Las semifinales han recibido de la peor manera a Barcelona. La instancia tan esperada durante 19 años y que ilusionó a miles de hinchas amarillos, ha sido un martirio después de una campaña de ensueño, salvo las derrotas ante Estudiantes de La Plata en casa y Atlético Nacional en Medellín. Dentro y fuera de la cancha, el saldo de esta fase ha sido negativo.

El ‘Ídolo’ no fue ni la sombra del equipo que sorprendió a Botafogo, Palmeiras y Santos contra Gremio, en el partido de ida. Un cuadro irreconocible hipotecó la gran oportunidad de ser finalista de la Copa Libertadores por tercera ocasión con la presentación del miércoles 25 de octubre, fecha que será inolvidable por la taquilla recaudada y olvidable por el rendimiento del equipo. 

Sin embargo, los integrantes del club se aferran al milagro futbolístico de la mano de ‘San’ Álvez, a quien se extrañó en demasía en el primer choque. De no ser así, la idea secundaria será despedirse con dignidad en el estadio Arena do Gremio, donde justamente ya perdió la selección ecuatoriana este mismo año. 

Los hinchas, divididos en torno a las expectativas de cara al encuentro, apelan a las dificultades que ha sufrido el plantel para aterrizar en la ciudad brasileña para creer que se viene la más grande hazaña del ‘Ídolo’ en su historia. 

La negligencia de los encargados de obtener los permisos de vuelo para tierras brasileñas ha obligado al conjunto guayaquileño a hacer base y prepararse en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia. 
Si bien las fallas en la gestión del viaje de los amarillos a Brasil han trastocado los planes del cuerpo técnico, no será viable que algún miembro del club justifique por eso un mal resultado en la revancha.

El 3-0 implacable en el Monumental dejó al equipo herido en su camino rumbo a un título tan anhelado desde que Barcelona pisó la final, en la edición de 1990. 

“Si me preguntan a mí, prefiero mil veces descansar en Santa Cruz y luego partir rumbo a Porto Alegre. Estas cosas no afectan en nada, el hotel queda a 3 minutos; utilizamos un plan B y salió bien”, comentó Aquiles Álvarez, presidente de la Comisión de Fútbol del club, confirmando con acierto que no haber llegado a Porto Alegre no es para hacer tanto drama en el tema estrictamente futbolístico. 

La derrota en Guayaquil y la logística del viaje a Brasil dejarán grandes aprendizajes para el club, que llega eliminado a la revancha a no ser que se imponga por tres goles de diferencia.

Barcelona deja una gran imagen internacionalmente como en la década de los noventa, pero también queda el mal sabor de las sanciones que recibieron Damián Díaz, Gabriel Marques y Álvez, por actitudes inmaduras. Las ausencias de los dos últimos disminuyeron el potencial del equipo en una instancia decisiva. (I)