Pablo Repetto se sorprende cuando una mosca verde vuela cerca de él la cancha de entrenamiento de Liga de Quito en Pomasqui. El brillo que emite el animal lo distrae por un momento, antes de meterse de lleno a hablar de lo que lo apasiona: el fútbol. 

Liga de Quito es el segundo club que dirige en Ecuador, luego de cuatro años con Independiente del Valle. Esa experiencia pasada le permite asumir el reto con un conocimiento amplio del balompié ecuatoriano, pero con la misión de sacar del “letargo” en el que está inmerso el equipo ‘albo’, luego de un mal primer semestre.

El último proyecto exitoso que cumplió como DT fue el de Independiente del Valle, con el que llegó hasta la final de la Copa Libertadores de América. Después, la aventura en Emiratos Árabes Unidos le sirvió como aprendizaje para entender que por muchos recursos que existan, el profesionalismo no se compra. También quedó sorprendido con los estadios de lujo, donde en algunas ocasiones los directivos pagaban a los aficionados para que asistan a los compromisos.

En Olimpia sintió que podía arrancar un proceso largo, pero apenas estuvo mes y medio. A pesar de que cree que tenía un balance positivo, lo destituyeron del cargo. Una de las críticas que más recibió fue por la contratación de Librado Azcona, pero el tiempo le dio la razón y hoy el golero es intransferible para el club y fue elegido como el mejor de la temporada pasada.  

Con un nuevo horizonte, el entrenador espera juntar en Liga todos los factores necesarios para cumplir un proceso exitoso y pelear por un lugar en la final del campeonato nacional.

Por ahora vive solo en Quito, mientras su familia se integrará más adelante. Sus hijos nacieron en la capital ecuatoriana por lo que existe un vínculo con el país que va más allá del trabajo. Por esa razón disfruta de la tranquilidad de la ciudad y de la amabilidad de la gente, como él mismo describe.

Lleva un par de semanas en el club. ¿Cuáles fueron las primeras impresiones en el equipo?

Estoy contento por regresar al país. Ni hablar el hecho de estar en Liga, un equipo con historia, con la masa de aficionados que siempre lo ha caracterizado al ser uno de los más populares en el país y América. Me encontré con un club ordenado, con todas las comodidades y ahora atraviesa en una situación complicada desde el punto de vista deportivo. Llegamos para tratar de mejorar y proyectar un futuro que sea acorde con la historia del equipo. 

¿Existe una fórmula para sacar a un equipo grande en esa situación comprometida como la que vive el club en la actualidad?

No hay una fórmula. Uno debe adaptarse a los jugadores y a partir de ahí sacar el máximo provecho de cada uno dependiendo de sus características. Tratar de juntarlos a todos, que sea un grupo unido, solidario. La entrega no puede faltar, para salir de esta situación. El camino para hacerlo pasa por ser un grupo unido, solidario y que cada uno dé el máximo. Si lo dieron, que den un poquito más.

Usted llegó y de inmediato se vinieron una seguidilla de partidos. ¿Cómo afecta eso de cara a poner a punto el plantel?

Siempre es bueno tener tiempo de trabajo para que se adapten a la idea y que cada jugador pueda desarrollarse desde el punto de   vista físico, porque las posiciones también requieren de una condición física diferente. Después, a través de la repetición tratar de que el equipo sea más ordenado y sincronizado, en defensa y ataque.

Después de la etapa en Independiente, ¿puede establecer una comparación entre los clubes?

Yo recuerdo que cuando llegué a Independiente, el equipo había cambiado de DT por malos resultados también. Generalmente es así. Hay alguna excepción como fue lo de Jorge Célico o como cuando yo salí de IDV. Llegué a una realidad que no era muy buena desde el punto de vista deportivo, por buscar una similitud. Otras cosas desde el punto de vista de infraestructura y comodidades, ambos equipos en esa parte son muy buenos. En el tema económico ambos son responsables.  Diferencias, claro que existen. Liga tiene una historia de haber ganado cuatro copas internacionales y tiene una base de hinchas más amplia.

