La final de la Copa América entre Chile y Argentina, a disputarse hoy en el estadio Nacional de Santiago, ha generado una ‘locura colectiva’ por conseguir un boleto.

Según la organización de la Copa América, las entradas están agotadas desde antes que inicie el certamen, y solo se podían obtener gracias a los concursos que realizan los diversos sponsors del torneo; pero en la reventa se paga entre 10 y 15 veces más de su valor original, según informan medios locales.

La Ley de Derechos y Deberes en los espectáculos deportivos de Chile, prohíbe la reventa de entradas para el fútbol profesional, sin embargo muchos sitios de internet vulneran el reglamento, al ofrecer los tiques junto a los paquetes turísticos que incluyen, además del traslado al estadio en bus, un pequeño ‘snack’ que debe ser consumido antes del ingreso a los escenarios deportivos.

De acuerdo a radioemisoras locales, existen sitios en internet que ofrecen un boleto en la platea preferencial de hasta en seis millones de pesos chilenos ($ 10 mil), cuando en la venta regular costaron en su momento cerca de 200 mil pesos (unos $ 300).

A su vez un boleto en la galería (detrás de los pórticos) que antes de iniciar el campeonato se conseguía en 30 mil pesos (unos $ 46), en la actualidad solo se puede comprar a un valor cercano a los 350 mil pesos (unos $ 550).

Pese a los elevados precios, lograr una entrada para la final se ha transformado en una verdadera locura entre los aficionados locales, quienes confían en ganar por primera vez la Copa América, tras las fallidas finales de las ediciones: 1955, 1956, 1979 y 1987.

Hace dos semanas policías chilenos detuvieron a dos personas de nacionalidad mexicana por comercializar entradas, en las afueras de uno de los estadios. Los implicados tuvieron que pagar una multa y entregar los boletos para quedar en libertad.

Por otra parte los hinchas de la ‘Roja’ que acudan hoy (15:00) al estadio Nacional de Santiago, para presenciar la final de la Copa América, recibirán una de las 40 mil banderas que se colocarán en cada una de las sillas del escenario deportivo.

El empresario chileno Leonardo Farkas, acostumbrado a mediáticos ofrecimientos, fue quien compró y donó las banderas.

Él mismo gestionó con la federación de fútbol de su país el ingreso y la colocación de las banderas al estadio.

“Acabo de comprar 40 mil banderas chilenas ‘permitidas’ ... será un récord histórico, repleto de banderas chilenas alentando a nuestra selección”, redactó Farkas en su cuenta de la red social Facebook. (I)