“Peñarol lo tiene todo para vencer al Santos”
“Forlán, ese apellido es como el de Forlán de Uruguay”, lanza un niño al escuchar nombrar a Richard Forlán, quien ingresa a las instalaciones de la radio manabita RNC, lugar donde labora desde hace un mes, en el programa Tercer Tiempo.
“Sí, es igualito, creo que soy el tío... ja, ja”, dice entre risas el ex delantero, quien se radicó en Manabí luego de haber llegado a la Universidad Técnica de Manabí (actual Liga de Portoviejo) en 1979.
Este encuentro da paso a un diálogo con FANÁTICO. El enfoque, en principio, es el de la Copa Libertadores (hoy se enfrentan en la final de vuelta Peñarol y Santos, a las 19:50), pero luego la conversación va más allá, a su transitar por el fútbol ecuatoriano y a su vínculo familiar con el “Cachavacha”, figura del Atlético de Madrid y de la selección uruguaya.
Después del empate en Uruguay, ¿Peñarol es capaz de ganar la Copa Libertadores hoy ante el Santos?
En el fútbol todo se puede dar. En Montevideo hubo mucha precaución por parte del Santos. De local, su público lo va a empujar a la victoria; pero Peñarol está acostumbrado a las hazañas y no hay que descartar esa posibilidad. Para mí, Peñarol lo tiene todo para ganar en Brasil.
De su paso por los “Manyas”, ¿qué recuerdos tiene?
Uff, muchísimos. Empecé desde los 16 años. Uno de mis compañeros de aquella época fue Héctor Loureiro, hoy radicado en Ambato. También en esa época (década de los 70) estuve rodeado de estrellas como el “Turco” Ladislao Mazurkiewitz, el chileno Elías Figueroa, Lito Silva, Juan Joya, entre otros. Peñarol es un gran equipo y siempre ha tenido jugadores fantásticos.
¿Y la selección uruguaya...?
Siempre era un privilegio ser escogido para representar a tu país y lo que más recuerdo era la diferencia entre las potencias sudamericanas y las selecciones del pacífico. Jugué la Copa América de Colombia en 1975, con otra modalidad muy distinta a la de ahora.
Hablando de la Copa América, ¿cómo ve a Uruguay para el torneo que se avecina?
Con mucha expectativa, luego de su participación en la copa del mundo sin dejar de reconocer que el momento físico no es el mismo.
¿Le sorprendió lo de Uruguay en Sudáfrica 2010?
Como a todo uruguayo, sin duda alguna que sí fue emocionante ver la “celeste” como hacía muchos años que no se la veía.
¿Qué le falta a la selección de su país para volver a ganar un Mundial o una Copa América?
Convencerse de que en la vida todo se puede. Simplemente hay que cambiar la mentalidad. Individualmente, los jugadores triunfan en el mundo. Por qué no hacerlo cuando se juntan.
Tiene una familia futbolera...
Sí, todo empezó con Darío Forlán (primo), un gran marcador de punta, lamentablemente una grave lesión lo alejó de las canchas. Luego siguió con mi primo, Pablo, el papá de Diego. Después aparecí yo y actualmente está Diego. Recuerdo que Pablo era muy amigo de Alberto Spencer, con quien jugó varios años en Peñarol.
¿Existe un estrecho vínculo con Diego, ha hablado con él últimamente?
Lo conocí en la Copa América de Chiclayo (Perú 2004), conversamos bastante. Él solo me conocía por fotos de la familia. De pequeño no tiene recuerdos míos, ya que el nació después de que yo vine al Ecuador.
¿Tiene algo de parecido su juego con el de él?
No, yo era más puntero de raya, de los que ya no se usan en los planteos tácticos modernos; él es más completo y lo demostró en el Mundial de Sudáfrica. Diego es de los mejores jugadores del mundo.
¿Hace cuánto no va a Uruguay?
Seis años que no visito mi tierra. Aquí me quedé porque pensé que podía continuar con mi carrera en buena manera, luego llegó el amor (a su esposa Yanira Martínez). Ahora en agosto cumplimos bodas de plata. Me quedé además porque Manabí es una tierra hermosísima. Estoy en un país inigualable. Ojalá todos acá se dieran cuenta de que viven es el paraíso.
¿Cómo se dio su llegada a la Universidad Técnica de Manabí (ahora Liga de Portoviejo)?
Vine con muchas ganas de triunfar, pero una lesión de meniscos no me permitió rendir. Luego salí del equipo y me fui a Liga de Cuenca.
¿Suele jugar al fútbol en tu tiempo libre?
Ja, ja, ja... No, yo dejé el fútbol en 1980 en la Liga de Cuenca, después de haber ganado el ascenso a la Serie “A”, pero me retiré por una lesión en la columna. Igual lo seguí practicando por algunos años, mas hace como 15 que lo dejé. Ahora lo miro y lo analizo como comentarista de TV y de radio desde hace diez años acá en Portoviejo.
¿Cómo se da su llegada a la televisión?
Trabajaba de comentarista en radio Arena en 1987, cuando un buen amigo, Alán Miranda (+), se enfermó y ahí me dijeron esa noche que trajera un saco y corbata que iba a presentar deportes en Manavisión... me quería morir de los nervios.
¿Qué fue lo más difícil al principio?
Sin duda alguna los nervios traicionan, pero todo es de costumbre. Con el paso de los años es como si te sentaras a conversar en la sala de tu casa a solas.