Campoverde, un ecuatoriano con escuela de fútbol italiana
Apenas se ingresa al terreno de su casa, se siente el ambiente futbolero. Afuera de la vivienda existe una cancha de fulbito que está siendo podada para que el juego se pueda realizar con normalidad, a un costado hay tres balones un tanto desgastados.
John Campoverde, el adolescente ecuatoriano que militó hasta hace dos semanas (8 de junio) en el Inter de Milán de Italia, atiende a El Telégrafo en su morada, ubicada en el sector de Patamarca, al sur de Cuenca, para contar sus experiencias en el “Viejo Continente” y hablar sobre su futuro inmediato.
Sus inicios se dieron en Deportivo Cuenca, allí estuvo desde 2003 hasta 2009; fue durante esa última temporada cuando llegaron a Ecuador unos “cazatalentos” del Milan y luego de recorrer por diversas canchas del país escogieron a 9 futbolistas para un campamento en el equipo “rossonero”.
“A Italia fuimos 9 ecuatorianos, 3 guayaquileños e igual número de quiteños y cuencanos. Fue una experiencia inolvidable, creo que en lo personal las cosas me salieron bien y eso me sirvió para que después me llamaran los del Inter”.
Luego de su paso por el Milan -el campamento duró 2 semanas- el deportista nuevamente se sumó a los entrenamientos en el equipo de su ciudad. En 2009, Deportivo Cuenca fue invitado a jugar en México la Copa Monterrey, en la que John demostró su dominio del balón y eso le sirvió para fichar por el equipo de Walter Ayoví Corozo.
“Allí me trataron muy bien (Monterrey). Lo malo fue que nunca me adapté por la comida y la escuela”, comenta John, quien entre risas agrega que la gastronomía de México le desagradó porque licuaban el fréjol y el tomate.
Cuenta que pocos días después de su retorno desde México, en el mismo año, recibió una llamada del Inter, para que integrara las inferiores. Tanto John como su papá no dudaron en viajar nuevamente a Italia, esa vez para formar parte del archirrival del Milan.
Siempre se muestra sonriente cuando habla de su pasado. Luce la camiseta número 10 del Inter, aquella con la que jugó el último campeonato Giovanissimi Nazionali, que reúne a los equipos infantiles y juveniles de 48 clubes pertenecientes a la serie A, B y C, de la liga europea. Este torneo lo disputa desde que llegó al “Calcio”.
Allí, el admirador de Kaká, aunque físicamente se parece a Ballack, expresa que ha aprendido mucho a nivel técnico-táctico.
“Me fue muy bien en Italia, en esta última temporada jugué 12 partidos y anoté 9 goles. Lamentablemente, fuimos eliminados, pues quedamos quintos y no clasificamos a octavos -se juegan 4 series de 12 equipos cada una, los 4 mejores acceden a esa instancia-”, indica el cuencano de 14 años, sentado en una butaca de su casa, junto a su padre, Jorge.
Las facilidades que recibió John para sus entrenamientos y su vida personal fueron importantes. Recuerda que el Interrello, las instalaciones que posee el club para los jugadores de las inferiores, brinda todas las comodidades, con buenas camas, comida, siete canchas de fútbol... Además, afirma que las condiciones climáticas no son un obstáculo para que los entrenamientos se desarrollen. Por ejemplo, recuerda que en una oportunidad practicó a -15 grados de temperatura, sin que nadie pusiera ninguna excusa. “Allá siempre se entrena. Es impresionante la disciplina que tienen”.
Los dos primeros años y medio que el futbolista vivió en Italia estuvo en casa de su padrino Geovanny Álvarez, quien es ecuatoriano y conoció a la familia de John en uno de los entrenamientos del campamento del Milan.
La última temporada de Campoverde, en Italia, la disfrutó con sus padres, Jorge y Diana Ramírez; y su hermano menor Stalin (9 años), quien formó parte del equipo Pergo Crema, un aliado del Inter.
“Nuestra intención era estar cerca de él (John). Queríamos que se sintiera mejor. Estos nueve meses (desde octubre hasta junio) que estuvimos allá fueron un poco complicados para nosotros, porque las cosas son muy costosas y a mí solo me pagaban la casa allá. Además de que a John no le pueden cancelar un salario, porque hay una ley que especifica que solamente los futbolistas mayores de 16 años pueden cobrar”, relata el padre del 10.
El último contrato que firmó el cuencano con los “nerazzurri” era de un año, con posibilidad de extenderlo por un lapso igual, pero la rúbrica del documento depende de si las dos partes están de acuerdo. Según el padre de John, el Inter desea que se hijo continúe en Milán, aunque, por su parte, aspira a otro futuro para su vástago.
“En los próximos días tenemos que conversar con José Chamorro, quien es representante de Felipe Caicedo, para ver si se hace cargo de John. Él (Chamorro) nos ha dicho que hay posibilidades de que vaya al Pachuca de México con un contrato, con sueldo y todo eso”.
Mientras su padre ofrece detalles relacionados con el futuro del enganche, John va hacia su cuarto de estudios y regresa para mostrar sus nuevos zapatos, unos Mercury, color naranja, que adquirió en Italia, a un precio de 90 euros. “Con estos voy a entrenar con la selección”, manifiesta entusiasmado, en referencia al llamado que tuvo del combinado Sub 16 para los microciclos de preparación, cuyas prácticas iniciaron el lunes pasado.
Esta no es la primera vez que Campoverde es integrante de un equipo nacional, pues ya ha participado en procesos anteriores en la Sub 15.
El ex Inter compara las prácticas que cumple en el combinado patrio con las que realizaba en Italia y asegura que son distintas, pues allá se prioriza el fútbol más táctico y de pase veloz, a diferencia del ecuatoriano, que es más encarador y agresivo.
“Aquí a veces me siento diferente por el estilo de entrenamientos, pero anhelo adaptarme para poder ser tomado en cuenta”.