Cristiano Ronaldo no solo dejó a Portugal a puertas de la clasificación a octavos de final del Mundial de Rusia. Con su tanto se convirtió en el segundo máximo goleador histórico de selecciones y el primero entre las europeas.

El jugador del Real Madrid marcó el gol de la victoria de Portugal frente a Marruecos y  completó 85 tantos vistiendo la camiseta de su selección, superando al húngaro Ferenc Puskás, que hasta ayer, se ubicaba segundo en la lista que lidera el iraní Ali Daei con 109 (ver infografía).

Puskás fue una estrella y capitán de la selección de Hungría en los años 50 y en su honor se creó en 2009 el Premio Puskás, que se lo concede al autor del mejor gol anotado en la temporada. Coincidentemente, el primer ganador de ese premio fue Cristiano Ronaldo, por el tanto que le marcó al Oporto, vistiendo la camiseta del Manchester United, por los cuartos de final de la UEFA Champions League de 2009.

El nuevo récord por el que va el delantero luso, es aún más importante: igualar a su compatriota, Eusebio, quien en el Mundial de Inglaterra 1966 hizo nueve goles.

El capitán de Portugal, lleva siete goles en los cuatro mundiales que ha disputado, uno en los tres primeros: 2006, 2010 y 2014 y cuatro en el actual, Rusia 2018.

Cristiano eliminó a Marruecos
Cristiano Ronaldo sigue empeñado en hacer valer su ley en el Mundial, la de la eficacia y la pegada ante las porterías rivales. Si ante España salvó un empate agónico con un triplete, ayer, frente a Marruecos, le dio a Portugal una victoria sufrida pero imprescindible que, además, significa la eliminación de su rival.

Es el líder indiscutible, el capitán, el referente, el factor diferencial, como reconocen todos sus compañeros. A Fernando Santos, su técnico, no le gusta que se focalice tanto en el delantero del Real Madrid. Pensando en el equipo, hasta le molesta.

Pero no puede negar que el delantero de Madeira es el guía y el faro de un equipo que necesita de él como el comer. Cristiano Ronaldo volvió a ser la luz que dirige sus destinos, como mejor sabe, con su infalible cita con el gol. Portugal no jugó bien una vez más, pero tiene al “7”.

Resistió que los hinchas marroquíes coreasen reiteradas veces el nombre de “Leo” Messi. Hasta le pudo motivar más, para, como frente a España, inaugurar la cuenta muy pronto, esta vez al rematar un saque de esquina y en ello se resguardó Portugal, que a partir de ahí redobló esfuerzos par amainar el empuje de una selección de Marruecos que, pese a encajar su segunda derrota, dio la cara e incluso hasta estuvo muy cerca de igualar el juego.

Pero Hervé Renard no tiene a Cristiano Ronaldo. De haberlo tenido probablemente Marruecos se habría llevado el choque. Por dominio y aproximaciones al área no quedó, pero le faltó remate a los “leones del Atlas”, infatigables en todo momento, pero inoperantes en el momento de la verdad.

La victoria para Portugal es cumplir el guion marcado tras la igualada con España, dar un paso hacia los octavos de final. La derrota (1-0) para Marruecos significa entonar la despedida del torneo con dos derrotas y sin ninguna opción de progresar.

Marruecos presentó su mejor plantilla. Desarrolló una estrategia que desmejoró el juego de Portugal, pero no estuvo acertado en ofensiva.

De nada le valió a Marruecos dominar todas las facetas estadísticas del encuentro, posesión, contención, tiros a puerta, ser superior. Perdió en la más importante, la de los goles. Ahí el que mandó fue el portugués Cristiano Ronaldo. (I)