Ojo al medio
La ‘bomba’ afro impone ritmo, luz y pasión en Bs.As.
A Gustavo Quinteros su esquema le funcionó más allá de lo previsto: un buen cerrojo en el medio, potencia por las bandas y una defensa aguerrida. Del otro lado vimos, en cambio, a un equipo descoordinado, inestable y con poca luz en sus grandes figuras. ¡Para qué nombrar a cada una de ellas si anoche los ecuatorianos las opacaron al hacer el mejor partido de su historia en tierras argentinas! Jefferson Montero por la izquierda y Antonio Valencia por la derecha marcaron la diferencia, cualidad que el equipo albiceleste no entendió desde el minuto 10 de la primera etapa. Los dos tricolores impusieron el ritmo para que sus marcadores buscaran una explicación que nunca llegaron a encontrar. Pedro Quiñónez y Christian Noboa cerraron las salidas de Argentina con gran concentración y fortaleza física. Ylo hicieron con solvencia, carácter y disciplina táctica envidiable.
Si en esos cuatro jugadores se asienta el peso estratégico del equipo nacional, no se puede desconocer que a Ecuador le falta un poco de equilibrio en la retaguardia. Y es que si bien Argentina no pudo concretar, eso se debió a sus fallas y no a la acertada defensa criolla. Claro que contar con un arquero como Domínguez ya es una ventaja inédita en nuestra historia futbolística. La salida de Sergio Agüero, obviamente, desconcentró a los argentinos: confiaron tanto en su genialidad en la ofensiva que con su lesión perdieron todo el orden, tanto que Di María desapareció del foco de las cámaras y estas se posaron sobre las piernas de los ecuatorianos.
Ahora bien, Ecuador entendió algo que hace tiempo aprendió pero que dejó escapar en las últimas apariciones: jugando con concentración, ñeque y mucha coordinación por las bandas se puede ganar a cualquier equipo. Incluso sin contar con un centro delantero nato, como Agustín Delgado en otros tiempos.
Este es un buen inicio de la eliminatoria. Ahora toca jugar con Bolivia, pero ya sabemos dónde se debe mejorar, por dónde se puede potenciar y también con quiénes se puede contar para que funcione el esquema propuesto por Quinteros. Y no está de más reconocer que hay una atención más intensa en la ofensiva. Tal cual hizo con Emelec, Quinteros pone hacia adelante el equipo cuando tiene en la mitad de la cancha un cierre efectivo. Con esa identidad futbolística exhibe una conducta ganadora, con alto espíritu de colaboración en todas las líneas. Argentina fue una prueba grande y se la superó con garra e inteligencia. (O)