Gustavo Alfaro, el nuevo DT de la "Tri", más allá del fútbol profesional
Gustavo Julio Alfaro, nació en la ciudad de Rafaela, ubicada en la provincia argentina de Santa Fe, el 14 de agosto de 1962.
Al igual que muchos otros, es un exjugador profesional de fútbol. Fue director técnico del Arsenal de Sarandí, perteneciente a la primera división profesional del fútbol argentino.
Alfaro, de 58 años, inició su corta carrera deportiva como jugador profesional de fútbol en el cuadro de su ciudad natal, el Atlético de Rafaela, donde era mediocampista.
Fue en esta institución donde comenzaría y finalizaría su carrera deportiva, pues militó allí desde 1989, hasta su retiro tres años después.
Con el cuadro de Rafaela logró el tan disputo ascenso a la segunda división del fútbol argentino.
En una entrevista concedida a Infobae el año pasado, contó que "mis viejos me inculcaron la cultura del trabajo; siempre me decían que todo plato de comida que se regala, alguien lo paga. Nada es gratis en esta vida".
Gustavo Alfaro se relaja cuando habla de sus raíces, en la armonía de exponer la historia de sus padres como una especie de homenaje a los que forjaron su espíritu.
Mientras se encaminaba rumbo a la puerta de salida de los entrenadores, se topó con el desafío en Boca. No hubo atajos para él. Todo fue tracción a sangre. La cultura del trabajo que le inculcaron sus padres dio resultado, refiere el citado medio argentino.
"Cuando era adolescente mi viejo tenía una fábrica mediana y en los períodos de vacaciones yo no me quedaba a dormir como todos mis amigos. A las 6 de la mañana me iba con mi viejo a laburar hasta las 2 de la tarde y después eso me daba la posibilidad de pagar el abono de la pileta en el verano", contó.
Eso se daba cuando no estaba de vacaciones en Junín, visitando la rama familiar de su madre y compartiendo algunos días de escuela con tobas e hijos de peones rurales. "Iba a esa escuela porque a veces no coincidían los períodos vacacionales de Santa Fe y Buenos Aires, entonces todavía tenía una semana de clase y me hacía ir a la escuela de campo para tomar clases con mis primos. Me educaba ahí".
Alfaro puede sentarse a tomar un café y citar a Maquiavelo, a Fito Paez, a Juan Domingo Perón, al Che Guevara, a Arturo Frondizi, a Mario Benedetti, a Ernesto Sábato, a Camilo Cienfuegos, a Rodolfo Braceli y a varias escenas de películas. Según publicó Goal, es de los que explica desde esa óptica.
Su carta de presentación -y de escudo- la pone en la voz de Albert Einstein. “Es mucho más fácil desarmar un átomo que un preconcepto”. (I)