Pedro Quiñónez cierra los ojos y en su cabeza revive lo que fue, como capitán de Emelec, levantar el trofeo que a los ‘eléctricos’ les fue esquivo por 11 años: “Fue un momento muy emotivo. Lleno de orgullo y mucha satisfacción porque fue un premio a un esfuerzo que se venía haciendo hace años y que nos era esquivo. También es de toda una hinchada que lo venía buscando hacía mucho tiempo. Y esto te marca para toda tu vida”.

Abre los ojos y delante suyo ve cómo sus compañeros se esfuerzan, una y otra vez, con la misma hambre de gloria que hace un año: “Todos acá ponemos énfasis en que el campeonato ya lo disfrutamos. Y ahora es una nueva etapa en la que queremos seguir consiguiendo logros para la institución. En lo personal, ¿por qué no pelear una Copa Libertadores?”.

Quiñónez le pone música a sus palabras. Del MP3 del preparador físico, el ‘profe’ Rodrigo Figueroa, salen todo tipo de canciones y el volante central ecuatoriano, de 27 años, anima a la tropa cantando.

Una hernia inguinal lo sacó de los últimos partidos del torneo ecuatoriano, aunque eso no le impidió alzar la copa tan preciada: “Costó levantarla, pero con la ayuda de (Gabriel) Achilier, el subcapitán, lo conseguí”, reconoció con esa sonrisa que no pierde nunca.

Ni tampoco le impide soñar en grande ahora. Por eso, mientras finaliza su trabajo de rehabilitación de su lesión, mira hacia el futuro con optimismo.

¿Cómo está después de la operación?
Bien, ya totalmente recuperado, aunque nunca terminas de decir al 100% porque siempre después de una lesión tienes que estar pensando que la recuperación debe ser muy buena para no tener problemas más adelante. Y eso es lo que se está haciendo.

Todavía no ha tocado la pelota. ¿Para cuándo se le va a ver en la cancha? Salió el fixture, en la sexta fecha está el clásico con el Barcelona, ¿llega?

Yo voy de menos a más. Han sido 45 días los que he estado parado y recién llevo diez días moviéndome. Estamos haciendo los trabajos de recuperación con el fisiatra Tony Ocampo y con el doctor Andrés Arce, que son los que hoy están a cargo en Emelec.

Lo vengo haciendo bien, de la mejor manera. No tengo un día exacto para poder regresar. Todo será a medida de cómo me vaya sintiendo. Físicamente me siento en un 70%; el otro 30% me lo va brindando la camaradería, el grupo, y se completará cuando logre ya meterme de lleno con mis compañeros a realizar trabajos tácticos y con pelota, que van a ser fundamentales.

Igual no creo que me pierda más de uno o dos partidos.

¿Se puede ser bicampeón local? Porque en Ecuador es muy difícil que un equipo repita. Aunque usted ya lo ha conseguido con El Nacional, en el 2005 (Clausura) y 2006 (Serie A).

Nuestras metas trazadas son que el equipo tiene que pelear todos los torneos: el local, la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana. No tenemos uno en especial para ser campeones. A los tres hay que atinarles. En los tres tenemos que jugar para salir campeones. Así que esa es la ilusión de todo el equipo y lo que buscaremos lograr.

¿Y qué es lo que te hace soñar alto en el ámbito internacional?
Tenemos la oportunidad porque somos un buen equipo y hay buen plantel. Ya no somos ese equipo inexperto en participaciones internacionales. La mayoría acá tenemos varias copas Libertadores jugadas, algo importantísimo para el buen desempeño del club y de los jugadores.

¿Y se puede dar el salto? Porque les tocó una zona dura...

Un rival muy difícil es León, el campeón reinante (de México). Flamengo (Brasil), al que ya hemos enfrentado en el 2011. Bolívar (Bolivia) siempre ha participado de esta competición, no es inexperto.

Un grupo difícil pero que no va a ser obstáculo para que saquemos provecho en esta pretemporada para ponernos a punto.

Hay que estar bien los 365 días del año, fundamentalmente para poder hacer tres buenos torneos. Viene también la Copa del Mundo. Este año va a ser muy fuerte, sobre todo para los jugadores de Emelec, porque muchos podemos ser tenidos en cuenta para formar parte de la Selección Ecuatoriana.

Como el año pasado, otra vez hacen la pretemporada en Argentina. ¿Acá nace el grupo que después termina logrando los objetivos?
Sí, sí. Yo creo que es importantísimo: no lo hacemos por cábala, sino por la tranquilidad de lo que significa estar acá solos, sin nadie. Si lo haces en una playa, cerca del país, que hay playas muy lindas, implica que haya mucha fanaticada y se hace difícil trabajar.

Acá estamos muy bien, no nos falta nada, tenemos canchas y todo lo que queremos. Es a lo que apostaron el cuerpo técnico y los dirigentes para que nosotros hagamos una buena pretemporada.

Y en lo personal, siempre para mí ha sido fundamental tener la confianza de todos los técnicos que han pasado por el club, como es (Gustavo) Quinteros ahora. Eso a mí me deja tranquilo y con esas ganas de seguir siempre trabajando con la misma onda.

¿Y el Mundial de Brasil para usted es una ilusión? Ya ha formado parte del proceso de Eliminatorias...

Sí. Es una ilusión, un sueño. Nosotros ponemos de nuestra parte todo el empeño y todos los jugadores de Emelec que hemos estado en el proceso, y los que no también. Tenemos la ilusión de poder ser parte de esa lista tan privilegiada que irá a jugar el Mundial.