Redacción Quito

“Cualquier arreglo, por pequeño que sea, es bueno para el estadio”, dice Dixon Guarnizo, encargado del mantenimiento del Olímpico Atahualpa, el escenario en el que la Selección Ecuatoriana labró su clasificación a los 3 mundiales absolutos en los que ha participado.

Guarnizo es la persona asignada por Aníbal Fuentes, presidente de Concentración Deportiva de Pichincha (CDP), para recorrer las obras que se efectúan en el citado recinto deportivo y que serán inauguradas mañana, con motivo del partido Ecuador-Bolivia, correspondiente a la segunda fecha de las Eliminatorias de la Copa del Mundo Rusia 2018.

La edificación, cuya apertura oficial cumplirá 64 años este 25 de noviembre, exhibe las consecuencias del paso del tiempo. Por ejemplo, los muros sin mallas del contorno de la cancha (mallas retiradas en enero de 2014) revelan el reto de que el público no  lance objetos al campo de juego, como ocurre en Europa. Esos muros, sin redes metálicas, se contraponen a la fosa de seguridad que incluyeron los planos originales del coloso, acorde a la arquitectura de mediados del siglo 20. Estas fosas reducían el riesgo de que los espectadores salten al gramado.

Otro contraste son las 8.000 sillas colocadas hace más de 10 años en la tribuna, que difieren de los graderíos de cemento del resto de localidades. Hacia los interiores se evidencian más detalles; en medio de las vetustas paredes aparece la nueva sala de control antidopaje, que cuenta con una ducha, un inodoro, un urinario y una sala de estar, en la que hay un televisor. Los implementos de baño están rodeados por vidrios transparentes para que los médicos observen la colocación de las muestras de orina por parte de los atletas.

A pocos pasos aparece la remozada sala de prensa; varios trabajadores colocan sillas, revisan tomacorrientes e ingresan mobiliario. Para ingresar se abrió una entrada frente a las escalinatas que conducen a la tribuna. Una de las principales bondades del lugar será la nitidez de la señal de internet.

Fachadas cuarteadas, algunas con la tubería de conexiones eléctricas a la vista, anteceden el arribo  a los camerinos, cuyas puertas están precedidas por flamantes áreas de césped sintético destinadas al calentamiento de los exponentes.

Al interior de los camerinos (2 al norte y 2 al sur) se cambia la vieja alfombra sintética por una antideslizante y se colocan los soportes para pantallas de televisión.

En el sector oriental de la edificación también se realizan obras. En el ‘búnker’ sur se aumentaron dos inodoros y un urinario, dejando en total 4 inodoros, 2 lavabos y un urinario. Se añadió, además, un compartimento para 2 fiscales. En la parte más amplia del inmueble funcionarán las 3 cabinas de canales de TV que, si bien ya existían, no estarán dispersas.      

En el ‘búnker’ de autoridades, a los 2 inodoros que había se aumentó 2 lavabos y 2 urinarios.

Costos y convenios

El costo de la sala de prensa bordea los $ 60.000. Aníbal Fuentes precisa que la obra se posibilitó gracias al convenio con la operadora de telecomunicaciones que auspicia a la Selección Nacional. El acuerdo por promoción publicitaria se extenderá hasta la finalización de las presentes Eliminatorias.

Los arreglos en la sala de control antidopaje, baterías sanitarias y las adecuaciones en los búnkers son costeados por CDP, que ha desembolsado alrededor de $ 17.000.

Las mejoras en los camerinos se consiguieron gracias a convenios con otros auspiciantes de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF). Víctor Mestanza, jefe de prensa de la FEF, no especifica los montos ni las firmas comerciales que destinan los recursos para estas obras, aunque en el césped artificial de las áreas de calentamiento consta el nombre de la marca que viste a la Tricolor.

Al ser consultado si quedó archivado el proyecto de remodelación y ampliación del Atahualpa, que en febrero de 2014 difundió el Ministerio del Deporte, Fuentes explica que el pronunciamiento oficial le compete al Gobierno, aunque entiende que la propuesta no está dada de baja, sino postergada.

El presupuesto del proyecto, $ 79 millones, impide que este año, en el que el país afronta una reducción de ingresos debido, entre otras cosas, a la baja en el costo del barril de petróleo, se inicie su ejecución.

“El Presidente de la República debe atender otras prioridades, además, los planes de contingencia por la actividad del volcán Cotopaxi y el advenimiento del Fenómeno del Niño son preponderantes”, dice.

Hasta que existan los recursos estatales, CDP maneja un proyecto paralelo que sería solventado por inversionistas privados. Tras consultar con 3 constructoras se definió que la modernización del sistema de luminarias, la colocación de sillas en todo el estadio, la instalación de un nuevo marcador electrónico y la colocación de una nueva red de baterías sanitarias se cristalizarían con un desembolso de $ 7 millones, aproximadamente.   

CDP dialoga con posibles inversionistas y espera que el financiamiento se concrete lo antes posible. Pese a ser dueña del escenario, la entidad no asume el costo porque no cuenta con tantos recursos y el estadio no genera dinero suficiente.

“Por concepto de taquillas, el 10% de lo que recibimos de El Nacional, Deportivo Quito y Universidad Católica nunca llega a los $200.000 al año. Los ingresos más altos, de hasta $70.000 por cotejo, se dan en época de Eliminatorias, pero son 2 o 3 partidos al año”, especifica el directivo. El mantenimiento anual del escenario le cuesta a CDP $113.500. La conservación de las instalaciones demanda $6.000 mensuales ($72.000 anuales). A eso se le debe agregar dos egresos por el cuidado de la cancha: $16.500 a mediados de año y $ 25.000 a finales.   

El Ministerio del Deporte, que pagó por el estudio de factibilidad de la remodelación, del cual se desprendió que la estructura es apta para los cambios, prepara un informe sobre la propuesta. (I)