Son las 18:00 de un día cualquiera y el gimnasio The Factory está que “arde”. El ambiente caluroso  hace sudar a los presentes y caldea el ánimo de quienes practican artes marciales mixtas (MMA por sus siglas en inglés). En este lugar no solo se acude a levantar pesas sino, además, a dar golpes.

MMA es un tipo de arte marcial que incorpora técnicas de distintos deportes de contacto, tales como el kickboxing, boxeo, jiu-jitsu, entre otros.

De un tiempo acá, la “fiebre” por conocer y practicar este tipo de disciplina, además de ver las peleas por televisión, se ha incrementado en el país, principalmente en Guayaquil.

En varios gimnasios de la ciudad se pueden encontrar personas -especialmente  jóvenes- inmersas en esta actividad; asimismo,  los fines de semana, en distintos bares de la urbe, hay fanáticos que observan los duelos de los mejores peleadores.

Hernán Crespo, de 22 años, acude diariamente a los entrenamientos en el gimnasio The Factory, ubicado al norte. El tocayo del goleador argentino es uno de los mejores exponentes que tiene el lugar.

“Maneja una buena técnica, es fuerte, sabe derribar a su rival en el momento preciso, mantiene siempre su guardia”, destaca Johnny Mosquera, uno de sus compañeros  y sparring  en una práctica.

Crespo asegura que no lleva mucho tiempo inmerso en esta disciplina; recién hace tres meses se inscribió para recibir las clases.

“La verdad es que a este deporte solo lo seguía por televisión, lo jugaba en Play 3, pero de tanto observar las peleas me entró el deseo de empezar a practicarlo”.

El luchador comenta que los primeros días, practicando  MMA, fueron complicados. Empezó desde cero y  tuvo que aprender todas los deportes de contacto que se emplean en este tipo de arte marcial.

“La verdad conocía  todas las técnicas porque las veía por TV, pero  no   sabía cómo aplicar ni una (risas). Primero me enseñaron a boxear, luego jiu-jitsu y después el kickboxing”.

Hernán, entre risas, recuerda  que todos los días arribaba adolorido a su hogar y muchas veces con el ojo morado. “En los entrenamientos se dan golpes involuntarios que lo marcan a uno y cuando llegaba a mi casa con un ojo morado, mi mamá se asustaba y se enojaba mucho”.

El estudiante de Mecánica Industrial, que pesaba 95 kg, afirma que desde que practica este deporte ha perdido 10 kg . “He logrado adelgazar bastante. Antes mantenía una vida sedentaria, ahora me siento y soy mucho más ágil”.
John Gavilánez, uno de los maestros de MMA, indica que en dicho lugar entrenan alrededor de 50 personas en distintos horarios.

“Las edades varían, pero en su mayoría son chicos de 15 a 22 años los que practican este deporte”.

Gavilánez, quien es experto en jiu-jitsu, expresa que las personas que  inician en esto tienen que tomar clases de las tres disciplinas básicas que se emplean en  el deporte.

“Por lo general, primero es necesario  aprender a boxear, luego conocer  las técnicas del kickboxing y después el jiu-jitsu”.

El sensei, como lo llaman sus alumnos, explica que, al contrario de lo que pueda parecer, la finalidad de este tipo de arte marcial no es fomentar la agresividad en las personas  sino, más bien,   canalizar el estrés y controlar  impulsos violentos.

“Una persona que sabe de todo un poco de las artes marciales se abstiene de responder ante la agresividad de otro sujeto. Todos los que nos dedicamos a esto solo empleamos estas técnicas en un cuadrilátero  o en un octágono (ring con apariencia de jaula sin techo)”.

Otro de los maestros, Jefferson Angulo, profesor de kickboxing, confirma  que todos los sábados los amantes de este deporte acostumbran  reunirse en bares o casas de amigos para observar las peleas que son transmitidas por cable.
“Un sábado sin MMA no es sábado”, dice riendo Angulo, y luego acota  que en el país hay muy buenos peleadores, pero   hace falta crear una entidad que los respalde.

“Como no hay federación, los que practicamos  tenemos que financiarnos los viajes para poder competir internacionalmente”.