Las tensiones en el Clan Juvenil no bajan. Los jugadores del primer equipo reclaman el pago de 3 meses de sueldos. Mientras el sábado anterior, los directivos pidieron que se les prohibiera ingresar al estadio Rodrigo Paz Delgado, donde debía confrontar a Liga de Quito.

En declaraciones a una radio local, Juan Cevallos, presidente vitalicio del Clan, argumentó que al no presentarse a la concentración para este partido desacataron parte de sus obligaciones, por tanto, temiendo que no saltaran a la cancha para medirse con la ‘U’, la directiva se dispuso jugar con la reserva. Es la tercera ocasión que los elementos del plantel estelar no se concentran, dejando en el aire el temor a una no presentación y a la sanción que esto implicaría, quedando al borde de descender a la serie B de reincidir en la falta.

Respecto a las remuneraciones, aclaró que se les debe desde mayo, pero esta semana se les pagará un mes. No oculta su malestar por cierto jugador, Luis Checa, quien sería el que insta a sus compañeros a no concentrarse. El club ya no quiere la continuidad de Checa, pero su salida le significaría un desembolso de $ 120.000, cifra que no guarda relación con el sueldo que percibe: $ 420.

Al consultarle a Giovanny Cárdenas, especialista en derecho deportivo, si esta situación evidenciaría un doble contrato respondió que, de ser así, ambos documentos estarían firmados por las dos partes, el uno inscrito en el Ministerio del Trabajo y la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) y el otro un compromiso particular, lo que contaría en ese caso es que las dos partes saben a qué atenerse según lo acordado.  Agregó que el conflicto entre los exponentes y el club evidencia incumplimientos de lado y lado, porque, de acuerdo al Código del Trabajo, los salarios deben acreditarse a mes vencido o hasta el 10 del siguiente. Y por alguna circunstancia justificada, el retraso no debe pasar de los 30 días.

No obstante, en la Ecuafútbol se les permite atrasos de hasta 60 días, presentando los roles de pago firmados por los atletas, situación que no concuerda con la ley laboral. “Para efectos legales el que cabe es el Código del Trabajo, no una resolución administrativa de la FEF. Además, el incumplimiento se da al momento de los hechos, no a futuro. Así se pongan al día mañana en los pagos, ya incurrieron en la incorrección”.

Tampoco se puede tomar como renuncia el que los jugadores no se hayan concentrado porque el contrato de un futbolista no especifica el lugar de trabajo, que puede ser el estadio, la cancha de entrenamiento o el sitio de la concentración. Eso es subjetivo. Sobre el memorando de Clan Juvenil, en el que la directiva presume una renuncia expresa de los jugadores por no concentrarse y les invita a establecer sus finiquitos, Cevallos subrayó que son una presunción y una invitación. No se da por sentado ninguna de las 2 cosas. Cárdenas resaltó que dicho memo cae en un error conceptual porque los contratos son individuales, no se trata de un contrato colectivo y aquel comunicado se lo dirige a nivel grupal; mediante este, más bien, se reflejaría la voluntad patronal. En cuanto a los jugadores, han incumplido también al no practicar con la indumentaria de entrenamiento, y con ello el club perjudicaría a los auspiciantes que firmaron para publicitarse en esos uniformes.

Al memo se asumiría una sanción disciplinaria del club, pero quien la ejecuta es Liga de Quito, propietaria del estadio Rodrigo Paz, al aceptar la solicitud de Clan de impedir que entren los jugadores de su plantilla principal. (I)