La columna es la que más sufre en las caídas de los guardametas
El puesto de arquero ha sido en la historia del balompié el que mayor tiempo de actividad permite a los futbolistas, pues el desgaste es menor en comparación al de un jugador de campo. Algunos alcanzan carreras de 20 años o más bajo los tres postes y ven pasar a algunas generaciones de futbolistas por delante de sus ojos.
A nivel internacional, el italiano Dino Zoff es el portero más veterano en ganar un Mundial. Lo hizo en España 1982 con 40 años. Carlos Navarro Montoya golero colombiano de ascendencia argentina atajó hasta los 43 años.
En Ecuador, aún se mantiene en actividad el golero Johvani Ibarra, en Independiente del Valle, a sus 42 años. Además de formar parte de la plantilla de jugadores, es preparador de arqueros del primer plantel. Él entrena junto al paraguayo Librado Azcona y el juvenil Johan Padilla.
“Siempre tuve en mente continuar ligado al arco y en Independiente encontré una buena oportunidad para trabajar con los goleros del club. Pero como voy a atajar hasta que no pueda más, sigo inscrito también como jugador”, dijo el imbabureño, que este año ha actuado en solo dos ocasiones.
En sus 22 años de experiencia ha acumulado conocimientos y también mañas que intenta transmitir a sus compañeros de equipo y a los jóvenes de la cantera. Su cercanía y amistad con el DT Carlos Sevilla le permitieron llegar a Independiente como un respaldo para el club del Valle. “Aún siento que puedo dar más. Me gusta eso de dar un poco de lo que yo he aprendido a los de menor edad”, añadió.
Ibarra recalcó que afortunadamente no ha tenido una lesión de gravedad en su carrera, por lo que casi nunca se vio interrumpida su actuación en el torneo. Aunque golpes, torceduras y heridas menores sí ha tenido, pero “son cosas normales dentro del deporte”.
A su lado labora Librado Azcona, quien fue una de las figuras del club en la primera fase del torneo. “Es un gusto trabajar con alguien de tanta experiencia como Johvani. Es un respaldo para los demás arqueros de acá”, dijo el paraguayo.
Por los resultados ha quedado evidenciado que los goleros alcanzan su mejor nivel en edades maduras. Muestra de aquello es José Francisco Cevallos, actual ministro de Deportes y ex arquero de Barcelona, Deportivo Azogues y Liga de Quito.
A sus 37 años, después de su paso por el equipo azogueño y cuando parecía que su carrera terminaba, ganó la Copa Libertadores de América con los “albos”. En la final fue la gran figura al atajar tres penales contra Fluminense.
El médico del club quiteño, Juan Barriga, contó que Cevallos sufría constantemente de molestias en la parte lumbar de la columna. “Pancho siempre tenía esos dolores que se dan por el trabajo específico que realizan los arqueros.
Siempre deben volar y aterrizar en el piso. Caer bien no significa que no van a aparecer luego esos síntomas, mas sí ayuda para que no se lastimen tanto la columna”, dijo Barriga.
Sin embargo, añadió que esos dolores deben tratarse con una rehabilitación y que más de una vez dejaron a Cevallos fuera del equipo.
Su hermano Álex, hoy preparador de arqueros en El Nacional, pasó por Filanbanco, Emelec, Audaz Octubrino, El Nacional y Deportivo Cuenca. Por sus 20 años de carrera futbolística formó parte del cuerpo técnico de la selección Sub 17 que participó en el mundial de la categoría el año pasado en México.
Luego por pedido del DT Sixto Vizuete se incorporó a El Nacional. “Tuve la oportunidad de trabajar con goleros jóvenes en esa selección, que aún estaban en su proceso de formación. Las cosas básicas las sabían, pero a veces fallaban en coordinación”, afirmó Cevallos.
Un ejemplo claro es Alexander Domínguez, golero de Liga de Quito. Él debutó en 2006 y en su partido de estreno cometió algunos errores que le costaron a Liga la posibilidad del campeonato. Después alternó con José Francisco Cevallos y tras el retiro de “Pepe Pancho” se convirtió en el primer portero “albo”.
Su desempeño mejoró notablemente y fue parte fundamental para los títulos de la Recopa 2009-2010 y la Sudamericana 2009, además del campeonato de 2010.
“Con Alexander hubo que trabajar mucho en su personalidad, porque las condiciones que tiene son tremendas. Siempre estuvo predispuesto al trabajo y es notorio cuanto ha mejorado desde su debut hasta hoy, incluso llegó a la selección, donde trabaja con Pedro Zape”, aseguró el preparador de arqueros del club, Gustavo Flores.
Para Haílton Corrêa de Arruda “Manga”, ex portero de Barcelona, las contusiones son las molestias que más se dan en los arqueros por la exigencia que tienen. Saltar, volar de un lado a otro, ir en busca del balón, enfrentar un mano a mano, son algunas de las destrezas que un golero debe sortear en un encuentro.
“Cuando el guardameta choca con un delantero por atrapar la pelota, muchas veces sale golpeado por el impacto con el rival y por la caída. En la actualidad se enseña a caer”, indicó “Manga”. Él dijo que por eso es importante tener personalidad, don de mando y saber gritar dentro del área, puesto que así busca la manera de alertar que esa es su zona.
“La personalidad se trabaja”
Para Colón Navarro, ex arquero de Emelec, en los inicios de la década de los 80, el portero es el que más hace hincapié mental, ya que por su puesto no puede cometer continuos errores, pues uno de ellos podría terminar en un gol en contra.
Para lograr un mejor desempeño de los goleros, Navarro señaló que se los debe trabajar desde cuando son pequeños en perder el miedo a las caídas y explicó que esas actividades consisten en saber saltar, descolgar balones aéreos, tener seguridad en las manos, volar rastreras por el suelo y a media altura; y remates a ras de piso.
Otra de las características que un arquero debe tener es saber expresarse, tener liderazgo. “Esas aptitudes se las adquiere desde la niñez, el entrenador lo va fomentado, le enseña a caer cuando agarra una pelota en el aire. La idea es que no sufra golpes”, indicó.
Navarro dijo que cuando el chico tiene entre 5 y 6 años se le debe instruir en las voladas. “Se los arrodilla y se les lanza balones lentamente a los lados. Se les enseña la posición correcta de la caída”.
El profesor reconoce que ese tipo de entrenamientos y exigencias a la larga generan lesiones en la columna, porque el portero “es el que más pasa en el piso”. Con el tiempo, y más aún tras el retiro de la actividad futbolística, se presentan problemas lumbares, en el brazo, en los hombros, fracturas o malformaciones en los dedos y articulaciones.
Navarro indica que los arqueros cuando llegan a los 15 años de edad están en pleno apogeo, porque ya han adquirido aptitudes que les servirán en la adolescencia y profesionalismo.
“Uno nota las deficiencias en la forma cómo va al balón. En las salidas, si es rápido o lento. Tiene que tener velocidad en reacción. Cabe señalar que todos los trabajos son debidamente planificados”. (AG/EH)