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El Telégrafo

Clasificación de la “Tri” se celebró tras las rejas

Clasificación de la “Tri” se celebró tras las rejas
21 de octubre de 2013 - 00:00

Gritos, aplausos, abrazos... la clasificación al Mundial de Brasil 2013 los conectó al mundo exterior. A esa hora, en distintos lugares del país, millares de personas sentían lo mismo. “Que los de afuera celebren por nosotros”, dijo uno de los internos mientras procuraba ocultar una lágrima.

El pasado martes, 15 de octubre, el pabellón C del  Centro de Rehabilitación Social de Varones 1 de Quito se invadió con el ambiente “pelotero”. Minutos antes del partido Chile-Ecuador la mayoría de reclusos daba pronósticos e intentaba acertar con la alineación que emplearía el técnico colombiano Reinaldo Rueda.

Más que enlazados por la señal de televisión, los reos se unieron por telepatía a cada ecuatoriano que seguía la previa del cotejo. Corazones libres que soñaban ver a la “Tri” en las canchas brasileñas.

Ansiedad

Sintonizado el canal en el que seguiría la transmisión, “Luis” (32 años) se recostó en el segundo piso de la litera. Sus invitados, Rafael Campaña y Dante Reyes Moreno el “Cuentero de Muisne”, tomaron posición en la cama baja y en un taburete. “El encuentro está por empezar...” se escuchó en los parlantes. El balón comenzó a rodar y con él la ansiedad de los televidentes de la celda 44. Los chilenos intentaban imponer el ritmo de juego, pero los ecuatorianos realizaban un buen trabajo de contención.

A los 9 minutos de juego, un remate de Christian Noboa provocaba la primera acción de gol del combinado “abanderado”. Dos minutos más tarde, Énner Valencia volvía a probar al portero Claudio Bravo. “¡Vamos Ecuador, vamos!”, alentó el “Cuentero”.

 “Polo” , “Fernando”, Rafael Campaña y Ángel Beltrán celebran el tanto de Felipe Caicedo.

Entre el ir y venir del esférico afloraron los comentarios y los temas de conversación. Orgulloso, “Luis” contó que es coterráneo de Luis Antonio Valencia, a quien considera el  futbolista criollo más destacado de la época, un hombre que ha puesto a Lago Agrio en la vitrina del mundo.

Tras suspirar con la sensibilidad de alguien que está lejos de su hogar, el joven expresó su deseo: “Me gustaría tener una camiseta autografiada del ‘Toño’”.

El anhelo del lagoagrense se cortó abruptamente. ¡Gol!... de Chile. A los 33 minutos, tras una falla de Frickson Erazo en la cobertura, Alexis Sánchez derrotaba de cabeza al meta Alexander Domínguez. Imposible, todos comentaban cómo un defensa de 1,90 m de estatura se dejó superar por un delantero de 1,69.

El “Cuentero de Muisne” permaneció en silencio, descruzó los brazos para acercar a sus labios un vaso con soda, que le supo amarga cuando a los 37 minutos Gary Medel aprovechaba otro error en el área ecuatoriana y anotaba la segunda diana para el conjunto de la “estrella solitaria”.

El “Cuentero” puso el vaso a un lado, volvió a cruzar los brazos y expresó que, a sus 74 años, le conviene tomar las cosas con calma. Reveló que dentro de dos semanas se sometería a una operación del corazón. Le colocarán una válvula artificial.

La posibilidad de recuperar su salud lo anima. Debe quedar “papelito” para la presentación del libro autobiográfico “Yo Dante, lo vivido”, obra que aspira a tener lista dentro de pocos meses.

Esperanza

Concluidos los 15 minutos de descanso, los jugadores se disponían a reiniciar las acciones y los televidentes a observarlos a larga distancia. Los habitantes e invitados de la celda 39 se frotaron las manos al escuchar el pitazo del árbitro brasileño Leandro Pedro Vuaden.

Ángel Beltrán, el “Chavo” (28 años), sugería un cambio en la zaga: la salida de Frickson Erazo o Jorge Guagua para dar paso a Luis Checa. Como consumado exjugador de las ligas barriales Cotocollao, El Condado y Chimbacalle (Quito), vaticinaba que Chile continuaría explotando el juego aéreo para aumentar la ventaja. “Checa es un maestro para cabecear”, insistió.

