El próximo 2 de diciembre las selecciones de Ecuador y Trinidad y Tobago definirán en Puerto España uno de los 2 cupos que faltan para acceder al Mundial de Fútbol Femenino Canadá 2015. El empate 0-0 que se registró ayer en el estadio Olímpico Atahualpa de Quito dejó la llave abierta, con una ligera ventaja para las ‘trinitarias’.

No perder en la altitud de la capital ecuatoriana (2.850 metros) era el primer objetivo del técnico estadounidense Randy Waldrum, quien mostró ayer un juego más defensivo, amparado en aprovechar los errores contrarios y proyectarse al ataque.

Sin duda en casa el combinado rojinegro será diferente, mucho más ofensivo e intentará asegurar la clasificación con un buen margen de goles. En el cotejo de ayer, aunque bastante ordenadas, las ‘isleñas’ mostraron muy poco.

Como se anticipó, las fortalezas del plantel visitante son el juego aéreo, la velocidad y la potencia. Ayer, sin embargo, las únicas veces que se mostró ofensivo fue en jugadas de pelota detenida: tiros libres y lanzamientos de esquina.

Un dato a considerar es que durante el premundial de la Confederación de Asociaciones de Fútbol de Norte, Centro América y el Caribe (Concacaf), que se cumplió en los Estados Unidos, 2 de los 6 tantos que anotó este combinado fueron de cabeza.

Ecuador, en tanto, pecó de buscar a sus delanteras con pases de larga distancia -especialmente en el primer tiempo-, cuya incidencia no pesó en el arco defendido por Kimika Forbes. Los centros eran controlados sin mayores contratiempos por las espigadas marcadoras.

El conjunto ‘tricolor’ encontró mayores respuestas con la pelota a ras de piso y su primer remate a puerta, generado a los 48 minutos, coincidió con el ingreso de Mónica Quinteros, quien mejoró el desempeño colectivo de la oncena.

Las locales también carecieron de más alternativas en ofensiva; aunque ya en el segundo tiempo se intentó remates desde fuera del área y jugadas de corte individual, necesarias cuando las acciones en sociedad no funcionan. Tampoco hubo mucha efectividad por las bandas.

Una de las debilidades del cuadro ‘escarlata’ es su tendencia a cometer infracciones para detener al rival. Esto fue evidenciado durante la fase clasificatoria de la Concacaf, cuando Trinidad y Tobago calificó como el equipo con más faltas, sus integrantes cometieron 83 a lo largo de la competencia.

Esa circunstancia se evidenció con la ‘Tri’, pero a sus exponentes les faltó picardía para buscar un error dentro del área o cerca de ella, algo que provoque una ocasión de concretar. A eso se sumó que en varias oportunidades la jueza alemana Bibiana Steinhaus no aplicó la ley de la ventaja, favoreciendo a las infractoras.

Esta particularidad provocó que en algunos tramos el cotejo sea cortado y no exista la fluidez necesaria para que las dueñas de casa encuentren el nivel deseado.

En cuanto a individualidades, algunas chicas ‘rojas’ mostraron buen dominio de balón. Es el caso de Ahkeela Mollon, Arin King, Karyn Forbes, Lauryn Hutchinson y Maylee Attin Johnson.

Ecuador, en cambio, hizo un trabajo casi impecable en defensa y recuperación, mas no contó con efectividad al enlazar el medio campo y la delantera. Las oportunidades de registrar goles aparecieron en la segunda fracción; faltó claridad para definir.

En el dominio ecuatoriano influyeron los estragos de la altura, que mermaron la resistencia del adversario. La estratega nacional, Vanessa Aráuz, utilizó 2 esquemas: pasó del 4-4-2 al 3-5-2 y retornó al 4-4-2. En Puerto España, sin altura, cambiaría su sistema táctico. Tal vez ponga una atacante en punta.

Pese a no ser lo deseado, la igualdad sin dianas no dejó insatisfechos a muchos aficionados que concurrieron al ‘Coloso del Batán’. En la mayoría de ellos, que asistieron en buen número (más de 15.000), prevalece la esperanza de que la ‘Tri’ clasifique por primera vez a un mundial femenil.

El evento planetario se desarrollará en canchas canadienses del 6 de junio al 5 de julio, con la presencia de 24 selecciones.