Miguel Varea, Guillermo Iuso y Jaime Núñez del Arco tienen en común la palabra. Sus obras están habitadas por pulsiones, por el instinto con el cual se escribe, a veces, sin dar marcha atrás, con la necesidad de acentar una idea que no regresará.

La escritura de estos tres autores, a decir, del crítico de arte y curador de la muestra Pre/Textos, Rodolfo Kronfle, está mediada por la forma, por la estética en la que se circunscriben sus particularidades.

Así, en los textos “se percibe cierto afán por imposibilitar la lectura fluida de los enunciados que se expresan”, dice Kronfle.

Si el acto de escribir a mano parece algo extraño en la era digital, en el caso de Varea, Iuso y Núñez las particularidades crecen para el espectador cuando debe pararse a observar una obra de arte, no solo por su estética, sino porque invitan a desenredar lo escrito.

Foto: Cortesía

Los tres nacen y crecen en décadas y geografías distintas. Sus obras, a pesar de que comparten la escritura, tienen distintas estéticas y referentes. Varea trabaja con el humor político, Iuso con el humor desde su intimidad y Núñez del Arco juega con la polisemia del inglés y sus referentes como publicista.

Miguel Varea (Quito, 1948) tenía mala caligrafía en el colegio. Pero aprendió a dibujar y a compartir la palabra con varios de sus compañeros poetas. Ahora, en un amplio taller que tiene en su casa, se dedica a dibujar bestias, “letritas”, a escribir como habla, con “k” en lugar de “c”. Lo repite todo el tiempo.

“Y yo akí sobre los blancos papeles hago letritas komo en otros tiempos pienso mientras remojo mi neurosis en vino antes de dormirme”, dice una de sus obras expuesta en Galería Violenta, en el sur de Guayaquil.

Obras como esta surgen de una larga serie a la que él mismo ha llamado “una estétika del disimulo”. Según Kronfle, “sus decenas de libretas y cuadernos conforman una manifestación reflexiva del día a día como flujo de conciencia satírico”.

Guillermo Iuso (Buenos Aires, 1963) está fuertemente vinculado a Ecuador por sus pasos por el ITAE y las exposiciones individuales que tuvo en la Galería DPM. En Violenta, está una parte de su obra reciente. “Frases que delatan con crudeza su vida interior, se esbozan sin embargo en un estilo en extremo desenfadado y se decoran con materiales propios de manualidades infantiles”, dice Kronfle.  

Iuso usa esas gomas dispensadoras de escarcha para niños con sentencias tan fuertes como aquello de “No quiero razonar, quiero impactar” o “¿Hay alguien que aguanta pasar un día entero sin tener ganas de irse de su realidad?”.

Guillermo Iuso presenta una serie trabajada con goma de escarcha, a la que suma sus reflexiones personales en las que, según el curador, deja claro que “la moral es una construcción más”.

Jaime Núñez del Arco (Guayaquil, 1976) es un publicista que escribe. Durante años ha intentado compactarla a través de lo visual y esta vez, con la obra que presenta en Violenta, siente que lo ha logrado de la mejor manera.

Su trabajo visual juega con las jerarquías que establecen en la publicidad el diagrama de Venn. Sus frases tienen el orden que le dan los vestigios de las planchas de saltar que están en las piscinas como una idea recurrente de su infancia de nadador, así como de su afición por la geometría desprolija.

Para Núñez del Arco es esencial restringirse en cuanto al uso de materiales y colores, como indica el principio de la publicidad. Esa forma de restringirse tiene que ver también con lo que gran parte de su trabajo surge del instinto, de escribir en una libreta durante una reunión de trabajo. Aquello se convierte en un principio al que le da forma y lo aleja del arte tradicional que se hace sobre el lienzo. (I)

Jaime Núñez del Arco presenta su última serie, una propuesta visual en la que finalmente logra compactar su impulso por lo escrito y su contrarrespuesta al arte tradicional.