Las divisiones formativas son un puntal en el proyecto de Independiente. ¿Cómo está Liga en ese aspecto?

No he visto mucho aún, porque estoy poco tiempo. Para Independiente esa era su apuesta grande y en los últimos años ha sido el mejor equipo formativo. Ahí tiene una ventaja, porque su apuesta va hacia allá.

¿Qué es lo más complicado para usted como DT de asumir en un nuevo club?

Lo difícil del entrenador es cuando tienes que tomar decisiones con respecto a la salida de un futbolista. No es este el caso, porque cuando yo llegué el plantel ya estaba armado. No creo que exista algo difícil. Complicado es lograr un funcionamiento, que no es de un día para el otro. Con trabajo lo podemos lograr.

Sus experiencias pasadas antes de llegar a Liga de Quito terminaron en poco tiempo. ¿Qué pasó para que no lograra cumplir los objetivos que tenía?

Fue un aprendizaje. Lo de Emiratos, llegamos a un plantel que ya estaba armado y nos sumamos a la pretemporada. Era un fútbol diferente, con costumbres y hábitos distintos. No existe un profesionalismo como en América, no hay esa ambición de querer ser diferente para solucionar el tema económico, porque la mayoría ya lo tiene solucionado.  No hay una cultura futbolística como en nuestro continente.

Después, en Olimpia, el torneo paraguayo es muy parecido al fútbol ecuatoriano o uruguayo. Me quedo con esa sensación de que no pude desarrollar mi trabajo, porque estuve un mes y 20 días y los resultados no fueron malos. Ganamos tres partidos, empatamos uno y perdimos dos. Los que caímos fueron de visitante en Libertadores, justamente contra Independiente del Valle y Botafogo.

Por diferentes motivos no pudimos seguir, no se cumplió lo que teníamos en mente para elaborar un proyecto. Sabemos que en los equipos grandes los proyectos a mediano y largo plazo van de la mano con muchas cosas y en este caso, impulsado porque había mucha gente que no estaba de acuerdo con nosotros, hizo que no podamos continuar.

¿Qué le sorprendió de su paso por Emiratos Árabes Unidos?

La infraestructura de todos los equipos, además de que tienen estadios de primer nivel, pero a los que muy poca gente asiste, excepto cuando juega algún equipo grande. Había gente a la que le pagaban para que vayan a los estadios, algo que nunca pasaría acá, en nuestro continente

¿En qué se refleja esa falta de profesionalismo de los jugadores que menciona? 

El jugador no se entrena un 100%. No hay un hábito de practicar al máximo. Al fútbol lo toman como un juego, en todos los aspectos. Si bien el fútbol es un juego, hay momentos en los que es un trabajo. El futbolista sudamericano lo toma así, por el cumplimiento de todas las normas y aquello hace que lo tome con mayor responsabilidad que lo que vi allá. 

¿Coincidió con algún conocido para usted o alguna estrella destacada en el fútbol de Emiratos?

En el club (Baniyas) estuvimos con un preparador de arqueros uruguayo que lo conocíamos de hace algún tiempo. Había pocos futbolistas sudamericanos en ese momento. Uno de ellos era Joaquín Larrivey (argentino que pasó por España, México e Italia). También estuvo el brasileño Felipe Bastos, hoy en el Corinthians de su país y luego llegó el colombiano Daniel Hernández, desde el Once Caldas.

¿Cómo fue la relación que tenía con Librado Azcona, Jonathan González y Fernando Giménez?

Muy buena siempre. Incluso una de las críticas más grandes que recibí fue por la llegada de Azcona. Fue muy criticado, sobre todo por un gol que recibió contra Independiente del Valle. La gente pedía mucho al que hoy es golero suplente, Diego Barreto. Pasado el tiempo se me da la razón a mí, de que el titular era Azcona. Hoy ya no dicen nada, después de que me criticaron mucho y fue una de las cosas que fueron contra mía. Lo de González no se lo esperó, no arrancó bien. Esas cosas desencaderon en mi salida. Por encima de que el presidente después del partido en el que nos eliminan en Botafogo, declara que el equipo jugó bien, a las 48 horas me destituyó del cargo.