  Dos personas, quienes prefirieron no revelar sus nombres, no se despegaron del televisor.

Fernando Landázuri (34 años) y Rafael Campaña (62) dialogaban sobre lo lindo que sería recibir en la cárcel a la selección nacional, recordaron que en febrero de este año el ministro del Deporte, José Francisco Cevallos, y algunos exfutbolistas acudieron al sitio y jugaron con ellos.

Son momentos inolvidables, detalló Rafael, ante todo para quienes, desde hace mucho tiempo, dejaron de recibir visitas.

La charla se interrumpió, Antonio Valencia superó por velocidad la marca chilena y cedió un pase a Felipe Caicedo. “¡Goool, goool, goool..!”. “¡Ese es mi Ecuador, carajo!”, vociferó Campaña.  “Felipao” concretaba el 2-1 a los 65 minutos.

A esas alturas, los cálculos del gol diferencia a favor de la Tricolor y las consultas del marcador en el duelo Uruguay-Argentina, que se efectuaba en el estadio Centenario, se volvieron recurrentes.

La tónica no varió hasta el final, perder 2-1 no importaba, tampoco que la “Celeste” haya sometido 3-2 al representativo “gaucho”, la “Tri”, el equipo de todos, alcanzaba una plaza en el certamen planetario.

Todos exteriorizaron su algarabía al oír la terminación del lance. No era Año Nuevo, pero los abrazos y estrechones de manos proliferaron.

El éxito de Ecuador encendía una esperanza en los condenados. “Ahora tenemos que planificar la fuga para irnos a Brasil... ja, ja, ja”, se oyó en medio de los festejos. “Mejor que  nos trasladen a alguna prisión de Brasil... ja, ja, ja”, resonó con eco por otro lado.

La ilusión de la clasificación estaba consumada. Había que gozarla, acogerla al son de los latidos.

Mundialito

El Centro de Rehabilitación Social de Varones 1 de Quito es una especie de “microciudad” cosmopolita. Gente de distintas nacionalidades comparte los días en medio del cumplimiento de las sentencias y sus aspiraciones personales.  

Contagiados por el alborozo de los ecuatorianos, presos originarios de otros países felicitaron el logro local y expresaron su afán  de ver a sus selecciones en el Mundial.

En los tres pisos del pabellón C conviven 230 internos, que están distribuidos
en 54 celdas

Se estima que el 50% de los reclusos es oriundo de otros países. Todos están sentenciados

La mayoría está condenada por   narcotráfico, otros están por robo y unos más por estafa
Yael Gaary (32 años), natural de Heerlen (Holanda), quiere que el año entrante se rompa el maleficio y por fin la “Naranja Mecánica” se consagre campeona. En los mundiales de 1974, 1978 y 2010 estuvo a punto de coronar esa ambición, lastimosamente perdió las finales con Alemania, Argentina y España.

“Jesús”, nacido en Sevilla hace 36 años, opinó que en el evento ecuménico de 2014 a España le será muy difícil levantar el cetro, pero confía que estará entre las cuatro semifinalistas.

Argumentó que el rendimiento de la “Furia”, ganadora de la Eurocopa en 2008 y 2012, y del Mundial de 2010, se derivó de un arduo trabajo. Adelantó que entre las favoritas también figurarán Brasil, Alemania e Italia. Sobre Ecuador manifestó: “Creo que la va a ‘romper’, podría hacer un papel similar al de Uruguay en Sudáfrica 2010”.  

A su juicio, el fútbol ayuda a sobrellevar las penas del encierro. Hincha del Betis, extraña a su familia y los días en los que iba al estadio, cuando el tiempo le pertenecía.  

El “Italiano” (32 años) coincidió con aquello, saber algo de su patria, aunque sea del “calcio”, lo acerca a aquel entorno donde no está desde hace algún tiempo. Ese que dejó atrás y ahora solo imagina entre los recovecos de las añoranzas.

Oriundo de Calabria, simpatizante de la Lazio, el peninsular precisó que es preferible no soñar, sino afrontar su realidad con los pies en la tierra. En los ocho años de presidio que le restan por cumplir, el “rey de los deportes” será un desahogo.

Darío Yaguana (38 años), directivo de los cautivos, mencionó que, con compañeros de tantos países, es posible organizar un mundialito. Total, el balompié, además de distraerlos, les da la misma identidad que a los de afuera.

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