Luis Armando Checa Villamar estaba molesto. Hasta el mediodía de ayer ni él ni su abogado ni el Clan Juvenil recibieron la notificación sobre una sanción por dopaje, pese a ello, varios medios de comunicación y redes sociales divulgaron la suspensión de dos años que cayó sobre el jugador por incurrir en dopaje.

El futbolista lamentó que esta información se haya filtrado desde la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) y que su comisión disciplinaria y médica no hayan valorado los argumentos que expuso en octubre pasado cuando compareció en la FEF.

“Hablé con toda honestidad. Tomaba unas pastillas para bajar de peso sin saber que tenían una sustancia prohibida, porque el producto decía ser 100% natural. Lo hice sin tener la asesoría requerida porque en ese entonces el club no contaba con un médico. Fue un error, lo hice por ignorancia; nunca he hecho cosas para sacar ventaja”.

El zaguero, que el 21 de este mes cumplirá 34 años, esperaba que tras su exposición, los comisionados tomen una resolución diferente, basada en el aspecto humano, pues durante la época en la que ingería el medicamento, el Clan Juvenil atravesaba por varios problemas financieros y administrativos, entre ellos no tener un galeno de planta.

De la notificación de la FEF se desprenderán las acciones a tomar, entre ellas apelar el fallo y dejar en claro que jamás haría trampa para obtener un beneficio. Pensaba, además, tomar medidas legales contra los periodistas que al hacer noticia con el tema de su sanción de manera morbosa, afectaron su buena imagen.

El zaguero fue suspendido provisionalmente a inicios de octubre último por consumo de sibutramina metabolitos M1, M2 y PC, un fármaco anorexígeno utilizado para tratar la obesidad.

De no prosperar la impugnación, no podrá entrenar ni jugar en ningún elenco del mundo; su castigo correría desde la fecha en la que recibió la suspensión provisional.

José Mantilla, gerente de Clan Juvenil, ratificó no haber recibido la notificación de la FEF respecto a la medida punitiva decidida para el back central; subrayó que la entidad se solidariza con él y le brinda todo el respaldo.

Tal es el afecto hacia Checa, que el retaguardista ya tenía firmada la renovación por un año con el plantel sangolquileño, independientemente de que participe en la serie A o en la serie B.

“Y si él no puede trabajar como profesional del fútbol, nosotros lo ayudaremos; seguirá vinculado al equipo en algún cargo administrativo o deportivo”, afirmó Mantilla.

El directivo coincidió con el deportista en la falta de confidencialidad con la que se ha tratado la sanción, al ser algunos medios de comunicación los primeros en enterarse, antes que los directamente interesados.

El contrato del capitalino cesaba a fines de año, pero como apareció el asunto del dopaje, queda roto de manera unilateral, pues él no puede cumplir con la función para la cual se vinculó a la entidad.

Mantilla reconoció que se le deben los salarios de los seis primeros meses de la temporada, deuda que se generó con los señores Cevallos, quienes manejaron las finanzas del representativo hasta mediados de año.

Al ser consultado sobre la apelación al fallo de la FEF, Giovanny Cárdenas, especialista en derecho deportivo, detalló que conforme con el reglamento de esa matriz, la primera instancia para pedir la nulidad o enmienda de la sentencia es el Tribunal de Apelaciones de la Ecuafútbol.

De no prosperar su pedido a escala local, Checa podrá elevar el caso al TAS (Tribunal Arbitral del Deporte), en vista de que los casos de dopaje le abren jurisdicción y competencia directa a este organismo internacional.

En torno a las posibilidades de que la FEF revea o modifique el castigo, Cárdenas opinó que lo más probable es que se le ratifique la sanción, debido a que para llegar a un veredicto se evalúan los informes de las comisiones de disciplina y médica, con los resultados de la prueba y contraprueba tomada al jugador en el control antidopaje.

Dicho control se le hizo el 4 de junio, luego del partido en el que Clan Juvenil derrotó 2-0 a Deportivo Cuenca, en el estadio Rumiñahui de Sangolquí. El duelo correspondió a la fecha 17 de la primera etapa del campeonato nacional de 2017. (I)

El ‘Patriota’ aspira a un retiro digno del fútbol

→Fuera de la difícil situación que vive por una sanción que considera injusta, Luis Checa ya pensaba en el retiro; la meta era jugar un año más (2018). Su objetivo tras abandonar el balompié es incursionar en la dirigencia, pues la dirección técnica no le llama la atención.

Aparte de mantenerse en forma por su cuenta, a raíz de la suspensión provisional, desde octubre se ha dedicado a varios negocios y a interactuar con conocidos de lo que conlleva ser líder en una entidad deportiva.

Por eso, de no conseguir la nulidad de la suspensión por dos años que por dopaje le impuso la FEF y de brindarle la oportunidad Clan Juvenil, el ‘Patriota’ aceptaría algún cargo administrativo. “Más allá de los años de suspensión que me pongan, yo quiero limpiar mi nombre; ese dopaje fue involuntario. Quiero irme del fútbol tal como empecé: demostrando profesionalismo.

Tal vez me toque acelerar lo que tenía pensado para mi retiro; podría ser un buen dirigente porque sé como piensa el jugador, lo que necesita”.

En su faceta de emprendedor, entre los negocios que tiene destaca el Sportviche, un restaurante de mariscos que abrió con su familia en el sur de Quito, en el sector del estadio de Aucas y del Quicentro Sur. Debutó como futbolista en 2001; ha vestido las casacas de El Nacional, Deportivo Quito, Aucas, Barcelona, Clan Juvenil y la selección ecuatoriana. Fue campeón con El Nacional (2005), el Quito (2008, 2009 y 2011) y Barcelona (2016). (I)