¿Le queda la sensación de en algún momento dirigir a un equipo grande de su país como Peñarol o Nacional?

Cuando vine de Emiratos, algunos empresarios me planteaban la posibilidad de ir a un equipo grande de Uruguay. Yo dije que no, porque creía que no era el momento. En un futuro sí pienso y claro que me gustaría; ojalá pueda tener la posibilidad.

¿Es hincha de alguno de los grandes?

No. Cuando pasa el tiempo y se empieza a trabajar en el fútbol eso de ser hincha... Soy hincha del equipo que me toque. Hoy soy hincha de Liga de Quito, como en su momento fui de Independiente del Valle. Tengo cariño por los equipos en los que he estado, sobre todo cuando me han tratado bien, como el mismo Independiente, Cerro, Defensor Sporting o Fénix. Seguramente cuando me vaya de Liga le tendré un cariño especial. Si tengo que dirigir el equipo que sea, soy el hincha número uno del club en el que trabajo.

¿La selección es algo que le seduce?

Hoy no pienso en eso. Pienso en Liga y en el proyecto con el club. Eso no se puede proyectar, porque no se sabe cuándo se puede dar una posibilidad. Pero cualquier técnico apunta en algún momento a aquello.

Si podría definir qué significa hacer un proyecto a largo plazo. ¿Qué implica aquello?

Hay que tener paciencia, potenciar a los jugadores del club y después es fundamental para que los resultados se den, a la hora de elegir a los futbolistas, elegir a jugadores de nivel y que se adapten al grupo en la parte humana. Es fundamental que cada uno de los integrantes de un plantel se sientan importantes y la convivencia hace que dentro de un buen clima cada uno se pueda desarrollar. Esto demanda tiempo, donde hay que ir puliendo detalles, marcando pautas, cuando los jugadores entienden que son necesarios, se adaptan mejor. Hay que fomentar la mentalidad ganadora y hoy es importante hacerlo, ahora que se está en una etapa complicada.

¿Qué opina del retorno de José Angulo, tras cumplir la suspensión de un año por doping positivo?

Por suerte que fue habilitado, me alegro mucho. Lo tuve y sé qué tipo de jugador es, su profesionalismo es alto, por encima de algún desliz que pudo haber tenido. Dentro del campo de juego y en los entrenamientos no lo manifestó, siempre cumplió a rajatabla con todo lo que le pedíamos y a buen nivel. Eso no va de la mano con las drogas, no es compatible. Por suerte él está habilitado de nuevo y volverá al nivel que ha tenido. En su carrera tuvo lesiones importantes que lo marginaron mucho tiempo, rotura de cruzado dos veces y estuvo seis meses, en dos ocasiones, sin jugar para recuperarse. Es joven y va a volver y demostrar lo que todos conocemos de él.

¿Qué representa Michel Deller para usted?

En Independiente dejé muchos amigos, Michel es uno de ellos, con quien tengo una excelente relación. Estaré agradecido toda la vida, porque la verdad que me hizo sentir muy bien. Cuando llegué al país yo era un desconocido y me hizo sentir en mi casa, no solo a mí, sino también a mi familia. Me dio una gran posibilidad de trabajar en Independiente. Uno respeta y reconoce lo que ha hecho en el equipo, porque ha sido fantástico. El equipo seguirá creciendo de su mano, porque es una persona muy inteligente con una visión de fútbol increíble. Él, como Santiago, Franklin, Óscar, son grandes directivos. Siempre me llamó la atención que están todo el día pensando en qué hacer para mejorar. No se quedan con lo que hicieron hoy; están pensando en mañana y después en mañana de vuelta, una mentalidad ganadora.

Usted señaló que también llegaba a Liga por lo cómodo que se sentía en Quito. ¿Que encontró en la capital como ciudad?

Es una ciudad muy tranquila, la gente es muy amable, atenta. Además mis hijos nacieron acá y se sienten como en casa. Para mí es muy importante eso. Por ahora estoy solo yo acá, ellos vendrán más adelante. (I)