La atacante no pudo asistir a la copa américa porque no tuvo permiso del colegio en el que trabaja
Quinteros inscribe su nombre en la historia
Mónica Quinteros fue el elemento sorpresa de la Tricolor. La DT Vanessa Aráuz la anunció como tal, cuando decidió incluirla como titular en lugar de Giannina Lattanzio, que había sido titular habitual en la Copa América y en el partido de ida contra Trinidad y Tobago.
Para el partido de ayer, Aráuz quería que Quinteros aprovechase su velocidad y potencia, pero tuvo que remar sola en el ataque. La ‘Tri’ tomó recaudos defensivos, pero la delantera nacida en El Oro nunca se fastidió por tener que pelear sin compañía. Luchó cada pelota y con el cansancio encima, producto del desgaste, el calor y la humedad de Puerto España, superó en el salto a las espigadas centrales trinitarias y marcó un gol histórico para el balompié femenino de Ecuador.
El equipo masculino ecuatoriano se clasificó a su primer Mundial con un gol de cabeza de Iván Kaviedes. Ayer Quinteros repitió la hazaña de la misma forma.
Mónica estuvo siempre en los planes de Aráuz. Su capacidad goleadora fue evidente en el torneo -anotó 20 tantos con el 7 de Febrero- pero no logró asistir a la Copa América al no conseguir permiso en su trabajo. Ella es licenciada en educación física y trabaja en el colegio Artesanal Eugenio Espejo, en Guayas. Entonces no le tocó más que resignarse y observar por televisión a sus compañeras en el Sudamericano, que se jugó en Ecuador. Sin embargo, Aráuz volvió a hacer el intento cuando Ecuador clasificó al repechaje contra el cuarto delPremundial de la Concacaf. Notó falta de gol en la escuadra nacional y Quinteros fue una de las cuatro futbolistas que se sumó para jugar los 180 minutos restantes para clasificar al Mundial.
La delantera orense llegó con muchas ansias y optimismo a la Selección, tras ausentarse de la cita sudamericana. Sabía que debía luchar por un lugar en el equipo, ya que existían jugadoras que habían sido parte del proceso completo.
Quinteros es de no rendirse, ni dar una pelota por perdida. Ni siquiera en los juegos recreativos de fútbol-tenis, donde todo es risas y algarabía, se relaja. Siempre es de las que más protesta o reclama si considera alguna jugada dudosa. Ese espíritu competitivo se pudo observar ayer, cuando consiguió anotar el gol histórico para la Selección.
Hace 8 años, Quinteros pensó en dejar la actividad por las continuas lesiones que había sufrido. Se fracturó el radio y el cúbito del brazo izquierdo, también la clavícula y se dañó un menisco. Pasó por el quirófano por todas esas dolencias y el dolor que sentía la hizo pensar en abandonar el deporte y la alta competencia.
Sin embargo, se mantuvo siempre en actividad y superó esas lesiones, que no mermaron su desempeño. La velocidad, su principal característica, no se vio afectada por estas dolencias y solo se potenció con una técnica más pulida.
El premio de su constancia fue el gol en el último aliento que le anotó a Trinidad y Tobago. Ese tanto será significativo para la historia del fútbol femenino ecuatoriano, que tuvo que luchar por mucho tiempo para conseguir un mejor trato. Mónica continúa celebrando el gol más importante de su carrera hasta ahora, porque en 2015 llega el Mundial.