Deportivo Quito no será declarado en quiebra, pero el plan de moratoria continuará vigente. “Podríamos decir que el club salió de terapia intensiva, pero la cirugía sigue su curso. La situación aún es delicada”, manifestó Santiago Ribadeneira, presidente de la entidad.

Esta situación se propicia debido a que los principales acreedores del club están controlados. Es decir, algunos aceptaron la moratoria de sus deudas y otros mantienen los diálogos con la directiva ‘chulla’ con proyección a un posible arreglo.

Entre los acreedores están los exentrenadores o jugadores que, vía Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) o Asociación de Futbolistas del Ecuador (AFE), exigían la cancelación de los correspondientes desembolsos.

Días atrás, Ribadeneira explicó que la deuda de la institución ascendía a $ 20’211.000, de los cuales $ 5’500.000 correspondían a deuda comprobada a exintegrantes de cuerpos técnicos y jugadores. La propuesta del directivo es moratoria por un año y luego de aquello establecer acuerdos de pago.

La decisión de no declarar en bancarrota el ente obedece, además, a que el Municipio concretó la donación definitiva del terreno de Carcelén a nombre de Deportivo Quito, sin que ese bien corra el riesgo de que los acreedores pidan esa propiedad, pues quedó hipotecada a beneficio del Municipio.

Sobre este lote, de 2,6 hectáreas, donde se asienta el complejo Ney Mancheno, el club ‘azulgrana’ construirá un proyecto inmobiliario que incluirá centro comercial y complejo deportivo. Los locales comerciales servirán para obtener los recursos con los que se saldarán las cuentas pendientes.

Cuando empiece la construcción, el elenco dejará de entrenar en ese complejo y se trasladará al terreno de Monte Olivo, donde se diseñarán canchas de balompié. Ribadeneira no precisó la fecha que iniciarán las obras, pero su deseo es que sea lo antes posible. En 2010, el terreno de Monte Olivo fue cedido en comodato por 50 años.

La ‘AKD’ aspira a que ninguno de los reclamantes “ataque” y ponga en riesgo el planteamiento de Ribadeneira, quien apoya que los clubes conformen una Liga Nacional para controlar y administrar los fondos que generan los clubes.