Con Andrea Pirlo, la Juventus tiene una carta en la manga para romper los pronósticos ante el Barcelona el sábado en la final de la Liga de Campeones, por su inmenso talento y por la experiencia que tiene al haber ganado dos veces el máximo trofeo continental. Maracaná y Santiago Bernabéu. Dos estadios de leyenda se rindieron a la calidad del barbudo con dos ovaciones para el recuerdo.

Ocurrió en el recinto de Rio de Janeiro, en la Copa de las Confederaciones 2013, y en el templo madridista, durante la semifinal que el equipo italiano ganó al club blanco hace algunas semanas. También el Estadio Olímpico de Berlín trae buenos recuerdos al centrocampista. Fue aquí donde ganó el Mundial 2006 con Italia, tras ganar a Francia en la final (1-1, 5-3 en la tanda de penales), en 2006.

A sus 36 años, Pirlo sabe perfectamente cómo afrontar un partido por el título. Ganó la Liga de Campeones con el Milan en 2003 y 2007. "Todos sabemos lo que tenemos que hacer. Una final es una final, son partidos únicos, he tenido la oportunidad de jugar tres (de Champions)", señaló en un encuentro de la UEFA con los medios, una actividad que detesta.

La final que perdió el antiguo mediocentro del Milan fue una de las más recordadas en la historia del torneo. En Estambul 2005 el Liverpool remontó tres goles al equipo italiano para ganar en la tanda de penales (3-2). Pirlo admite que "el Barcelona es el favorito, ya que tiene el equipo más fuerte, pero la final se juega a un partido y todo puede pasar".

Obviamente, el icónico barbudo sabe de quién no puede fiarse. "Messi es el mejor jugador del mundo, intentaremos mantenerlo lejos", dijo.