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El Telégrafo
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D. Quito regresa a las prácticas con 10 integrantes y sin uniformes

Luis Chérrez y Fabián Cubero (der.) conversan con los jugadores que asistieron ayer a Carcelén para entrenarse.
Luis Chérrez y Fabián Cubero (der.) conversan con los jugadores que asistieron ayer a Carcelén para entrenarse.
Fotos: Álvaro Pérez / El Telégrafo
21 de septiembre de 2016 - 00:00 - Redacción Fanático

Los jugadores de Deportivo Quito, que llegaron a entrenarse luego de la licencia de 10 días, se encontraron con que no había indumentaria para practicar. La molestia fue evidente en la mayoría de ellos, pues no había uniformes de entrenamiento, ni camisetas, ni pantalonetas ni medias. Según algunos futbolistas, miembros de la hinchada se llevaron toda la indumentaria y dijeron que ellos se harían cargo de ese activo del club.

Sin embargo, ayer cuando se aprestaban para practicar, no había ninguna prenda de entrenamiento. La mayoría optó por vestirse con ropa propia y salir a la cancha, pero otros se negaron a hacerlo en esas condiciones.

De los 14 que llegaron, 10 se quedaron para practicar bajo las órdenes del cuerpo técnico comandado por Luis Chérrez y Fabián Cubero. Antes de empezar la práctica, Chérrez y compañía se reunieron con todos los futbolistas sobre un graderío dentro de la cancha.

Tras la conversación de unos 5 minutos, jugadores como Béder Valencia o Carlos Espinoza dejaron la cancha. Durante unos minutos vieron la práctica desde afuera y luego se retiraron. Espinoza, arquero del equipo durante esta temporada, señaló que él tratará de finiquitar su vínculo con el equipo.

“Es algo complicado, porque en el equipo no hay uniformes y venir con la ropa de uno, no lo veo bien. Quiero arreglar con los dirigentes y buscar otro club para empezar el próximo año”, contó ‘Calolo’, como lo conocen.

El portero no ha cobrado durante 8 meses y se ha respaldado en su familia para poder solventar las deudas propias. Pero aquello le ha mantenido inquieto durante todo ese tiempo, por no poder ser un aporte para su familia y cumplir con sus obligaciones.

Espinoza tratará de mantenerse en forma por su cuenta y solo si hay algún viso de solución se reincorporaría para entrenar con sus compañeros. Pero sí mantendrá su decisión de terminar su contrato con los ‘chullas’.

El entrenamiento de los jugadores del primer equipo duró menos de una hora. Hicieron trabajos físicos a un costado de la cancha y luego, en un círculo, dieron pases entre ellos. En la cancha se disputó un partido entre los que llegaron a probarse, la mayoría juveniles que no han tenido oportunidades en otros planteles capitalinos.

Los insumos que poseen también son otra preocupación de los utileros del plantel. José Luis Buitrón, que trabaja 24 años en esa labor, señaló que continúan sin agua en el complejo por falta de pago.

Además, tampoco existen bebidas para los futbolistas y ayer usaron los últimos galones de agua donados por unos aficionados del equipo. Con eso se hidrataron los jugadores del primer plantel y también los que llegaron a buscar un lugar para quedarse.

Los balones también son escasos en el equipo. Apenas poseen 9, de los cuales 5 están en condiciones; los demás están remendados y tratan de usarlos cuando es necesario. Aun así, el entusiasmo en los que están es notorio, a pesar de las condiciones.

Uno de los juveniles, Eddy Mejía, quien fue titular en los últimos partidos que disputó el equipo, no le importó ponerse una pantaloneta cualquiera para poder entrenar. El zurdo, de 16 años, es uno de los prospectos que tiene el equipo y que demostró un buen rendimiento en el primer equipo.

Su edad no fue impedimento para destacar entre los mayores, por ello el cuerpo técnico lo tiene muy en cuenta para el torneo de segunda categoría. “Yo quiero ayudar al Quito para que pueda retornar rápido a la serie B. Ojalá que las cosas puedan mejorar y las condiciones para entrenar sean las justas para un equipo profesional”.

Los jugadores que optaron por no volver al equipo y regresaron a sus ciudades, como Andrés Justicia o Roberto Balarezo, mantienen su intención de llegar a un acuerdo y terminar sus contratos con el equipo. Para 2017 tratarán de vincularse a un conjunto nacional.

Directiva quiere aclarar cuentas

La directiva de Deportivo Quito mantiene su intención de que no desaparezca el equipo y aplicará un plan de acción para que el equipo dispute el torneo de segunda categoría, desde marzo de 2017.

