"Ha llegado el momento de parar". Así de claro lo dijo Luca Toni a Sky Italia el domingo en una entrevista. El atacante italiano que juega en el Hellas Verona anunció que se retirará del fútbol al término de la presente temporada, momento en el que ya tendrá 39 años.

Tras ser, junto a Icardi, el máximo goleador de la Serie A la pasada campaña (22 goles), a Luca Toni se le han acabado las pilas. Solo ha marcado un gol y el Verona es colista con solo 6 puntos en 15 partidos. "Espero celebrar mi adiós con la permanencia", agregó el ariete.

Sería el último objetivo cumplido de un tipo que ha sido futbolista, pero que pudo haberse dedicado a la moda en su día. Como mínimo, así lo cree él. "Mi esposa me había dicho alguna vez que había que estar demente para seguir jugando al fútbol con la pinta que tengo, porque tú sabes que podría ser modelo y de los grandes", reconoció años atrás en una entrevista.

Por suerte, para los 14 equipos en los que ha estado (Roma, Fiorentina, Bayern Munich, Genoa, Juventus, entre otros) Luca Toni prefirió rematar centros que posar ante la cámara. Un trotamundos del fútbol que, además, de llevar el gol en la sangre, ha logrado títulos importantes tanto a nivel individual como colectivo. En 2006 fue campeón del mundo con Italia, tras realizar una magnífica temporada en la Fiorentina que le sirvió para ganar la Bota de Oro.

A base de goles fue alimentando su caché y también las leyendas sobre su forma de celebrar los goles. Pese a que muchos insisten en encontrar una explicación, el italiano ha repetido, en más de una ocasión, que no hay ninguna explicación. "Cuando meto un gol y muevo los dedos cerca de la oreja no quiere decir exactamente nada. Solo cuento mis goles de cinco en cinco, con los dedos de mi mano", reveló en su día el delantero que mide 1.93 metros de altura. (D)