Lionel Messi arribó la noche del domingo a Guayaquil; en la ciudad entrenó
Ecuador cierra las eliminatorias frente a una desesperada Argentina
Ecuador cerrará su participación en las eliminatorias sudamericanas ante Argentina. La ‘Tri’, dirigida por Jorge Célico, ya no tiene chance de clasificar al Mundial Rusia 2018 pero quiere despedirse de la mejor manera de sus hinchas.
La principal novedad que Célico presentaría en su alineación es la inclusión de Romario Ibarra, quien reemplazaría a Michael Arroyo, que fue expulsado al finalizar el partido ante Chile, en Santiago.
El lugar de Antonio Valencia, por el costado derecho lo ocuparía el defensa Andrés López. Pero Célico, en rueda de prensa, aclaró que una hora antes del juego ante Argentina recién dará la lista de los titulares.
Célico anunció que su equipo está preparado para quedarse con la victoria, sin que eso signifique que el objetivo único sea eliminar a la Albiceleste. “Si Argentina no llega al Mundial Rusia 2018 no será pura y exclusivamente por el partido del martes (hoy), sino por un cúmulo de errores que no le permitieron clasificar”, dijo el estratega.
Aunque en varias ocasiones, Célico reconoció que la altura de Quito es un aliado para Ecuador, también explicó que el DT de Argentina, Jorge Sampaoli, conoce bien el estilo de los tricolores y cómo jugar esta clase de partidos.
Argentina está sexta en la tabla. Si pierde o empata aún puede lograr la clasificación en una repesca, aunque dependa de otros resultados.
La última vez que la Albiceleste no clasificó a un mundial fue en la edición de México 1970.
Messi entrenó en el Capwell
Lionel Messi no le alcanza con ser uno de los mejores futbolistas de la historia, ser millonario, tener una bella esposa y 2 hijos, batir récords o ganar copas a manos llenas. Lo desvela no triunfar con la selección argentina. Se siente incompleto, vive con una deuda insoportable no haber ganado un mundial o una copa de mayores con la Albiceleste.
El astro del FC Barcelona llegó la noche del domingo a Guayaquil para preparar el partido de hoy ante Ecuador. Bajo un fuerte operativo de seguridad, la ‘Pulga’ y su equipo descansaron en un hotel, ubicado al norte de la ciudad.
Recién a las 18:30 realizaron un entrenamiento en el estadio George Capwell, pero sin presencia de los medios de comunicación. En esa práctica Jorge Sampaoli definió el equipo que medirá a Ecuador.
La estancia de Messi en el puerto principal duró dos noches, ya que esta mañana, a menos seis horas del partido, la delegación argentina se desplazará a Quito, con la intención de evitar los estragos de la altura.
La ‘Pulga’ es consciente de que hoy se juega quizá uno de los desafíos más importantes de su carrera: evitar que su selección quede afuera del Mundial Rusia 2018. Sería otra catástrofe para su ambición.
Lo ha dicho con todas las letras y de todas las maneras: “La espina que me queda en mi carrera es la selección, que jugamos varias finales y no ganamos ninguna”.
Pueden no creerle. Se puede pensar que ya tiene mucha plata, que le importa más su éxito incomparable en el FC Barcelona, que no siente la camiseta. O que no canta el himno en la ceremonia previa.
Pero ¿hay pruebas de cuál es su sueño? La noche del jueves en el estadio La Bombonera, antes del triste empate 0-0 con Perú, se vio por televisión una extraña imagen.
La cámara hacía el paneo de las caras de los jugadores. Se detuvo en Messi. Sonaba el himno argentino. La gente coreaba “oh juremos con gloria morir...”. Messi, no. Tenía una mirada temible. Parecía fulminar a algo o a alguien con los ojos. Su rostro tenía un ligero temblor, una mueca de furia. Preparaba la máquina de apilar rivales.
Minutos después se vio que el volcán le bullía adentro. Se empecinaba en gambetear a cuanto peruano se le cruzaba. Quería hacer el gol por sí solo. Lo que menos le conviene. Uno de los mejores jugadores argentinos de la historia, Ricardo ‘El Bocha’ Bochini, acaba de formular una sentencia: “Messi no tiene con quién jugar. Nadie se mueve para recibir el pase”, pontificó. El ballet, a su alrededor, no funciona.
Alguna vez el campeón mundial en México-1986, DT, filósofo y empresario Jorge Valdano dijo que Messi parece inofensivo y de pronto se convierte en “un arma de destrucción masiva”. (I)
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