Para ello envió a la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) un requerimiento para obtener la información sobre a cuántos acreedores y en qué montos se les adeuda.

También solicitaron a la Asociación de Futbolistas Ecuatorianos (AFE) que se aclaren los valores cancelados por el club a los diversos jugadores que han hecho denuncias. Según la directiva, hasta el momento han cancelado a la AFE
$ 1’127.792,12.

Insistieron en su derecho al usufructo de la publicidad interna del estadio Atahualpa y lo que le adeuda la FEF por ese concepto. (I)

Futbolistas se prueban en el cuadro 'chulla' sin pensar en la crisis

El capitán del equipo, Santiago Morales (segundo desde la derecha), dialoga con varios elementos que asistieron para probarse en el equipo ‘azulgrana’. Foto: Álvaro Pérez / El Telégrafo

La situación actual de Deportivo Quito, tanto futbolística, como económica, no ahuyenta a los jóvenes jugadores que quieren formar parte de un equipo profesional. Ayer, unos 20 jugadores llegaron al complejo de Carcelén con el fin de probarse y formar parte del equipo para la campaña del próximo año en segunda categoría.

El cuerpo técnico pretende sumar a futbolistas de entre 18 y 24 años, por eso ayer abrió las puertas de Carcelén para que demuestren su talento. No solo llegaron de 18 años, sino de menos edad, como Jasmany Mosquera, de 16.

El delantero, nacido en Shushufindi, estuvo en El Nacional durante 6 meses, pero un problema con su carta pase, que no le quisieron entregar de un equipo de segunda categoría de su ciudad, provocó que no pueda quedarse con los ‘criollos’.

Hace 8 meses que vive en Quito, sector de Carapungo, y por unos amigos se enteró de que en Deportivo Quito buscaban jugadores.

No dudó en trasladarse hasta Carcelén, donde tuvo cerca de 1 hora para mostrarse. Según él, esta vez le fue “regular”, porque no pudo anotar un gol ni hacer una jugada destacada que llame la atención de Fabián Cubero o Luis Chérrez, quienes miraban con atención cada movimiento.

Mosquera dice que no se rendirá, para ello tiene planeado probarse en Espoli la próxima semana, club de la serie B, que es dirigido por el exentrenador de la selección, Sixto Vizuete.

Otro de los que llegó al complejo Ney Mancheno Velasco fue Lenin Mendoza, de 17 años. Su tía le comentó sobre las pruebas en el equipo; como reside en el mismo barrio donde se ubica el complejo, fue uno de los primeros en llegar.

“No me importa cómo está el Quito ahora, con deudas y en segunda. Mi sueño siempre ha sido jugar en un equipo profesional y mientras pueda, trataré de vincularme a alguno”, dijo Mendoza, quien hace 2 meses se probó también en Liga de Quito, club del que es hincha, pero no pudo quedarse.  

José Luis Cajamarca está en el límite de edad para poder jugar en el equipo: 24 años. Como hincha ‘azulgrana’ no tardó ni un segundo en decidir venir desde Cotacachi (Imbabura), donde reside, para asistir a la prueba.

Ya en Quito se encontró con su hermana María José, que lo acompañó y desde la tribuna lo respaldó en cada jugada que le salía bien. “Su sueño de toda la vida es ser jugador profesional y por eso siempre lo ha intentado. Si no le va bien, él siempre mira para adelante y sé que no descansará hasta lograrlo”, contó su hermana mayor.

En Cotacachi se dedica a la carpintería junto con su padre. Estuvo vinculado al Imbabura FC, pero no pudo seguir en ese conjunto por su edad. En el equipo querían contar con jugadores juveniles, que futbolistas ya formados.

Mientras que desde Quitumbe, sur de la ciudad, llegó Leyson Zambrano. Su padrino Daniel Cevallos se enteró sobre la convocatoria de los ‘chullas’ y convenció a su ahijado para que asista.

Él cursa el último año en el colegio Amazonas y ayer, un día normal de clases, faltó para no perder esa oportunidad con el aval de sus padres. “Es difícil quedarse en un equipo porque hay mucha competencia para lograrlo. Yo seguiré intentando para ver si en algún momento tengo suerte y soy uno de los elegidos”, relató mientras se quitaba los zapatos.

Antes ya se probó en Independiente del Valle y El Nacional, pero corrió la misma suerte que en Deportivo Quito: no le alcanzó para quedarse con el plantel.

Las pruebas para quienes quieran formar parte del Deportivo Quito continuarán abiertas, mientras se define el futuro de la institución. Los jóvenes jugadores buscan una opción para empezar una carrera futbolística, más allá de la situación por la que pasa el equipo. (I)

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