 2021. “Es un proyecto muy grande, que implica sobre todo conseguir el financiamiento”, dijo.

En ese sentido, el financiamiento provendrá en un alto porcentaje de la empresa privada. También existirá un aporte del Gobierno y del Municipio capitalino.

Jaime Ruiz, presidente de la Concentración Deportiva de Pichincha (CDP), indicó que los valores serán muy elevados para una nueva construcción.

Si se optaba por la remodelación, el valor era de unos $50 millones; para edificar uno nuevo la cifra se triplicaría a $150 millones.

Ruiz ha recalcado en varias oportunidades que el estado actual del escenario es “crítico”. Este Diario realizó ayer un recorrido por el lugar y constató aquello.

Si bien es funcional, su aspecto es vetusto y deteriorado. Existen zonas en las que se han hecho trabajos mínimos para solucionar inconvenientes del momento, pero que con el tiempo vuelven a presentarse.

El lobby principal, el ingreso principal, luce oscuro y descuidado. En él se muestran varias placas, que por el paso del tiempo se han tornado ilegibles.  

Sobre todo se complica cuando el Atahualpa debe recibir partidos de competiciones de la Conmebol, como Copa Libertadores, Sudamericana o Eliminatorias a la Copa del Mundo.

Por ejemplo, la Conmebol exige que las luminarias para un partido nocturno registren 800 lúmenes (unidad del sistema internacional de medida para calcular el flujo luminoso); las que funcionan hoy solo alcanzan 120.

Por esa razón se imponen multas por no cumplir con el mínimo establecido para las competiciones internacionales en la región.

En marzo de 2020 arrancarán las Eliminatorias al Mundial de Catar 2022 y el presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), Francisco Egas, mencionó que tienen un plan B por el estadio del Atahualpa.

“Al Olímpico hay que reestructurarlo desde sus bases, no es de darle una mano de gato. Si los arreglos nos permiten jugar ahí, le daremos prioridad, pero tenemos un plan B, que es el estadio Rodrigo Paz, que puede recibirnos en Quito”, indicó Egas.

Egas también forma parte de la Comisión Pro Estadio. Además de los dirigentes Ruiz y Carrión, están en la comisión Andrea Sotomayor, secretaria de Deportes; Fernanda Vásconez, presidenta  del club Ñañas; Jacinto Bonilla, coordinador de deportes de Medios Públicos y Roque Sevilla, exalcalde de Quito.

En marzo, en la segunda fecha de las Eliminatorias, Ecuador recibirá a Uruguay. Si pasa la inspección de la Conmebol se jugará en el Atahualpa, caso contrario se optará directamente por Casa Blanca.

Para tratar de que se juegue en la que se convirtió en la “Casa de la Selección”, está previsto realizar una intervención emergente.

Esto incluiría la iluminación (con un mínimo de 1.200 lumens), hacer un graderío para 900 personas debajo del marcador electrónico, adecuar los palcos a modo de suites, acceso a internet en camerinos de árbitros y salas de delegados, adecuación de baños, remodelar las cabinas de radio y televisión e implantar un sistema de video vigilancia.

Todos esos aspectos serán tomados en cuenta para que el Atahualpa pueda continuar como la sede de la selección ecuatoriana en las Eliminatorias mundialistas.

Tras la inspección que se realizó al escenario, se determinó que la estructura base se encuentra en buen estado, pero si se optaba por la remodelación evidentemente debía abarcar muchas zonas de la construcción.

Dentro de la planificación se prevé que se hagan cuatro o cinco pisos de estacionamientos subterráneos. La nueva edificación se construiría unos metros más atrás de la actual; es decir, se recorrerá hacia el oriente.

Por esa razón, la construcción podría empezar en la zona donde actualmente se ubica la pista de patinaje y avanzar una parte, sin afectar el desarrollo de los partidos del campeonato nacional, hasta cierto punto.

Está previsto que se realice también un estudio vial, que tardará dos meses, para determinar cómo se desarrollará el tránsito en las avenidas que confluyen en el estadio: la 6 de Diciembre y la Naciones Unidas.

Existe la posibilidad, dentro del plan inicial, que se construya un túnel que pase por debajo del estadio, para conectar con otras calles cercanas. (I)