Silencio absoluto. Carlos Cedeño se cogió la cabeza al minuto 30 del partido entre Ecuador y Honduras con gran pesar. La imagen fue repetida en varios de los cerca de 1.000

aficionados que se tomaron la avenida Flavio Reyes de Manta para ver jugar a la "Tricolor".

Es que el gol del hondureño Carlo Costly había marcado el 1-0 a favor de su país. El pesimismo se adueñó de los presentes. Las chicharras dejaron de sonar. "Cómo va a fallar

(Jorge) Guagua ahí", se quejó Pedro Suárez, quien tenía una Copa del Mundo dibujada sobre la camiseta blanca que vestía.

Pero hubo una chicharra que no dejó de sonar a lo largo de la calle...  Era la de Carlos Chinga, quien a pesar de que Ecuador perdía, nunca dejó de hacer bulla y apoyar a la "Tri".

"Vamos pues griten... o qué, ¿son de Honduras?", le reclamó Chinga a un grupo de personas que estaban reunidas en el local QdQ. Al ver el lente de FANÁTICO, el hombre de 60 años se presenta y dice: "mucho gusto, soy Carlos Chinga, soy el Capo de Manta y tengo 24 hijos con 8 mujeres".

El pintoresco aficionado siguió alentando. A su chicharra se unieron decenas más, cuando Enner Valencia marcó el empate. Más de uno tiró al aire su cerveza. Pedro abrazó a Pablo, Carlos celebró con Juan... todos gritaron el gol del delantero oriundo de San Lorenzo.

El ánimo regresó a los hinchas. Más de uno se convirtió en técnico. Jugada tras jugada se escuchaban comentarios de cómo podría hacer Ecuador para que llegue el segundo gol. "Fuma nervioso", le dijo entre risas un tipo que tenía puesta una peluca amarilla, azul y roja a uno de sus acompañantes, luego de que éste prendiera un cigarrillo que había comprado a uno de los múltiples carameleros que estaban en el sitio.

A los 64 llegó la segunda de Enner Valencia. A Carlos Chinga se le dañó su chicharra en pleno festejo, pero no le importó, de inmediato empezó a chiflear y gritar "Ecuador, Ecuador, Ecuador".

El resto del partido se vivió en suspenso. Sara Logroño se comía las uñas, las que horas antes había pintado con los colores de la bandera ecuatoriana para alentar al equipo capitaneado por Antonio Valencia.

Justamente el "Toño" envió el balón a las redes en los minutos adicionales y puso a festejar a todos, pero el árbitro anulo la jugada por una mano del volante de Lago Agrio.

Tras el triunfo,  los aficionados continuaron la fiesta en la Flavio Reyes, la que de seguro se alargará... es noche de viernes.