Quitofest: 10 años de música, fiesta y seguridad

Grandes nubarrones sobre Quito amarinaban la luz  y el amanecer tomaba un color coñac. A las 11:00, filas de personas colmaban el parque Bicentenario para celebrar la música del Quitofest 2013.

Media hora después,  la banda guayaquileña Armada de juguete pisó el escenario,   los parlantes parieron ska y despegó  la décima edición del Festival Internacional de Música Independiente. 

Una bandera amarrada  a una muleta flameaba entre la gente. Al pie del escenario, una madre con un atuendo similar al de Andrea Echeverri incitaba a saltar a su hijo de 10 años.

“Ya mismo vienen unas manes feministas, hacen hip hop”, “hoy el ska es todo” o  “veré a Mama Vudú y luego viajo nomás a Ucrania” eran algunas de las frases de las  voces que se filtraban en la creciente multitud  que depositaba su  energía en la pista del antiguo aeropuerto.

El Quitofest es un lugar para la expresión. Emulando charcos de petróleo,  plásticos negros con leyendas inscritas yacían a un costado de la tarima: “Protege la naturaleza, Chevron Tóxico, 20 años de lucha”.

Tras 45 minutos de tocada, los nueve integrantes de Armada de juguete cantaron “Che che 1, 2, 3” y el público, saliendo  de un remolino de mosh, lo acompañaba gritando “o,o,o, o”. Momentáneamente una pausa apaciguó la fiesta.

Entonces,  se apoderaron del show los Big Boys con una coreografía explosiva llena de hop hands, hop tops, footworks, freezes y tortugas básicas. Fue la antesala para que apareciera, encapuchadas en vestimentas oscuras,  el trío  Rima Roja en Venus.

Las chicas de esta agrupación soñaban con participar en Quitofest desde sus 12 años, aseguró la integrante de Venus y agregó:  “Aquí no hay sectores, somos un solo puño”.

Refiriéndose al hip hop como “corrosivo y adictivo” ellas desplegaron canciones y entusiasmo. Interpretaron temas de su álbum Libre alcomo el rítmico Street life: “Because there’s no place I can go / It’s the only life I know... / Este es el relato de los callejeros /  nadie te dice qué hacer / no dejes que manejen tu mente / párate mi hermano fuerte”.

Se despidieron dedicándole Bendición de ser mujer a las  guerreras:  “hay muchos mal llamados hombrecitos por ahí / que menosprecian tu fuerza”, y siguieron:  “A prueba de fuego, nada nos detiene / la violencia contra la mujer hay que parar”.

Los hermanos Paola y Sebastián Bastidas explicaron que salieron a las 09:00 desde El Valle para ver el hip hop y disfrutar del metal del domingo.

Por la tarde, entre otras agrupaciones locales y extranjeras, Haga que pase (rap), Munn (rock alternativo) o Estereo Humanzee (house) brindaron variada música a la festividad.