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El Telégrafo

El atacante milita en los actuales momentos en el Vila Nova

Wendell Lira, la clase obrera va al paraíso

Wendell Lira lloró durante la entrega del premio Puskas; para viajar a Zúrich prestó un traje a un amigo.
Wendell Lira lloró durante la entrega del premio Puskas; para viajar a Zúrich prestó un traje a un amigo.
Foto: AFP
17 de enero de 2016 - 00:00 - Pablo Giuliano. Corresponsal desde Sao Paulo, Brasil

Podría llamarse esta edición del Premio Puskas de la FIFA al mejor gol de 2015, como la película italiana de 1971 “La Clase Obrera Va al Paraíso”. Wendell Lira, a sus 27 años de edad, sorprendió al mundo al convertirse en un David que venció a los Goliat del fútbol europeo.

Con un traje prestado viajó a Suiza y recibió el premio al mejor gol: una tijera que conmovió al mundo del fútbol. Fue votado por 1,6 millones de personas por internet y le ganó nada menos que a Lionel Messi, del Barcelona, y a Alessandro Florenzi, de la Roma.

Lira representó en medio de la gala de la FIFA –y en medio del escándalo en el cual están presos o destituidos los principales dirigentes del fútbol del mundo- a la gran masa trabajadora del fútbol, de las divisiones de ascenso, aquellos que ganan apenas para sobrevivir y deben amar al fútbol más que ninguno para llegar a fin de mes. Lira cumplió el sueño de conocer a Messi, habló en portugués con Cristiano, se abrazó con sus compatriotas Kaká, Neymar y Dani Alves del Barcelona.

Lira proviene del recientemente pujante estado de Goiás, en el centro-oeste de Brasil, que está rodeado por la capital federal, Brasilia, pero también por la gran industria del ganado y la soya que Brasil exporta a China.

El fútbol de la capital, Goiania, es una verdadera pasión popular,  pero lejos, muy lejos, con mucho barro y menos billetera que los clubes más ricos de ciudades futboleras como Río de Janeiro, Sao Paulo, Belo Horizonte o Porto Alegre.

De esa clase obrera del fútbol viene Wendell Lira. Allí se quedará. La historia del gol más bonito de 2015 tiene alegría por su final, pero todo el año fue lastimoso para el delantero.

En la época del gol con el cual venció 2-1 al poderoso Atlético Goianiense por el campeonato regional, Lima era jugador del modestísimo Goianésia, que no le renovó contrato. Al momento de que su gol fuera elegido como candidato al Premio Puskas, no tenía club. Rápido de reflejos, otro de los clubes grandes del estado de Goiás, Vila Nova, lo contrató y hoy planea aprovechar la magia del marketing  del fútbol de Wendell Lira.

“Quiero comprarle una casa a mi familia”, dijo Lira tras recibir el premio. Pero el premio es apenas eso, sin dinero, le aclaró la FIFA en un comunicado divulgado a la prensa de Brasil.

Llovieron llamados y ofertas. Hay versiones millonarias del fútbol chino, pero Wendell Lira por ahora confía en que Vila Nova será su casa y su cobija, ya que por primera vez en su vida de futbolista cree que el contrato hasta fin de 2016 será cumplido.

Maltratado como trabajador por parte del fútbol que no es el del primer nivel, un fútbol sin redes, sin árbitros capacitados, sin contratos de televisión. Es el fútbol del alambrado, del brasileño que hincha por su selección pero ama más a su equipo, aunque pierda todas las semanas en las series A, B o C.

Wendell Lira llegó a ser el más votado por ayuda de varios blogueros de fútbol brasileño que hicieron campañas virales en el país del fútbol. Wendell Lira había hecho el gol más lindo de 2015 para la FIFA luego de haber pensado en dejar el fútbol. El Goianésia, ignoto, lo contrató cuando él, apenado por lesiones y bajos rendimientos, debió buscar el sustento como camarero en la cafetería popular de su madre, en Goiania.

En el club donde convirtió el gol de 2015, Wendell Lira cobraba, según el mismo contó, 3.000 reales (al cambio actual, unos $ 650). “Lo que puedo decir es que para hacer ese golazo hizo algo parecido a Karate Kid”, lo elogió Neymar, el jugador más importante de Brasil que brilla en el FC Barcelona y es perseguido por evasión de impuestos por su millonario pase.

Lira vive con sus suegros, su esposa y su hija Marcela, de 2 años. El sueño de la casa propia comienza a construirse en 2016 para Wendell Lira, el obrero del fútbol que conoció el paraíso. (I)

DATOS

Wendell Lira nació el 7 de enero de 1989 en Goiania, Brasil. Además de ser futbolista ha tenido que trabajar en otros oficios para poder mantenerse.

Su debut como futbolista lo hizo el 12 de mayo de 2007 defendiendo al Goias, en la derrota 2-0 frente al Sao Paulo en el torneo de la serie A. Entró en el minuto 63 reemplazando a Fabricio Carvalho.

Su primer traspaso se dio en la temporada 2010; fue en condición de préstamo al Fortaleza para disputar el Campeonato Brasileiro de la serie C. Luego de un año retornó a su primer club.

El 6 de noviembre de 2015 se anunció que su gol para Goianésia en la victoria por 2-1 sobre el Atlético-GO fue nombrado en la lista de los diez nominados para el Premio Puskás de la FIFA. (I)

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