El riobambeño Renato Cisneros ha sido animador de todas las ediciones de la Vuelta al Cotopaxi de ciclismo que hoy y mañana celebrará su décimo aniversario.     

En las 9 vueltas anteriores ha obtenido 8 podios en distintas categorías. Junto a su compañero Diego Yépez integran el equipo Finalín, en la categoría abierta hombres.    

“Es la competencia de montaña más alta de Latinoamérica y es muy compleja porque todo el tiempo recorres a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar (msnm)”, comentó ayer Cisneros.  

La novedad de este año es que el recorrido será en sentido contrario al de años anteriores. Iniciará hoy a las 09:00 en el barrio El Caspi, de la Virgen del Quinche, avanzará por el sector de Mulaló y se ascenderá por la parte trasera del cerro El Morro hasta llegar a la hacienda El Tambo por 54,5 kilómetros (km). Mañana la etapa será de 68,9 km y los 532 inscritos pedalearán por la laguna de Limpiopungo hasta retornar nuevamente al barrio El Caspi.

El tulcaneño Joel Burbano fue el ganador el año pasado junto a Felipe Endara. Para esta edición, ambos volverán a competir, pero con otros compañeros. Burbano lo hará con Severo Espinosa en el equipo Interbikes y Endara correrá con Érick Castaño por Alamo-Bikestop.

El carchense dijo que su pareja no se ha preparado tan exhaustivamente para la Vuelta al Cotopaxi, por lo que será complicado buscar nuevamente la victoria, pero lucharán por una ubicación en el podio.

Según él, el cambio del recorrido volverá menos técnica a la carrera. “Antes había que subir El Morro cargando la bicicleta, porque era un ascenso muy pronunciado, pero del otro lado sí hay un camino por el que se puede pedalear”, comentó el deportista, quien integró el equipo Panavial, ganador de la Vuelta Ciclística al Ecuador.

La 10ª edición de la Vuelta al Cotopaxi contará con 66 ciclistas extranjeros de 16 países. Los colombianos lideran el pelotón internacional con 30 representantes.

La bicicleta es su ‘religión’

Gracias a su pasión por los ‘caballitos de acero’, Renato Cisneros decidió fundar hace 5 años Bike Religión, una empresa dedicada a forjar el ciclismo como un estilo de vida.

“En Bike Religión enseñamos el arte de la bicicleta a través de los objetivos personales de cada deportistas, ya sea competir, entrenar o estar en buen estado físico”, afirmó el hombre de 43 años.

Para él, la bicicleta es un medio de inclusión social. Instruye técnica, autoconocimiento, planteamiento de objetivos reales y la forma de preparación antes. “Pero sobre todo les enseño a amar lo que hacen”, dijo Cisneros, quien informó que entre los 42 miembros de Bike Religión hay deportistas con capacidades especiales. De ellos, 20 estarán en la Vuelta al Cotopaxi.

Para preparar esta complicada competencia se entrenaron durante 6 meses con salidas de altura en los alrededores de Quito, como las antenas del Pichincha, Papallacta o el Parque Metropolitano, que tienen entornos similares a los que afrontarán en las faldas del volcán de 5.897 msnm.